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martes, 24 de marzo de 2020

[Alam&Clare] La promesa rota (Inacabado) 1/?

Para haceros más amena la espera, y avisándoos de que en cuanto empiece la ''cuesta abajo'' dejaré de hacerlo. Iré publicando el capítulo 1 y el capítulo 2 a medida que los vaya terminando.

Estos capítulos son importantes para la trama, para saber que sucede antes de que empiece la verdadera historia. Disfrutádlo, buenas noches y hasta mañana (PD: Mañana, martes es posible que no escriba nada de nada)



Introducción

Infantes, adolescentes y universitarios de toda España desayunaban a aquella hora frente a sus televisores, ya fueran asistidos por sus padres o por otros compañeros de piso. Atónitos, descubrían por las noticias la cancelación de todas las clases en un radio prorrogable de 15 días. ¿Hubo algún estudiante que, aquel viernes, no se sintiese dichoso y feliz? Pensaban, con ingenuidad, que aquellas serían unas largas e inesperadas vacaciones que no tardarían en solaparse con las de verano.

¿Cuánta gente logró predecir la catástrofe que se equivocaba? ¿Cuántos inconscientes no valoraron la importancia del problema que en realidad el COVID-19 sí tenía…





Capítulo 1: Una cuarentena muy dura


<< ( 13 de Marzo de 2020, 8.00 Horas) >>

El momento en el que los dos hermanastros se enteraban sobre el inicio de la cuarentena, fue al igual que tantos otros de su edad, junto a sus padres desayunando en la mesa. Tanto Jonathan como su esposa Selma observaban atónitos las noticias, sabiendo que si los institutos y universidades se veían obligados a cerrar era porque el problema no era tan inocuo como el ministro de sanidad había dado a entender.
   Sonó el teléfono fijo y Selma se apresuró a cogerlo, asintió en silencio antes de dar las gracias y colgar.
— Se han cancelado las clases hasta el 27 de Marzo –informó con voz incrédula, mirando a su marido.

Alan y Clare también intercambiaron una mirada; una fugaz, disimulada y cómplice. Estaban felices por no tener que ir a clase pero, al mismo tiempo, ambos se preocuparon por lo mismo. Desde Enero habían mantenido en secreto relaciones sexuales media docena de veces, el instituto y la casa no eran lugares donde podían hacer nada y, rara vez se habían arriesgado fuera de ella.
   Si ya estaban frustrados por la falta de oportunidad, ambos se preguntaron, cada uno en silencio, cuánto aguantarían ambos sin lanzarse el uno por el otro.

Jonathan, con una sospecha y desconfianza increíble, había perseguido e incordiado a sus dos vástagos adoptados en un eficaz intento de que no hiciesen nada raro. Sin embargo, y aunque ellos no lo sabían, varias conversaciones con su esposa Selma le habían ido convenciendo de que, si querían hacer algo, lo iban a hacer con o sin su aprobación. No compartían sangre, y eran dos adolescentes en una edad hormonalmente complicada.
   Por eso, y de manera imperceptible para ellos, cada vez Jonathan los perseguía con menos frecuencia. Cada vez les hacía llamar menos desde la otra punta de la casa o evitaba lanzar indirectas para incomodarlos.

Jonathan nunca aceptaría una relación entre ambos adolescentes; de hecho, le asqueaba profundamente pensar que su ilusión de que sus hijos mantuvieran una estrecha hermandad iba verse desperdiciada por esos ingratos.
   Nunca lo entenderían, pues tanto él como Selma eran hijos únicos y habían tenido que crecer solos.

Por eso, durante la cuarentena y aunque tenía pensado procurar hacer la vista gorda, tampoco se lo pondría fácil. No iba a tolerar que le restregasen a ella y a su mujer su relación pseudoincestuosa. Jonathan hizo alarde de su carácter estricto y les impuso unas normas y rutinas si querían gozar de unas cuantas horas de tiempo libre por la tarde: Debían levantarse temprano, ayudar en la casa y limpiar, cocinar y preparar la mesa, debían tenerlo todo impecable y hacer los deberes que se sabía que enviarían desde el instituto y, si cumplían con todo ello, se les permitiría ciertas horas de escaqueo por la tarde.

Claramente subestimó la naturaleza impulsiva y libidinosa de sus dos hijos.


<< ( 15 de Marzo de 2020, 16.00 Horas) >>

El presidente del gobierno había, justo el día anterior, decretado el estado de alerta en todo el país. Durante quince días estaría prohibido salir a la calle bajo ningún concepto, exceptuando una serie de razones de carácter urgente o esencial.
   Cabe decir, que muchos, tanto jóvenes como adultos, abusaron de esto aprovechando cualquier excusa para salir a la calle.

Clare había pasado los últimos dos días lanzando miraditas a su hermano cuando se cruzaban por el interior de la casa, pero en su tiempo libre lo evitaba. No era por falta de ganas de estar con él, sino porque sabía muy bien que no podría evitar hacer tonterías si se acercaban demasiado y no quería dar motivos a su padrastro para desconfiar más.
   Así que en su tiempo libre, coqueteaba por whatsapp con Alan y se entretenía con sus dos amigas por privado. Marga y Petra tenían unos padres un poco más laxos que los propios, y por lo tanto con evidente irresponsabilidad les permitían salir a la calle y pasearse.
   Las tres tenían un grupo de whatsapp donde se ponían al día. Marga y Petra no tardaron en quejarse de lo aburridos que eran Michael y Jordan por no querer salir fuera. No era un conflicto creado en ese momento, sino que el desinterés por los amigos de Alan ya venía de lejos en los últimos meses. Esas dos ``perras´´ los habían usado y exprimido en aquellos dos meses hasta no querer saber prácticamente nada de ellos.
   Días atrás, Marga y Petra aseguraron por el grupo estar que se subían por las paredes.
— Solo lleváis dos días encerradas –les reprochó, divertida, Clare.

Dos días después, el domingo 15 de Marzo, Petra quedó con Jason en su coche en plena cuarentena. Era obvio que habían quedado para tontear, y Jason grababa el culo en pompa de su invitada de cabellos dorados mientras esta fingía querer coger algo en la parte de atrás del coche. Atorada entre el asiento del conductor y el copiloto, la falda permitía a Jason, que grababa con la cámara, ver una vista perfecta de la vagina de Petra; esta permanecía oculta únicamente por el tanga blanco de la compañera de clase de Clare.
— ¿Qué haces? –preguntó Jason.
— Se me ha caído el bolso detrás del asiento –contestó ella sabiendo muy bien que lo estaba enseñando todo.

Jason grabó su propio dedo corazón apartar el hilo del tanga e introducir la uña dentro de los carnosos labios vaginales. Petra, riéndose, le apartó la mano de un manotazo.
— ¡Oye, respeta! –increpaba divertida, sin abandonar su postura exhibicionista-. ¿Qué estás grabando?
— Nada, nada… Algo para Vicent…
— Que malo… -se limitó a decir Petra antes de continuar rebuscando bajo el asiento.
— Petra… ¿Por qué no te vienes a mi casa y te pasas la cuarentena conmigo?
— ¿Estás de broma? Ni hablar… Si quedas cada día con Vicente y los otros.
— Si solo estuviese yo… ¿Vendrías?
— Que va… Mis padres no me dejarían.

Los cristales del coche estaban cada vez más empañado y, aunque lo que vino después no fue registrado en vídeo, Petra le acabó confesando que le terminó haciendo una paja en ese mismo coche.
   Aquel vídeo que él mismo había grabado para sus amigos, también lo compartió con ella y Petra, divertida, compartió el vídeo por el grupo con sus dos amigas. Evidentemente Clare se preguntaba, sin creerse del todo, que ambas amigas con lo sueltas y desvergonzadas que eran no hubiese follado todavía con esos despojos. Varias veces ambas habían reconocido lo mucho que les atraían ese grupito de cinco.
   Si bien Jason era el cabecilla, y era suya la casa donde se solían reunir y pasar muchas tardes, el primo de este y Vicente tenían bastante éxito con Marga. Petra, en cambio, tenía una evidente debilidad por Jason. Los otros dos amigos eran meros complementos que no llamaban la atención a ambas.
— Pues mira… No se lo he querido poner fácil –reconocía Petra en un audio que envió por el grupo-. Es más divertido así… ¿Te crees que no me muero porque me la meta? Mi coñito aplaude cada vez que Jason me sonríe. ¡Está tan bueno! ¡Y me pone tanto su rollito!

Por otra parte, Alan tenía que soportar a los deprimidos de Michael y Jordan, decepcionados por el evidente desinterés de ambas amigas de Clare. Habían pasado de alardear de todas sus escapadas sexuales a sustituir todas anécdotas por excusas y ausencias de las mismas.
   Una vez decretado el estado de alarma, pareció renovarse el interés de Marga y Petra por los dos amigos de Alan pero, al descubrir que estos no estaban dispuestos a abandonar sus casas rápidamente les dieron de lado.

Alan dio por finalizada una aburrida conversación cuando, tras tirar su móvil sobre la cama y dejarlo abandonado en ella, se dispuso a salir de su cuarto. Lo primero que vio fue a su hermana, encaramada al marco de la puerta del baño, enfundando su desnudez y sus pechos prominentes en la estrecha toalla. Ambos intercambiaron una mirada sugerente, antes de que ella sin correr más riesgo le diese la espalda con un respingo de su trasero visible y cerrase la puerta del baño.

   Alan maldijo para sus adentros antes de meterse en su cuarto, frustrado.






<< ( 15 de Marzo de 2020, 19.00 Horas) >>

¿Vemos una peli en Netflix? Propuso su hermanastra.
¿En tu habitación o en la mía?
Preguntó Alan.

Lo último acontecido en su conversación eran varias fotos ofrecidas por Clare en el baño. Algunas embutida en la toalla, aún con la piel húmeda por la reciente ducha. Otras imágenes, en cambio, ofrecían una ausencia prácticamente total de ropa.
   Bastaron unas pocas horas más para que no aguantasen más separados. Se arriesgaron, sabiendo que muy posiblemente sus padres encontrasen cualquier excusa para separarlos.
   Clare acudió a la habitación de su hermanastro ocultando su ausencia parcial de ropa bajo su albornoz. Tenía ropa interior y una camisa, pero nada más. Una cómoda combinación para dejar que su hermano viera o tocara durante la película.
   Tardaron media hora en elegir una película que no iban a ver o que, al menos, no le prestarían prácticamente ninguna atención. Empezaron a visualizarla sin separación el uno del otro y, segundos después, Clare ya lo estaba acariciando y provocando con besos en el cuello y en la mejilla.
    Ella era la más osada de los dos, metiendo su mano bajo el pijama de él antes de empezar a cascársela.

Ambos se concentraban en sentir si alguno de sus padres se acercaba, pero no se dieron cuenta de lo fácil que habría sido pillarlos desprevenidos. Si Jonathan hubiese entrado en el cuarto justo en ese momento, habría visto el culo en pompa bajo la bata de su hijastra y la cabeza de esta subiendo y bajando, chupándosela a Alan.

   Mientras este procuraba alternar incómodo su atención entre una película que no le interesaba y la empalagosa mirada de su hermanastra, esta se mantuvo chupándosela sin pudor alguno removiendo la lengua de un lado a otro. Parecía feliz con poder lamerla sin impedimentos ni preocupaciones, como si no hubiese riesgo de ser descubiertos. 

   Clare creía ser erótica mirando a su hermano mientras se la comía, y quizás lo fuese, pero a Al le faltaba ser más atrevido. Más experiencia, quizás. 
   La adolescente de largos cabellos negros, le acarició y lamió los testículos, salivó su pubis antes de besar su glande y engullirlo. Parecía querer decir que iba a hacer que se corriese en ese momento, solo porque a ella se le había antojado. Sin sufrir una sola arcada pese al notable tamaño de su inexperto acompañante, Clare tocó con la punta de su lengua el vello púbico forzando unas subidas y bajadas contundentes.

   Glug, glug, glug… logró hacer de una, aguantando con el aire en sus pulmones, notando cada vez más cerca el orgasmo de su hermanastro hasta que este, sin poder evitar arremeter rítmicamente con sus caderas, agarró la cabeza de su hermana y se corrió en la garganta de esta olvidándose por completo de dejarla respirar.

Clare retrocedió en cuanto los espasmos de Alan aminoraron y recuperó el control de su cuerpo.


<< ( 16 de Marzo de 2020, 00.00 Horas) >>

Jonathan y Selma permanecieron recluidos en su habitación a aquella hora, quizás ya sumidos en el sueño nocturno. Alan atravesó las penumbras de la casa recorriendo el camino hasta la nevera en completo silencio, no se escuchaban ni sus pisadas. Por eso se sobresaltó, una vez dentro de la cocina, encontrarse a su hermana únicamente vestida con un camisón y con el culo erguido mientras rebuscaba en el interior del frigorífico.
 
Alan tuvo, desde su perspectiva, una vista privilegiada del sexo de su hermanastra a pesar del contraste lumínico. La luz del interior del mismo iluminaba la oscura y silenciosa cocina.
— ¿No puedes dormir? –preguntó ella sin abandonar su búsqueda.
— No, quiero picotear algo a ver sí…
— Ya somos dos –suspiró ella girando sobre sí misma. No cerró la nevera, sentándose sobre la repisa más baja a la que su trasero pudo apoyarse.

Hubo algo sucio en la manera en que ella le miraba, en como separó ligeramente sus muslos mientras lo encaraba. La falda que formaba la camisa escondió lo que ella pretendía mostrar, manteniéndolo oculto.
— ¿Y por qué has venido? –preguntó él con fingida inocencia, pues sabía que la respuesta de ella no tenía que ser sincera, solo sibilina.
— Se me ocurrió que un poquito de leche me ayudaría a dormir.
— Ya sabes que a papa no le gusta que picoteemos por la noche.
— Ya, pero si no se entera… Al, no encuentro el bote de leche.
— Está ahí –señaló sin mucho esfuerzo.
— Está casi vació –improvisó ella, agarrando la botella blanca de leche; la meneó para verificar que quedaba poco.
— Pues termínala y luego buscas más…

Como si de un desafío se tratase, un amago de sonrisa asomó por las carnosas comisuras de sus labios. Destapó el envase y, sacando la lengua, vació el contenido en el interior de su boca; fue inevitable que un chorro salpicase contra su camisa, pero no pareció importarle.
— Quiero más –Delgados y albinos hilos de leche desbordaban por los labios de Clare.

La erección fue imposible de esconder, creciendo dentro de su calzoncillo. No había condones cerca, pero no sería la primera vez que prescindían de ellos. El par de pasos que separaba ambos hermanastros desaparecieron, pues Alan acercándose le comió la boca mientras bajaba con incomodidad el pantalón de su pijama hasta abandonar la goma elástica de estos en medio de sus muslos. Su polla chocó contra el coño de Clare y su glande buscó torpemente el orificio de entrada. Ella se limitó a subir una pierna, extremidad que fue recogida instintivamente por el brazo de Alan justo antes de penetrarla.



   Clop, clop, clop, clop… Los frios productos del interior de la nevera temblaron mientras la baja temperatura calaba en la piel de ambos. Se fundieron en un largo intercambio de besos y de labios mordidos, mientras las embestidas se aceleraban. Alan aguantó bastante bien, únicamente por la paja que había recibido horas antes.
— Hazme un chupetón… -exigió ella cerrando los ojos, dejando desprotegido su cuello.
— Como te lo vea mama… -dijo él, antes de contradecirse empezando a besarlo con dulzura.
— Me da igual, márcame. Soy tuya.

Eso lo hizo crecerse, aspiró como si de una ventosa se tratase. Sus manos se aferraron al culo de ella mientras sentía un lejano orgasmo acercarse; cada vez más evidente.
— Córrete dentro. Dame mi leche… -le sorprendió ella, dejando claro lo irresponsable que era.
— Joder… No –se lamentó Alan sin parar las embestidas. A pesar de eso, quería hacerlo.
— Hazlo… Lléname de leche… -CHOP, CHOP, CHOP, CHOP Como si su vagina correspondiese lo que decía, se mojó más y apretó más su polla-. ¡¡Lléname!! –suplicó conteniendo sus gemidos.

En el último momento se apartó y ella se agachó, no tuvo ningún problema en besar su glande y sacar la lengua. La alfombra rosa para su semen, tragando con una sonrisa perversa antes engullir el regalo de su hermanastro y lamerla de arriba abajo.
— Has durado mucho menos que otras veces… ¿Qué ha pasado? –rió con una inocencia demasiado evidente.

Alan no contestó, se limitó a retroceder y apoyarse contra la encimera. Sus piernas se debatían débiles amenazando con fallarle, a pesar de que sabía que no lo harían. Había estado a punto de correrse dentro de ella… Y si se arrepentía de algo era de no haberlo hecho.
— ¿A qué juegas? Sabes lo que podría pasar si…
— Por favor, Al –le interrumpió poniendo los ojos en blanco-, solo por hacerlo sin condón ya hay riesgo. Se me fue la cabeza, ni siquiera sabía lo que estaba diciendo.
— Seguro… -Alan no podía creerla, había parecido tan segura de sí misma.
— De verdad. Pero si te has corrido tan rápido –susurró bajando la voz aún más, cerrando la nevera y provocando una inevitable ausencia de luz- es porque te ha puesto mucho. ¿Te pondría correrte dentro de mí?
— … -no contestó de inmediato-. ¿Y a ti?
— Casi me corro… Y no tenía ninguna intención de apartarte ni impedirlo –confesó ella. Le dio un beso en la boca, sin lengua pero igual de intenso… Y entonces lo dejó solo en la cocina, antes de irse al baño, luego se encerró en su habitación.

Alan se quedó pensando: ¿Por qué le ponía pensar en correrse dentro de ella? ¿Por qué le parecía un pensamiento tan sucio? Sabía que era malo, y aún así…
   Picoteó algo y se fue a lavar la boca al baño haciendo el menor ruido posible. Se paró en frente de la puerta de Clare y estuvo a punto de abrir. No sabía si era porque quería dormir con ella, porque quería hablar con ella o simplemente quería repetir. Tardó unos segundos en apartarse e irse a su cama, no tardó tanto en quedarse dormido.


<< ( 18 de Marzo de 2020, 16.23 Horas) >>



<<< Conversación de WhatsApp entre Clare y ``Jason´´ >>>

  
*Jason: *Le había enviado un vídeo donde se veía a Marga en la habitación de Jason. Era habitual que el grupo de cinco se reuniera en la casa de él, y su cuarto era una habitación ancha y alargada bastante desordenada. Al final de esta, había a lo ancho un sofá de cuero muy bajo y viejo frente a una televisión ni vieja ni nueva, de plasma. Marga estaba sentada en el centro del sofá entre el enorme Vicente y Dóminic, el negrito. Los dos jugaban a fútbol en una ps3, mientras apretujaban entre ellos a la pobre Marga. Pese a todo, no parecía estar ahí a disgusto*

   *Clare: Como os saltáis la cuarentena, eh…
   *Jason: No ajuanto sin quedar, la berdad.
   *Clare: Es peligroso quedar ahora, con todo esto del coronavirus. Os podría infectar o la podríais infectar a ella.
   *Jason: Somos 47.000.000 en España i solo ay contagiados 25.000… Meten mucho miedo con eso. Vente… Nos lo pasarremos bien.
   *Clare: ¿Y dónde me meto? No hay más espacio en el sofá.
   *Jason: Tu i io a la cama *Envió una foto de una litera enorme, las sábanas estaban revueltas.
   *Clare: ¿Sabes que tengo novio, no? No estoy disponible como Marga.
   *Jason: No tiene xk enterarse jajajaja es vroma. Kuando te canses de el pues aki estaré.
   *Clare: Eso no va a pasar…
  
*Jason: Tanvien dijiste k no me darías tu numero y mirra.
   *Clare: Porque hiciste trampa. Me pillaste por sorpresa…
  
*Jason: Benga ba, bente… Estamos mui avurridos.
   *Clare: No, estáis más salidos que una ostra jajajaja *Iconos de sonrojo y risa*
  
*Jason: Tanvien… esto de la kuarentena es mui duro. Io sin xicas wuapas no puedo estar.
   *Clare: Yo es que… no sirvo para compartir. A mí me gusta ser única y especial, y eso como que a ti no te va jajajaja
  
*Jason: X ti lo haría…
   *Clare: Ya, claro…
  
*Jason: Tendrías k provarlo… Alomejor luego no te molesta tanto eso de conpartir con Marga.
   *Clare: Que no, pesado jajajaj Ya hablamos, me tengo que ir.

<<< Fin de la conversación de WhatsApp entre Clare y ``Jason´´ >>>



<< ( 18 de Marzo de 2020, 20.00 Horas) >>

A Snapchat Clare accedió mediante una notificación, en la que Vicent se grababa en selfie andando por la calle sosteniendo con su mano libre una correa de perro atada al cuello de Marga. Aferraba con firmeza la atadura, y en el vídeo de escasa duración se podía leer una cita que decía: #Quédateentucasa Solo se puede salir para pasear a tu perra…
   Marga sonreía, por humillante que fuese. ¿Cómo podía aceptar ese trato? Le excitaba, simple y llanamente. El cielo a su alrededor estaba oscuro y estaban dando una vuelta por una zona de bosque muy pegada a unos huertos. Claramente se estaban saltando la cuarentena para ir a hacer algo fuera.

Clare, completamente impaciente, esperó nuevas actualizaciones y no tardó en llegar un nuevo vídeo del usuario de Vicente. En mitad de los huertos, en una parte bastante abandonada y oscura, Vicent grababa como la chica de pelo marrón oscuro se la chupaba, siendo molestada por ocasionales tirones de la correa que le martilleaban el cuello. Abierta de patas –con un pantalón, eso sí- y de cuclillas, chupaba un enorme falo que debería medir por lo menos veinte centímetros… por lo menos. El glande estaba totalmente bajado, el glande era abombado y las venas recorrían como serpientes verdosas todo el tronco del mismo.
   Clare estuvo segura de que todo eso era imposible que cupiese en la diminuta y delicada boca de su amiga. Si de las dos, Marga era la más ``malota y descarada´´, seguía teniendo en cierta manera una apariencia de niña buena. Su lengua lamía la polla del gigante, y sus ojos lo miraban directamente a los de él.
En la foto no es que sea pequeña, sino que estaba en reposo. ''Obvio''
 
El vídeo se cortaba ahí, y reanudaba en otro que citaba ``Dando #hotdog a #laguarrademiperra durante la #cuarentena. Esto es vida.
   No tardó en publicar otro vídeo más donde a modo de autoservicio se follaba la boca de Marga sin dejar de grabar. Era evidente que difícilmente la indomable amiga de Clare se veía superada por el tamaño del mismo cipote que chupaba, además, con semejante agresividad. Citaba el siguiente mensaje: #Tantos sin salir a la calle ni mojar, y otros aquí jodiendo la sucia boca de esta perra. Joderos


No le habría sorprendido, para nada, encontrar un vídeo donde Marga fuese follada por el grandullón pero, para su decepción, no sucedió. El último vídeo se vio como marga pajeaba aquel enorme pollón para que se corriese en su cara. Clare pensó que no era lógico que ni que Vicent no quisiese más, ni que ella aguantase mucho de esa manera.
   Siempre había dicho que pese a la tolerable fealdad del grandote, le ponía mucho lo corpulento y alto que era.
   ¿Tan normal era que se la llevase al huerto y no se la follase como la perra que presumía ser?

Un rato después de aquello, volvió a preguntarle una vez más a su amiga porque no hacía nada con ellos: Se dejaba manosear, les seguía el juego y hasta les hacía mamadas pero nunca llegaba a más.

Y Marga, de nuevo, volvió a dar su respuesta de siempre: No era por falta de ganas. Es más divertido así.


<< ( 18 de Marzo de 2020, 20.30 Horas) >>


Cada vez se estaba volviendo más descarada. Sus padres estaban en el comedor viendo una película, Alan recibió un gif del coño de su hermana húmedo junto a un mensaje que rezaba: ¿Y mi lechita?

En menos de un minuto estaba en la habitación de su hermana, sentado en su cama con ella perreándole. Sus labios vaginales estaban muy separado, su coñito muy abierto. Si hubiese mirado a través de él Alan podría haber visto el cérvix de ella.
   De nuevo sin condón, de nuevo el morbo de llenarla de leche. No tenía fe en que esa vez pudiese –ni quisiese- correrse fuera.


Clare la quería dentro y él quería meterla, el baile erótico de la adolescente no se demoró mucho más. El objetivo era ordeñarlo y de nuevo parecía querer ser impregnada denotando una locura inusitada. ¿Acaso no le preocupaba quedar embarazada?
   Sus labios vaginales besaron el glande duro como una piedra y balanceándose en círculos acabó siendo empalada por la erección de su hermanastro. Ella tenía el control, era ella la que subía y bajaba, perreándole a su amante filial. 




   Lento y duro. Rápido y superfluo. Cabalgó haciendo temblar las pelotas de Alan procurando hacer el mínimo ruido posible, a pesar de que en algunos momentos se hacía difícil.
   Muy por lo bajo se escuchaba el chapoteo en la habitación, un chapoteo que por el ruido de la tele Jonathan y Selma parecían ignorar.
— Nos van a pillar…
— Entonces córrete –exigió ella restregando su espalda contra el pecho de él- Avísame cuando estés a punto…
— No me falta mucho…
— Eso… Dispáralo todo dentro.

Apoyando sus diminutas y delicadas manos, la morena adolescente hizo vibrar sus tetas dentro del sujetador y aumentó por mucho la intensidad el meneo de su trasero. La vibración carnosa tuvo que ser tan placentera que Alan pese a tratar de resistirse se estremeció de pies a cabeza y apretó los dientes, dejando escapar un rugido mojado.
— Te dije que me avisaras –le reprochó sin enfadarse, sonriendo maliciosamente.

Clare se quitó de encima y se arrodilló junto a las piernas de Alan, su polla disparó a una altura increíble el primer chorro, y el resto fueron insulsos y aburridos en la mano de Clare.
— Te ibas a correr dentro… Que cabrón.
— Tú me ibas a dejar.
— No te he dejado –le reprendió, aunque de nuevo, no parecía en absoluto disgustada. Procedió a lamer aquella polla y recoger los restos con la lengua.

Luego se tumbó boca abajo en la cama, no expulsó a su hermano de la habitación, pero tampoco le prestó la menor atención. Alan tuvo que percibir la indiferencia de su hermanastra con el culo ligeramente en pompa, una vagina que no se escondía entre ambas piernas y deseaba repetir, por mucho que Clare fingiese no ser así.


   Acabó penetrándola de nuevo, tras darle unos besos en el cuello. Al principio fue muy precipitado, pero no tardó en encenderse y follaron de perrito. Clare sentía sus propios pechos volar entre sus brazos, estaba muy orgullosa de ellos y se excitaba solo con pensar en como debían verse. También le excitaba que su hermano, desinhibido, no pareciese importarle ser descubiertos. Follando a pelo sin cortarse.

   Le costó, pero unos mordiscos de Alan en su cuello y unas clavadas reiteradas en la posición idónea la hicieron correrse como una loca, obligándose a sí misma a encogerse entre espasmos y morder la almohada para no gritar.

El siguió follándosela unos segundos más, excitado por haberla hecho correrse. La embistió de manera egoísta, sin darle un respiro… Corriéndose sobre su culo y , en venganza por la indiferencia que le había mostrado antes, le pagó con la misma moneda abandonando el cuarto.

<< ( 19 de Marzo de 2020, 1.35 Horas) >>

Una conversación con Petra y con Marga la había vuelto a encender. Por bueno que fuese el sexo con Alan –tampoco era para tirar cohetes, estaba muy verde el chaval-, Clare sentía que le faltaba algo. ¿Por qué cada vez pensaba más en sus dos amigas, en Jason y Vicent? ¿Acaso quería que Alan la tratase como ellos trataban a Marga y Petra? O, como se le había pasado por la cabeza, lo que realmente quería y no se atrevía a reconocer es que a ella también le ponía mucho el rollito de esos dos?
   Se imaginaba en aquel sofá de esa casa, entre Jason y Vicent, con ambos metiéndole mano y ella haciéndosela difícil… Previamente antes de ser follada por ambos. No, por los cuatro.

Acabó acudiendo al cuarto de su hermano y lo montó en mitad de la madrugada, exprimiéndolo una vez más, aunque esa vez fue él quien frustró el fatal final de haberse corrido dentro.

Cada uno dormio en su cama, y la situación volvería a repetirse. Iba a ser una cuarentena muy larga.



Capítulo 2: Abrupto inicio de clases

7 comentarios:

  1. no lei, o sea, solo lei por arriba, ya conoces las razones de mi tedio con este tipo de relatos... pero si quiero decir que me alegra que mantengas una vision positiva de la cuarentena. y que sigas escribiendo, y lo digo un poco desde la envidia, tengo que ver peliculas de referencia y no logro concentrarme hace 7 dias que trato de ver una y simplemente no estoy de humor.


    Con amor,
    Niñita.

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  2. Si no fuera por la cuarentena y el tema del virus....esta historia sería distinta?? O sea ya tenias en mente otras ideas , pero te surgió todo esto porque justo apareció esta pandemia??

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  3. Joder muy bueno. A la espera de más. Es cojonudo que sigas escribiendo.

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  4. Spectrum de Venezuela, no dejas de superarte a ti mismo, que evolucion, diríamos aquí en mi país, eres tu en 3D perro, sigue así.

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  5. esperare el relato entero animo zorro jajaja

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  6. Como siempre un genial inicio, uff lo que está por venir...

    A.

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