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viernes, 19 de julio de 2019

[Traición] El clavo ardiente 4/5

No todo es lo que parece, y aunque Pablo ganó la apuesta tiene mucho que perder. Alex comienza a trabajarse a la compañera de piso de su rival mientras esta hace todo lo posible por alejarlo pero, las malas decisiones de Pablo, no le ayudarán mucho a poner distancia con ese acosador.

Si Pablo no espabila, perderá a la única chica que le puede ser fiel. Y lo peor... La perdería sin darse cuenta.



El fin de semana estuvo dividido en tres partes: La abstinencia, durante todo el sábado; mi ‘’castigo’’, que duraría la noche del sábado y la madrugada del domingo, y finalmente mi venganza, que iba a durar todo el domingo.

‘’Nada es lo que parece´´ es algo que pensé muchas veces a lo largo de todo el fin de semana. Pablo había ganado; Rita y Nicole parecían estar bien; y quizá, el muy imbécil pensaba que yo había quedado fuera de juego. Nada más lejos de la realidad: Supe aprovechar los descuidos de Pablo, la mierda que había entre las dos chicas y para cuando se diesen cuenta… Esas dos putitas iban a ser mías.


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01 < Detalles sin importancia.
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El fin de semana únicamente era posible por los intereses cruzados entre los cuatro: Pablo no podía decidirse entre su exnovia y su compañera de piso. Rita quería para sí a su amigo, y quitarle de la cabeza la idea de volver con Nicole, mientras que esta última quería vengarse de su rival y asegurar su relación de nuevo con Pablo.
   Por eso la colombiana me llevó a mí, con la intención de dar celos a su exnovio y también, ya de paso, dejarla sin competencia. Con lo que no contaba es que yo no pensaba renunciar a ninguna de las dos.

Había malos rollos entre ellas, y por eso, se me ocurrió nada más llegar proponer una abstinencia sexual entre los cuatro para, llegada la noche, explotar en una pequeña competición. Si Pablo se corría primero, perdería; y lo admito, pensaba que iba a ganar a ese subnormal bueno para nada. Como sea, el que acabó primero fui yo, y por eso estaba sentado en una silla frente al sofá viendo a Pablo malgastar dos de las tres peticiones que tenía como premio por haber ganado.

   El muy imbécil estaba estirado boca arriba sobre los asientos del sofá. La colombiana estaba sentada entre sus tobillos abierta de patas, con una perla de líquido blanco rebosando de su rosado interior para luego desbordar por los oscuros labios vaginales y caer sobre el asiento del sofá. Su espalda estaba apoyada en el reposamanos derecho del sofá, y la respiraba con dificultad entrecortadamente, con una sonrisa de satisfacción iluminando su cara.
   Rita se arrodilló frente a la cara de Pablo y comenzó a besarle mientras le acariciaba los cojones con la mano; como si intentase -en una batalla perdida- evitar que decayese la erección y se mantuviese dura.
— ¿Cuándo va a ser mi turno? -le susurró, suplicante. Estaba claramente fuera de sí-. Quiero polla como ella…

Intercambié una mirada rápida con Nicole, percibiendo en sus ojos negros cierto brillo de maldad y regocijo al tener claro que, tras haberle exprimido bien las pelotas, ya no se le iba a volver a poner dura.
   Hay que recordar que si bien los cuatro habíamos estado la mayor parte del sábado sin corrernos y provocándonos mutuamente, la chica barcelonesa era la única que aún no se había corrido.
— No creo que se me levante… Dame un rato para que me recupere -se lamentó, el muy inútil.

No supo ver lo evidente: Los gestos de una Rita hambrienta, las miraditas maliciosas de la colombiana y los piques que se producían entre ellas. Si Pablo se hubiese dado cuenta, habría agarrado a su compañera de piso y la habría llevado a su habitación, donde habría jugado con ella hasta que se le levantase.
   También podría haber evitado correrse dentro de Nicole y haber jugado con las dos, pero la victoria le había nublado el juicio. Seguramente pensaba que al haber ganado tendría toda la noche -hasta las nueve de la mañana, como habíamos acordado- para hacerlo con las dos todo lo que quisiese: Craso error. Yo sí que me había dado cuenta y, en cuanto me saliese la oportunidad, le daría toda la atención que se merecía.
— Voy al baño -señaló sin previo aviso Nicole, alzándose con piernas temblorosas al tiempo que agarraba del suelo el tanga y el sujetador que había tirado minutos atrás. En su camino al servicio, iban cayendo gotas blanquecinas al suelo desde su entrepierna.
— Joder, Nicole… Yo… -comenzó disculparse Pablo, claramente arrepentido por haber acabado dentro de ella.
— Luego lo hablamos, voy a lavarme -replicó con una sonrisa, desapareciendo por la puerta que daba al pasillo.
— Bueno… ¿Se ha sentido bien? -preguntó la rubia jugando con el cabello de él. Recostó su oído sobre el pecho el sudado pecho de Pablo.
— ¿El qué?
— ¿Qué va a ser, tonto? Hacerla con las dos.
— Demasiado bueno… Me gustaría repetir. ¿Y a ti? ¿Te ha gustado liarte con ella? -ante la pregunta de su amigo se ruborizó. No por vergüenza, sino por haber recordado la experiencia.
— Es diferente… No ha estado mal. Aunque prefiero esto -aseguró apoyando sus manos contra su ombligo, pasando una pierna sobre él y montándose como una vaquera sobre su entrepierna. Restregó su sexo contra el de él, importándole poco que estuviese manchado de semen.
— No creo que se vaya a levantar -repitió-. Necesito un descanso.
— Ya -respondió ella. Los dos actuaban como si estuviesen solos-. Déjamelo a mí. Haré que se te ponga bien dura… Ahora que te tengo solo para mí no te voy a desperdiciar.

Había escuchado suficiente, poca información más iba a poder sacar de ahí. Me levanté y me dirigí hacia el lavabo para aclarar unas cosas con Nicole. Me mordí la lengua cuando, estando cerca del pasillo, Pablo me recordó con pedantería que no podía tener sexo hasta las nueve de la mañana.
   Rechiné los dientes y mientras asentía le dediqué una desagradable sonrisa antes de largarme.


***

Me colé en el baño sin picar a la puerta y me la encontré sentada en un bidet de porcelana blanca justo cuando se limpiaba casi desesperadamente la vagina a chorros, tratando así de reducir las posibilidades de quedar embarazada. Ni me tomó en cuenta ni me reprochó el haber entrado sin avisar.
— Te ha tenido que joder bastante -adivinó sin levantar la vista tan siquiera.
— ¿Qué me vas a decir tú? Se están liando en el sofá. Lo sabes. ¿No?
— Le he exprimido tan fuerte la pija que no se le va a levantar en un rato… Y cuando lo haga me lo estaré cogiendo de nuevo.
— ¿Qué vas a pedir tú? -pregunté sentándome en una silla que había frente a la pica y al espejo.

En la apuesta que habíamos ido desarrollando a lo largo del sábado, habría dos ganadores: El que consiguiese tardar más en correrse y la chica que lograse hacer correr a su pareja. Si yo había perdido, Nicole había ganado. Y los dos ganadores tenían tres peticiones, de las cuales a Pablo solo le quedaba una tras haber mal utilizado minutos atrás.
— No lo he pensado.
— Venga… -reí sin creerla-. No les voy a decir nada.
— Me lo tengo que pensar -insistió, mientras agarraba la toalla limpia y se secaba la entrepierna.
— Sabes que no ha ido con todo. ¿No? -le cuestioné.
  Está claro -corroboró como si me hubiese leído la mente. Al parecer se había percatado de lo mismo que yo-. Y también es seguro que Rita se arrepentirá de haberme dejado ganar.

Nicole no era tonta, y estaba seguro de que sus peticiones podían serle tan útiles a ellas como a mí. En cierta manera éramos aliados naturales.
— Te ayudo y tú me ayudas -murmuré socarronamente ojeándole las tetas sin disimulo.

Redondeadas, sin ser exageradamente grandes ni caídas y con unos preciosos pezones negros. Me tentó por unos momentos hacer algo con ella en el baño; no hacía muchos que ambos nos habíamos corrido, pero me hipnotizaban sus curvas de la misma manera que mi polla reclamó la atención de sus ojos. Estaba seguro de que si intentaba algo, se habría dejado.
— Mientras la tengas ocupada, haz lo que quieras con ella.
— Sabía que nos entenderíamos. Cuando tu ex se sobe, si te apetece repetir con Rita y conmigo…

Alzó una ceja, sin sonreír.
— Dudo mucho que Rita te vaya a pasar una. Además… ¿Crees que Pablo no va asegurarse de que cumplas el castigo? -continuó diciendo mientras agarraba su tanga y se lo colocaba bien.
— Lo vas a tener bien ocupado con tus tres peticiones.
— Le queda una -me recordó-. Puede pedirte algo así como que te quedes mirando. O… Lo que sea.
— ¿Te moló comerle la boca a Rita? -pregunté cambiando abruptamente de tema. No podía dejar de pensar en ambas liándose mientras follaban conmigo.

Nicole me estudió y, finalmente, sonrió con picardía.
— ¿La verdad? Me puso bien arrecha. Estuvo buena la vaina -interpreté todo eso como que sí.
— Pensaba que te gustaba más el hueso que a una perra.
— Es… diferente. Muy diferente -confesó-. En Colombia es un tabú. Nunca antes había pensado en hacerlo con una pela; pero estando aquí y habiéndolo probado… Me encantó. Eso sí, quiero joder bien a esa perra.

Mi cipote empezó a abultarse, poco a poco hasta quedar completamente dura oscilándose por la tirantez de la gravedad.
— Veo que a ti también te gustaría hacerlo con las dos -comentó, juguetona, sin dejar de mirármela. Se mordió una de sus uñas.
— Con la rabia que le tienes, me mola la idea… Os quiero romper a las dos.

Se mordió el labio y se inclinó hacia mi oído tras ponerse en pie. Sus labios rozaron mi oído y dijeron:
— Me muero de ganas porque me cojas -añadió, aunque luego se fue apartando:-. Pero primero tengo que arreglarme con Pablo.
— Arregla lo que quieras con él. Vas a seguir siendo mía.
— No no no no -aseveró al tiempo que reía, hasta que endureció su semblante. Se apoyó en la puerta del baño. Hablaba bajito, como si no quisiese que la escuchasen. Por el contrario proseguí conversando igual de alto.
— Esta tarde en el cuarto no decías lo mismo.
— Estaba arrechísima, pendejo -me reprochó riéndose mientras se ponía bien el sujetador-. Te habría dicho lo que fuese con tal de que la metieras.
— Por eso acabarás abriéndote de piernas para mí. Pablo nunca va a poder igualar lo que hago.
— Como sea… No creo que vayas a lograr cogértela. Y conmigo no cuentes esta noche… ¿Qué vas a hacer? -susurró avanzando un par de pasos hacia mí y dejando su vientre desnudo a milímetros de mi nariz. Alcé las manos y la abracé, clavando mis uñas en sus dos nalgas y rozando con ellas muy cerca de donde estaba su coñito.

La sentí ronronear, mover el culo como si no quisiese parar. Mis dedos índice y central de la mano derecha lograron evadir la tela del tanga y colarse en el interior de su vagina, la cual volvía a estar totalmente mojada.
— Ay, no… Suelta, guevón -suplicó afligida justo cuando usaba mis dientes para apartar su sujetador y atrapar uno de sus pezones. Estaba perdiendo el control, e iba a follármela ``rapidito´´. Los otros dos no tenían porque enterarse.

Con mi mano izquierda aparté la parte delantera de su tanga y metí dos dedos clavándolos hasta los nudillos. La sentí erizarse y contemplar el techo unos segundos antes de volver a mirarme, mientras mi polla reafirmaba su erección sobre la silla en la que estaba sentando y apuntaba hacia el techo.
   Atrayéndola hacia mí con un tirón de muñeca, se tambaleó hasta situar su coño sobre mi pica y caer en picado. Fue lo suficientemente hábil como para sacar el culo y derribar mi cipote quedando abrazado entre mi vientre y sus labios vaginales.

— No. Para… -su súplica eran más bien gemidos que no fueron acompañados por ningún tipo de rechazo físico. Volvió a alzar la vista y mirar al techo, entrecerrando los ojos y perdiendo las ganas de resistirse hasta que se levantó de golpe y se apartó de mí-. ¡No joda! Has acabado hace nada… Resérvate para Rita.
— Venga… Tengo de sobra para las dos -justo en ese momento Nicole pegó un brinco como reacción a la puerta abriéndose de par en par a sus espaldas. Rita casi la arrolla con ella.

Los dos compañeros de piso nos miraron decepcionados desde fuera del baño, como si esperasen habernos pillado follando. Descubrieron mi completa erección, y para mi gozo, la rubia me la estudió con disimulo dejando entrever asombro y deseo.

   Me agarré el cipote y, como si fuese de manera inconsciente, me empecé a pajear.
— Te acuerdas de que no puedes hacer nada. ¿No? -repitió Pablo con cara de pocos amigos. Agarró a Nicole de la cintura y la acercó para sí-. No parece que seas de fiar. No voy a dejarla sola contigo.
— No iba a dejarle hacerme nada -aseguró la colombiana, cediéndole un beso que acabó en una comida de boca entre Rita y yo.

Luego, se apartó de ella y se dirigió a Rita para comerle la boca también antes de espetarme:
— Ahora son mías. Recuérdalo -entonces se volvió de nuevo hacia Nicole y le pegó un azote en el culo, dejando la mano ahí pegada-. Mejor que no te separes de mí en lo que queda de noche, me voy a asegurar que cumpla su parte -aseguró con malicia.
— Disfruta de la noche -balbuceé intentando esconder mi enfado. Pajeándome inconscientemente con más ímpetu y recostándome contra la encimera del baño-. Mañana si tienes cojones te retaré a otra. Y la perderás.
— No aprendes. ¿No? Si hubieses cerrado la puta boca ahora estaríamos follando los cuatro.
— La apuesta de mañana no la perderé.
— Seguro que eso pensabas de la última. Con lo de que tardaría menos en correrme, me refiero.

Lancé una mirada furtiva y disimulada a su amiga. La barcelonesa no exhibió ninguna reacción por su parte, aunque seguía convencido de que lo había dejado ganar. Pobre niñata… ni sabía la que se le venía encima.
— Mañana por la mañana ya veremos si tienes los cojones de aceptar la apuesta -me envalentoné-. Cuando sepas de que trata.
— Dímelo ahora.
— Mañana, mejor -dije poniéndome en pie, parando de tocarme.
— No, dímelo ahora y ya dejamos claro si la acepto o no.
— Eres un mierda -Estaba irritado por su ataque y perdí ligeramente el control-. Aguanto follando mucho más que tú, antes lo dejaste claro. Con eso de ``No creo que se me levante. Necesito descansar´´ -remedé sonriendo burlesco.
— ¿A dónde vas, subnormal? No me apetecía. Está claro que puedo aguantar mucho más que tú.
— Pues entonces ya tenemos plan para mañana -di por hecho.
— Eso no sería justo -intercedió su amiga, adelantándose un par de pasos y agarrando por la cintura a su compañero de piso.
— ¿Qué dices, guapa? -pregunté endulzando mi tono de voz, mirándole descaradamente las tetas. En respuesta se cubrió los pechos desnudos con el antebrazo mientras me plantaba cara con fiereza y sin amilanarse.
— Tú vas a estar descansado para mañana. Pablo y yo nos vamos a asegurar que de cumplas, pero ya te garantizo yo que él va a follar mucho esta noche.
— Podemos hacerlo por la noche de mañana -le contradije, sin perder la calma. Intenté no reírme… Iba lista si se pensaba que me iba a tirar toda la noche sin follar. No sabía como lo haría, pero iba a zumbármela hasta cansarme de ella. Y lo mejor, a espaldas de ese subnormal.
— Lo que tú digas -sentenció Pablo-. ¿Vamos a cenar algo? -preguntó, girando con ellas sin soltar dejar de manosear sus culos y marchándose los tres juntos.


En vez de cargarme en sus muertos en voz alta, me calmé y pensé en algo que me saciaba mucho más: Me la imaginé a cuatro patas y yo tirando de su pelo mientras le escupía en la boca. No sería tan digna cuando cayese sin que el otro se enterase.




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02 < Preliminares de tres…
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Desde el cuarto de baño los seguí a la cocina, donde empezaron a preparar un cena bastante simple a base de bocadillos. Los tres vestían únicamente ropa interior mientras que yo era el único que permanecía en pelota picada fuera de la cocina, vigilándolos desde el marco de la puerta.
   Pablo estaba a punto de cometer un segundo error garrafal con su compañera de piso, y aunque me lo esperaba me sorprendió la manera que iba a suceder.

Él estaba en boxers y ellas, con sujetador y tanga. Empezaron muy serios a preparar la cena: Partiendo en dos mitades cuatro barras de pan y rellenándola con aceite de oliva, sal y jugo de tomate natural; mientras, las dos amigas preparaban en silencio el picoteo con el que se llenaría el pan. Una gran fuente de cristal comenzó a ser llenada de embutido, quesos y salsas.

   El hambre con el que habían comenzado a prepararlo todo les hizo ignorarse mutuamente en aquella diminuta cocina, donde para pasar de un extremo a otro prácticamente tenían que ponerse de puntillas y pasar rozando el culo del otro. En un intento por llegar a la nevera, Rita restregó sus nalgas en la polla de Pablo. Estaba claro que la colombiana no le iba a pasar ni una, así que mientras su exnovio frotaba el tomate contra las blandas migas del pan le preguntó:
— Cielo… ¿Te apetece un trozo de fuet? -Cuando Pablo se volvió, vio entre sus tetas un trozo cortado del embutido y enterrado entre ellas. Deteniendo su progreso, dio caza al resto de comida y enterró la cara entre los dos pechos de Nicole antes de salir masticando el premio, triunfante.
— Muy rico -musitó la mulata entre risas, antes de agarrarlo por la nuca y robarle el fuet que permanecía dentro de la boca de este.
— Eh… Que tengo hambre. Dame otro -le espetó Pablo.
— ¿Otro qué? -inquirió ella, sugerente. Agarró un trozo de fuet recién cortado y se lo llevó a la boca, siendo instantáneamente arrollada por la boca de Pablo fundiéndose en una escaramuza de labios húmedos. Sin separar los suyos de los de él, la colombiana agarró otro trozo más y se lo puso sumergido en su canalillo.

No agarró con la boca el trozo inmediamente, sino que paseó su lengua alrededor de sus ubres para ensañarse un poco antes de recoger el alimento directamente con la lengua, dejándole babeado todo el escote. Sin perder el tiempo, sacó las tetas del amparo que les daba el sujetador y empezó a pellizcarle los oscuros pezones mientras seguía comiéndole la boca hasta que, Rita, decidida a no quedarse atrás, agarró un trozo de queso y lo tiró al suelo muy cerca de donde estaban los otros dos.
— Ups… -musitó golpeando con su culo a Nicole y dejando sus nalgotas blancas a pocos milímetros de ambos. Sus piernas permanecieron rectas en un ángulo de ciento ochenta grados mientras recogía el trozo, separando sus nalgas y apurando el hilo de su tanga entre los labios rosados de su sexo.

Pablo se apartó de Nicole, se arrodilló ante ella y metió la cara entre ambas nalgas provocando así que la barcelonesa soltase un alarido de placer.
— ¡Aaaaahhhh….! -rugió eróticamente removiendo su melena hacia un lado y frunciendo los ojos como si estuviese sufriendo. Entonces me miró a mí, fijando sus pupilas en las mías y, sonriéndome por primera vez, vi al tiempo como las uñas de ese anormal se clavaban en esas nalgotas con la intención de separarlas aún más.

La situación se fue calentando por momentos, algo que me molesto y llegó hasta a ponerme nervioso. Necesitaba a Rita cachonda y desesperada, y si Pablo se centraba en ella haría peligrar cualquier intento que hiciese con ella. Por suerte para mí, Nicole fue mucho más rápida y entendía lo poco que nos convenía a los dos que Rita quedase saciada.
   Agarró a su exnovio por la muñeca y jaló de él hasta el sofá, dejando plantada con el culo en pompa a la española. Con inercia y frenetismo, llegando al sofá la colombiana se dejó caer de espaldas y se abrió de piernas para hacer que Pablo le cayese encima, cerrando el agarre como si fuese un candado con sus bonitas y depiladas extremidades inferiores alrededor del trasero de él.
   Rita, sin perder el tiempo, se situó encima de Pablo y tras él, mordiéndole el hombro para conseguir el efecto deseado y empezar a pajearle tras rebuscar en su boxer batiendo la polla de él contra el vientre de ella.

Ninguna de las dos quería compartirlo, eso era evidente. Lo que no entendía era porque Nicole no había usado todavía su primera petición para follar a solas con él.
   ``Se le ha antojado un trio´´ la maldije para mis adentros, dando por hecho que así era.
— Pablo… -le gimió al oído Rita, abrazándolo desde detrás con más ímpetu-. Mira como estoy… -le indicó atrapando su mano y guiándola hasta atracarla en su húmedo rincón. Sus muslos estaban tan mojados que hasta yo percibía el brillo. No, más que eso… Estaba goteando.

El disputado imbécil, aún sin poderse girar por la fuerte pinza que le estaba haciendo su exnovia, empezó a dejarse comer la boca por su compañera de piso, la cual atrapó toda su atención meneando el cipote de Pablo contra el vientre de Nicole como si estuviese batiendo nata. Él, por el contrario, retorcía tres dedos dentro de ella, provocando un sonido de chapoteo húmedo claramente inconfundible.
   Slap, Slap, Slap, Slap…

De repente, Nicole se abrió de piernas y liberó a Pablo, espetándole:
— Vas a tener que aguantar un poco más, lindura…
— ¿Qué? -inquirió confusa Rita, preparándose para sacar las garras en cualquier momento.

La mulata nos sorprendió a los tres, agarrando a su rival de la muñeca y con un fuerte tirón de esta la hizo quedar sobre ella a cuatro patas. Un beso certero unió los dos pares de labios y, con una lengua fisgona, exploro la cavidad oral de Rita. Las uñas pintadas y brillantes de Nicole se clavaron duras pero eróticas en la enrojecida piel de la albina, con prácticamente todos sus dedos invadiendo su culo y su coño tras haber hecho a un lado el hilo de su ropa interior.
— Ummmm… -gimió con la boca abierta cuando uno de esos dedos se coló maliciosamente en su desesperado coño. Luego, otro, de la mano contraria, hizo lo mismo y, realizando fuerzas en direcciones opuestas, abrieron su coño de par en par para mí y para Pablo, como si nos estuviese animando a los dos a hacer con ella lo que quisiéramos-. ¡No aguanto más! ¡Me corro viva! ¡Clávamela ya! -no vi que cara ponía, porque su rostro estaba enterrado entre los pechos de Nicole, pero esta se estiró y soltando una de las dos nalgas de Rita, agarró con dificultad el cipote de Pablo y lo extrajo del boxer.

Volvió a ser pajeado, exprimido hasta que una notable gota de líquido preseminal fue restregada contra la nalga derecha colorada y enrojecida.
— Pégale… -Le animó Nicole y, situándose entre Rita y yo, Pablo recortó la distancia y se paró frente al culo en pompa de su compañera de piso.

Sin dejar de ser masturbado, estrelló su mano izquierda contra la nalga izquierda dejándola aún más enrojecida.
— ¡Ahhh! -Luego volvió a azotarla-. ¡Ummm! -Y sin piedad lanzó un azote que sonó aún más duro, escalando el volumen y la intensidad del gemido estremecedor que produjo ella en respuesta-. ¡AAAAyyyyy!
— Mira lo mojados que están estas ingles, papi… Fóllatelas. Sí… -le indicaba su exnovia, mordiéndose el labio. Sin detener la convulsión de su mano entremetiendo el glande de ese imbécil y haciéndole resbalar hasta golpear con su vientre las dos nalgotas de Rita.

Me imaginé lo cachonda que debía estar, que hasta la sensación de desliz entre sus muslos tendría que resultarle orgásmica. Pese a tener las rodillas separadas, Nicole se las apañó para escurrirse entre las piernas de ella y hacer que las juntase, presionando una rodilla contra otra haciendo así que los dos muslos fuesen una vagina gigante para Pablo.
— Oohhhh… -gimió Rita apoyándose como pudo en el sofá. Entrecerró el ceño a modo de súplica y abrió exageradamente la boca suplicando una única cosa-. Clávala dentro… Rómpeme el coño.
— ¿Sin condón? -musitó también Nicole abrazando a su exnovio por detrás.
— No puedo esperar a que se ponga uno…
— Y luego me decías en la cocina que como podía arriesgarme tanto -sonrió a modo burlón. Desde detrás de Pablo, hizo retroceder su cadera y asió con firmeza el empapado pene del chico paseando el glande por la raja de arriba abajo, sin meterla.

``¿Qué coño haces? Lo vas a joder todo´´ quise gritarle, pero me quede callado. Me entraron unas ganas terribles de cagarme en todo, pero no podía hacer nada sin empeorar las cosas.
— Métemela ya…

Cuando Pablo se dispuso a obedecer cogiendo carrerilla con su cadera, Nicole apuntó hacia arriba y la embestida de polla resbaló entre sus nalgas y fueron las pelotas del chaval las que golpearon en el ansioso coño provocando en él un espasmo de placer…

— Voy a pedir ahora mi primera petición. Quiero estar a solas, en nuestro cuarto, con Pablo. Sin que ninguno de los dos entréis -me estaba incluyendo a mí, por supuesto.
— Bueno, bueno… podemos hacerlo luego -intercedió Pablo en favor de su amiga-. Ella lleva esperando mucho más.
— Podríamos decir que es mi venganza por robarme a mi jevo… Si ha podido aguantar todo el día podrá aguantar un poquito más -sin dejar pasar un segundo más, le plantó un beso con lengua y le agarró el culo-. Vamos bebe, hagamos algo con esa dureza…

Con dos dedos en forma de garfio pinzó el boxer de su ex y lo arrastró hacia la habitación de él, dejándonos solos a Rita y a mí. Realmente esa colombiana había sabido usar muy bien sus cartas, matando así dos pájaros de un tiro. Se quedó a Pablo para sí misma y me dejó a Rita famélica.




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03 < Presa debilitada
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La escuché bufar mientras la observaba dejarse caer al sofá, quedándose espatarrada. Acabábamos de escuchar cerrarse, con dos portazos, la puerta del pasillo y de la habitación de Pablo.
— Eso te pasa por haberla dejado ganar.
— ¿Tan poco sabes perder que necesitas culparme a mí? -me espetó fulminándome con la mirada, justo antes de soltar una sonrisa pícara e hiriente. Mi cipote estaba morcillón por lo que acababa de pasar en esa sala, aunque todavía estaba lejos de empinarse del todo.

Estaba vulnerable, y aunque sea solo metafóricamente, tenía la sensación de oler su coño desde ahí.
— Venga… Si conseguías que se corriese no habría podido follar en toda la noche. Pero habrías podido pedir tres cosas.
— Ya. Y te habrías encargado de no habernos dejado follar.
— Bueno… Podrías haberlo hecho conmigo.
— Ni loca. ¿Te enteras? Ni loca. -``Tranquila, no tardarás mucho´´ pensé en consecuencia.
— Seguro que habrías encontrado la manera de follar con él en una esquina de la casa -``Que será lo que hagas conmigo´´ me burlé para mis adentros. En voz alta me mostraba burlón y alegre por su situación.
— No sabía como ibas a actuar. Preferí asegurarme de que no pudieses follar y hacerlo con él cuando quiera.

Giré la cabeza y miré hacia la puerta del pasillo, de la cual no se oía absolutamente nada.
— Sí, ya lo veo… -ironicé intentando contener la risa.
— Nicole se cansará -aseguró.

Solté una sonora carcajada que se alargó bastante; intenté ser sarcástico cuando le di la razón. No me convenía supiera cuales eran mis cartas.
— Ya. Y cuando lo haga, lo compartirá contigo. ¿Pero a solas? Sigue soñando.

Me volvió a fulminar con la mirada, cruzándose de brazos y de piernas mientras le sonaba la barriga.
— Para que no pienses en que están follando. Si quieres, podemos cenar algo en la cocina. El pan se va a poner malo -propuse suavizando mi voz, y tras unos segundos, acabó accediendo.


***

Pocos segundos después ya estábamos en la cocina con la puerta cerrada. La observé estudiar el pan previamente a agarrar queso y embutido y meterlo dentro.
— Si eres realista… Te está poniendo los cuernos con su ex.
— En este fin de semana permito que se lie con ella. Es como un intercambio de parejas. Además, no estamos saliendo -me corrigió.
— Un intercambio de parejas, eh…
— No pienso hacer nada contigo -para mí, que hubiese admitido eso ya era un enorme progreso.
— Si tú lo dices… ¿Por quién estará más pillado? ¿Por ti o por ella?

Pegó un famélico mordisco a su bocadillo recién improvisado y tras masticar con nerviosismo, volvió a dar otro mordisco que mermó el pan un poco más.
— Va a darte la patada… -insistí sin intención de hacerme ningún bocadillo. Mis ganas de follar con ella me quitaban las ganas de cenar nada.
— Pablo no es así.
— Está en su cuarto, follándose a la zorra esa después de haberlo hecho conmigo. Y eso sabiendo que aún no te has corrido… Igual que cuando lo hizo conmigo -pensé en argumentar con el hecho de que, si Pablo quisiese, podría mandar a la mierda la apuesta y no obedecer a Nicole pero, claramente, eso no me convenía. Tenía que seguir viendo esas ‘’peticiones’’ como sagradas, obligatorias de cumplir. Al menos hasta que Nicole las hubiese gastado todas.
— Sabes también como yo que era consentido. No fueron cuernos.
— Nicole se hablaba conmigo desde un tiempo antes de proponérselo a Pablo.
— Sí, ya me lo había contado. Y Pablo lo sabe también -Eso me pilló por sorpresa, pero conseguí aparentar indiferencia.
— Como sea… Nicole varias veces me ha dicho que en cuanto vuelva con Pablo seguirá follando conmigo en secreto.
— Te lo estás inventando… -dijo tras engullir otro bocado de pan.
— ¿Tú crees? Será gracioso. ¿No? Cuando Pablo se quede con ella y tengas que conformarte con ser su compañera de piso. Bueno, claro… Siempre podrás follártelo cuando Nicole no esté. Seguirá siendo un intercambio de parejas, solo que en secreto.

La mierda ya estaba metida, y además me convenía que la idea de traicionar clandestinamente no estaba tan mal. Acababa de lograr calar en ella y meterle miedo, lo suficiente para que se quedase pensativa con su tremendo culo apoyado contra la encimera y con la mirada perdida.
— Pablo no haría eso… Se quedará conmigo.
— Y por eso está en su cuarto follando con ella -repetí. ¿Y sabes qué? A Nicole le quedan dos comodines más. Y te apuesto lo que quieras a que los usará para quedarse a solas con él.

Me acerqué un par de pasos sin que ella se moviese, alzando la vista para mirarme. Me permití el lujo de tocarla: Mi dedo índice alzó su barbilla con suavidad.
— Pablo te ha traicionado. Traiciónalo tú a él.
— Ya te había dicho que no me tocases -dijo, sin apartarse. Retiré la mano, pese a que me mantuve igual de cerca, con mi cipote cada vez más duro cerca de su pierna.
— No voy a obligarte a nada. Te lo dije esta tarde… Serás tú la que va a querer.
— ¿Y si te haces un bocadillo y te callas la puta boca? O mejor, atragántate. En serio, tio. No soporto oírte.
— ¿Y si me la tapas tú? -repliqué sonriente, acercándome a besarla. No me apartó, pero si que escapó con habilidad y gracia volviéndose al comedor.
— No te lo voy a repetir, no te me acerques.

Alcé ambas manos, sorprendiéndome de que siguiese a la defensiva.
— Sabes comer muy bien la olla a la gente. ¿Eh? Para ser tan crio…
— Solo digo la verdad.
— La deformas según te conviene -me reprochó.
— Todo lo que he dicho es verdad, y lo sabes.
— ¿Qué es verdad? ¿Qué Pablo siga deseando a Nicole? Está claro. Pero está conmigo. Le gusto -dijo pegándole otro bocado al bocadillo, se estaba acercando a la punta y le quedaba poco. Se sentó en el sofá y volvió a cruzarse de piernas justo cuando metía el último trozo de pan entre sus dientes.
— Os quiere a las dos y no va a pasar de restregar su polla con ninguna.
— Eso es lo que te gustaría a ti. ¿No? Follar con las dos.
— Puede que lo haga, mañana.
— ¿Qué harás mañana?
— Liarme con las dos.

Soltó una carcajada, continué. No pareció desear que acabase la conversación, al contrario, intuí que estaba intentando calentarla.
— Te demostraré la diferencia que hay entre Pablo y yo.
— Ah, sí… Hablaste de una apuesta. Cuéntame cual es. ¿Qué me harías mañana? Si me dejase, claro. Que no lo voy a hacer.

Ni me lo pensé, para ponerla a tono tenía que sacrificar parte del secreto para que se interesase en lo que estaba por venir.
— Ya os lo dije, es una apuesta donde ganará el que más dure follando. Y ahí, por mucho que quieras, no podrás hacerme perder a mí. Tendrás que ser honesta.
— Pablo no aguanta precisamente poco, no creas que lo vas a tener fácil.
— Puedo correrme muchas más veces que ese inútil. Y duro más que él. Y cuando él ya no pueda follar más contigo, me encargaré de las dos.
— Uy, que semental… ¿Podrás con las dos al mismo tiempo? -se echó a reír, aunque fue más a modo de burla como si no se lo creyese.
— ¿Y cual es el premio?
— Tengo que pensármelo… Pero quiero un hijo tuyo.
— Ah, sí… Nicole me contó tu fetiche de ir preñando chicas por ahí. ¿Qué habrías hecho si la hubieses preñado? -me encogí de hombros.
— Hago lo que me apetece en cada momento -Mientras me escuchaba, pegó un largo trago directamente de la botella de cocacola aprovechando que quedaba poca-. Y la mejor manera de robarte es preñarte. Me pone a cien pensar que no has tenido polla en todo el día… -dije dejándome caer por fin a su lado, tan cerca que parecíamos siameses-. Quiero follarte y hacer que te corras mucho.
— Y correrte dentro de mí -añadió, no tenía claro si le molestaba o le excitaba.
— Eso podría omitirlo, corriéndome en esta boquita… -dije acercando mi mano a su labio inferior y pellizcándolo con los dedos pulgar e índice. Esa vez no rechazó el contacto, sino que se limitó a mirarme fijamente con esos ojazos suyos.

— Cuando Nicole acabe con Pablo, fóllatela a ella.
— ¿Te lo puedes creer? -le cuestioné mientras bajaba mi mano y, en el camino, rocé como si mi uña fuese una pluma su escote, antes de apartarla al lado de mi pierna-. Me gustas mucho más que Nicole.
— Sabes comerle bien el oído a una chica.
— Eh, que lo digo de verdad -tome la iniciativa y me situé sobre ella tras levantarme, apresándola entre mis brazos, aunque tuviese muchos huecos por donde escaparse-. No tienen porque enterarse. Ninguno de los dos… Follamos y luego hacemos como que no ha pasado nada.
— Sigue soñando -pese a su abrupta respuesta, estaba bastante ruborizada-. La verdad es que quieres ``robarme´´ -dijo entrecomillando con sus dedos antes de escurrirse entre mi brazo y mi pierna, sin molestarse en evitar el contacto: tropezó, recuperó el equilibrio y se quedó entre el sofá y la televisión.
— Pues sí -admití con una sonrisa guindándome de oreja a oreja. Avancé un par de pasos hacia ella, y la barcelonesa los retrocedió-. Me pone mucho que te resistas, porque sé que acabarás cayendo. Y lo mejor… Sin que ninguno de esos dos se empane.
— ¿Te dije que me das asco? Como eres, como hablas… Lo salido que vas siempre -buscaba herirme, minar mi autoestima. No funcionó.
— Pues a mí me pones mucho. Eres exactamente mi tipo. Me cansé de lo rápido que Nicole se entregó, pero me encanta como te haces la dura a pesar de que me miras la polla cada vez que puedes…

Seguía retrocediendo por el comedor, paso a paso y yo la perseguía. Cuando vio que se estaba quedando sin espacio, abrió la puerta del comedor y se marchó por la puerta que daba al pasillo, ``encerrándose´´ en su cuarto, a pesar de que había dejado la puerta abierta como si me invitase a seguirla.
   Plas, plas, plas, plas, plas…
— ¡Ay, sí! ¡Papi! Dame más duro… Que rico me coges. ¡Ayy! -los gemidos de Nicole me parecían fingidos, como si quisiese ser oída y molestar a Rita.

Avancé por el pasillo hasta la habitación de mi presa, mientras pensaba decepcionado: ``¿Tan fácil?´´ Una parte de mí estaba en éxtasis porque. ¿A quién no le gusta disfrutar del premio de la victoria? Aún así, había estado esperando que se alargase mucho más.
   Chop, chop, chop, chop… Los gemidos se detuvieron, solo se oía el choque de carnes que dejaba evidente que, pese a la hora que era, no querían esconder lo duro que follaban.
   Abrí con una mano la entrecerrada puerta y me colé en el interior, Rita parecía irritada por lo que había tenido que escuchar al llegar hasta allí.
— Que hayas dejado la puerta abierta debo entenderlo como una invitación.
— No quiero estar sola ahora… pero no voy a hacer nada contigo -aseguró sentada al final de la cama, con dos almohadas separando su espalda de la pared-. En verdad… No quiero que te confundas y creas que esto lo voy a hacer para provocarte ni nada.
— ¿El qué? -pregunté frunciendo el ceño sin entender.
— Esto… -repitió, separando un poco más si era posible sus piernas la una de la otra y, con unos dedos excitados y temblorosos, hizo a un lado el hilo de su tanga que había ocultado hasta ese momento su rosada vagina. Estaba mostrándome su pringoso coño sin ningún escrúpulo, y cerrando los ojos, hizo a sus dedos acariciar sus labios vaginales. Además, sin mucha demora, clavó dos dedos centrales en el interior de su cavidad carnosa para luego sacarlos y mostrarme lo mojada que estaba.

De sus dedos colgaban interconectados hilos flexibles y transparentes, que no tardó en utilizar para jugar con su hinchado clítoris.
— Seguro que lo disfrutarás más con una polla.
— Quería que me vieses hacerlo. Si yo voy a estar a dos velas, tú también.

Con la tela del tanga apartada, su mano libre amasó su hermosa ubre derecha mientras se folló sus propios tres dedos ya pringosos. Los introdujo con ansia, viéndola como apretaba los dientes y apoyaba la nuca contra la pared.
— Me gustan estas vistas… Creo que también me voy a pajear -me animé.
— No puedes… -dijo sin parar de pajearse.

No se estaba acariciando el clítoris ni los labios vaginales, sino que se estaba follando el coño con sus propios dedos. Inconscientemente o no, me estaba dando a entender que quería ser penetrada.
— ¿Cómo que no? -le cuestioné agarrando mi cipote con sutilidad. Sentí su mirada atraída hacia mi miembro con una intensidad casi magnética.

Pese a lo grande que considero que tengo mi mano, a penas lograba abarcar la mitad del tronco de mi pollón. Las venas verdosas quedaban estranguladas sin piedad cuando apreté el puño entorno a ellas. Solté un gran escupitajo sobre el glande que salpicó al prepucio y al tronco del mismo, extendiendo el lubricante.
   No iba a insistirle, tenía mucha noche por delante y estaba seguro que Nicole me iba a comprar tiempo más adelante. Pajearnos juntos, uno en frente del otro, estaba seguro de que nos uniría más que si hubiese elegido ser un pesado por mi parte.
— No puedes correrte… Hacerte una paja es como follar.
— ¿Y qué vas a hacer? ¿Se lo vas a decir a Pablo? ¿Me vas a atar de manos para que no lo haga? -pregunté, apoyando ambos pies en el colchón para subirme a la cama, y desde mi altura, la miraba a los ojos y ella se centraba en los míos.
— No te acerques más. No quiero que me toques.
— Vaya con la niña… Tan cachonda y aún así te resistes. No te toco, pero mira... -prometí mientras me situaba a centímetros de su cara. Flexioné las rodillas para que mi entrepierna estuviese a la par que su boca.

— Si me tocas me cabrearé.
— No te tocaré… hasta que me lo pidas -me masturbé con fuerza, como si quisiese destrozar mi propia polla. A ratos lo hacía con suavidad y lentitud, desde los testículos hasta apurar el glande con la intención de que brotase la gota de líquido preseminal.  
Subía mi prepucio y lo bajaba, mi sudoroso glande a centímetros de su nariz y, tras otro paso, a milímetros. Me ponía cachondísimo el hecho de no poder tocarla, pero que luego fuese tan hipócrita como para olfateármela.
   La mano que amasaba su pecho abandonó y se centró en su clítoris, mientras que la otra amenazaba con estropear el interior de su vagina debido a la velocidad.
   En consecuencia, apunté el extremo de mi miembro hacia el techo y batí mis pelotas al son de su respiración.
— Eres un cabronazo -gimió acariciando en vertical su clítoris como si tocase la guitarra. La otra producía un característico ruido a charco pisado.



Se escuchaba más el ruido que hacíamos nosotros a los gemidos de los otros dos. Cerró los ojos y olfateó mis feromonas, poniéndose todavía más eufórica-. Ufff… Ummm… Ahhh… -gimió frunciendo el ceño y mirando mi polla suplicante-. Me vengo… Que bueno por dios. Me vengo…
— Yo también… -confesé apuntando mi proyectil a su boca. Instintivamente la abrió y sacó la lengua como si quisiese recibirlo dentro. La idea de acabarle a una chica tan buenorra en la boca me hizo querer estallar, pero paré.

Pareció recuperar la cordura y su mano apartó mi polla sin pudor alguno. No la agarró en un principio, alejándola con el canto de la mano intentando evitar una corrida que no llegó a producirse, mientras, con la otra, empezaba a convulsionar y apretaba los dientes, corriéndose como una loca al tiempo que se le tensaba todo el cuerpo.
   Sus rodillas se engancharon como pudieron a mis tobillos y, su mano, agarró mi polla mientras la veía detener la mano con la que se pajeaba, levantar la cintura y dejar escapar una exhalación involuntaria.

— ¡Ohhhhgj! -Su nuca se apoyó contra la pared, disfrutando del orgasmo pero, cuando volvió en sí, soltó de mala manera mi polla y se hizo a un lado-. Te dije que no te acercases… -me reprochó.
— Abriste la boca para que me corriese dentro.
— Estás enfermo -se limitó a decir mientras se tapaba con la sábana que había bajo ella. “Ahora actúa tímida´´ recuerdo haber pensado mientras me baja de la cama de un bote. Mi cuerpo me exigía continuar, pero tenía claro que lo disfrutaba más si lo posponía.
— Me pareció muy pronto para correrme… Creo que no vas a quedar muy contenta con hacerte un dedillo de mierda -aseguré, completamente convencido.
— Vaya pieza estás hecho… -dijo mientras se recostaba de nuevo sobre sus almohadas, antes de decir-. Se me ha ido la cabeza un poco por lo cachonda que estaba, pero ya ha pasado. No te voy a dejar que me comas la olla otra vez.

Dejó caer la nuca contra uno de sus hombros mientras, la sabana que la tapaba sin mucho éxito, dejó entrever con bastante sensualidad un pecho y su coñito bajo la tela. Sentí la tentación de arrancársela, llegando a asumir que si lo hacía ella no me lo reprocharía… demasiado.
— Lo que tú digas. Ya te cansarás de que ese atontao pase de ti -Sin darle opción a responder, me largué de su cuarto .Ya no se escuchaban gemidos salir del cuarto de esos dos…

Faltaba menos para poder follarme a esa guarra orgullosa, y lo más importante, sería ella misma la que lo buscase. Nicole lo estaba haciendo mucho mejor de lo que esperaba y, además, aún le quedaban dos oportunidades.




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04 < Intento fallido
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Me encendí un cigarro sentado ya en el sofá. Volví a escuchar gemir a esos dos en esa lejana habitación. “Joder, quiero mojar el churro ya´´ maldije dejando entrar una gran cantidad de humo a mis pulmones; no había cenicero, así que improvisé con uno de los platos de comida pequeños que había cerca.

   La rubia salió del pasillo como si estuviese desorientada, se le veía en el rostro lo molesta que estaba. Había tardado lo suyo en salir del cuarto, y lo había hecho con unos shorts de tela suave cubriendo su sexo en conjunto con sujetador blanco, pese a contener sus dos ubres, las dejaba rebotar en su interior, cediéndole cierta libertad.
— Cuando salgan está claro que no le va a apetecer una mierda follar contigo.
— Cierra la puta boca -estalló, metiéndose en consecuencia en la cocina.
Ay. Sí papi. ¡Ni se te ocurra parar! Vacía tus bolas dentro´´ le oí berrear a Nicole. No podía evitar pensar que estaba sobreactuando. Ese inútil no podía ser capaz de hacer gemir así a ninguna de las dos. Nicole lo estaba haciendo con malicia para joder a la otra. ¡Y vaya si lo conseguía!
   Eran ya las doce de la noche, y mientras mi cigarro se consumía yo continuaba planeando maneras de acabar zumbándomela: Si Nicole pedía dormir con Pablo a solas, podría meterme en el cuarto de Rita y tontear con ella hasta que acabase dejándose.

No pude continuar reflexionando sobre lo que haría si se diesen ciertas circunstancias porque justo en ese momento salía Nicole totalmente desnuda por la puerta del comedor y se sentó a mi lado, de su vagina no salía semen; pero su piel mulata avalaba el sexo acalorado que había tenido debido a todo el sudor que perlaba su bonito cuerpo.
   Me sonrió, completamente satisfecha. Pablo, por el contrario, llevaba puesto unos boxers y apareció por la misma puerta pocos segundos después.
— ¿Y Rita? -me preguntó, no le respondí con palabras, sino que señalé silenciosamente con la cabeza.
Pablo fue directo a la cocina y se encerró a solas con Rita. ¿Qué harían o hablarían en la soledad de esa cocina?
— ¿Y bien? ¿Habéis hecho algo? -preguntó repleta de la curiosidad, divertida.
— No hemos hecho nada, pero usa tu segunda petición para irte a solas con Pablo y ya te digo que cae.
— Se te está resistiendo. Eh…
— Los cojones. Caerá cuando quiera que caiga.
— Sigo diciendo que no va a dejarte hacer nada -dijo encogiéndose de hombros. En una posición muy sexy, dejó visibles sus axilas depiladas y se frotó el pelo amasándolo como si se lo estuviese lavando con champú.
— Como echaba de menos coger con Pablo…
— ¿Y conmigo no? -pregunté acercando mi boca a la suya.
— Estate quieto, jo -me espetó apartándome con una mano sin dejar de mirar a la puerta-. No creo que se le levante en un rato. Bueno, dime. ¿Qué habéis hecho?
— Se ha pajeado delante de mí, en su habitación.
— Vaya con la mosquita muerta esa -dijo con cierto tono enfadado.
— Ya te digo que cae. Es tan zorra como tú… Se muere por una polla.
— A ver si es verdad. Y hazme un favor… Cuando te la cojas, acaba dentro de ella todo lo que puedas y hazle una bendición -sonrió con perversidad -. Destrózala.
— ¿Tan cruzada la tienes? ¿O es que te pone cachonda pensar que le doy bien duro?
— Las dos cosas -contestó antes de alzarse y dirigirse a la cocina.
No los pilló haciendo nada, pues solo hablaban. En la cara de Rita vi reflejada la decepción, y volvió a mirarme… largarse sin decir nada. Que pena que Pablo no se diese cuenta que estaba a punto de perder a la única chica que podía serle fiel. ¿Era yo quien la tentaba a traicionar a Pablo o era ese subnormal el que le estaba dejando pocas alternativas?

Eran poco más de las doce de la noche y, conscientemente o no, él seguía sin prestarle la atención que merecía. Nicole lo sabía, y en lugar de usar su segunda petición, iba a cenar un poco y dejar que Rita lo volviese a calentar… Antes de volver a quedárselo para ella sola.


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05 < Dando de comer
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— Hay que recargar antes de coger otra vez. ¿Verdad, amor? -preguntó Nicole antes de dar el primer bocado a su pan.
— Nicole. Rita no ha hecho nada en todo el sábado. No voy a…
— Perdóname, amor… Ella te ha tenido toda la última semana. Y contigo soy muy celosa. Quiero ser la única que pueda sentirte dentro… No es personal -aseguró dedicándole una sonrisa falsa a su rival-. Para algo gané mis tres peticiones haciendo que Alex acabase primero. Y cuando esta cosita se venga arriba de nuevo… Ya sabes que voy a pedir. ¿Ah?
— No estamos saliendo -le recordó Pablo poniéndose tenso-. No tengo porque obedecer tu petición si no quiero.

En momentos como este temía que se diese cuenta que esas peticiones eran un tontería y podía rechazar cumplirlas en cualquier momento. Tenía miedo que Pablo se llevase a Rita a la habitación y se lo montase con ella… Todos mis esfuerzos no habrían servido para nada.
— Pero sabes que quieres… -La sonrisa de Nicole se suavizó, como si hubiese errado al presionar esa tecla-. Además… Solo estoy jodiendo. Acabaré dejando que Rita coja con nosotros… Pero antes voy yo. Mira el lado bueno -dijo dando otro mordisco al bocadillo-. Estará tan cachonda cuando acabemos que se va a correr viva…
— Si se le levanta -le contradijo Rita con desdén.
— Me pone arrechísima pensar en lo que lo deseas y que no puedas tenerlo.

La colombiana dejó su trozo de bocadillo sobre la mesa y se acercó a Rita, agarrándola de las muñecas y estampándolas contra el sofá. La fue a besar, pero esta claramente enfadada le rechazó el beso.
— Venga… No te pongas así. Ya te dije que es mi venganza por cogerte a mi jevito. Pero sabes que en el fondo te quiero -replicó con malicia y con un veneno impregnado en cada silaba que pronunciaba, aunque evidentemente, estaba bien disimulado.
— Yo también te quiero… Y me vengaré por esto.
— ¿Ah, sí? Cómo te vengarás… -la sonrisa de Nicole se volvió una provocación, y en menos de un segundo, Rita la derribó en el sofá para convertirse en la dominante. Levantó una rodilla y se la pasó por encima de las ubres para dejar su sexo justo encima de la cara de la latina, la cual estaba estirada boca arriba en el sofá.

Pablo y yo nos habíamos apartado, observando perplejos ese espectáculo. Rita hizo a un lado el hilo de su tanga y fue bajando su coño hasta estamparlo contra la boca de Nicole la cual lo recibió gustosa pese a que no abrió la boca en un principio.
   Sus nalgotas se movían hacia los lados golpeando su barbilla, chocando la una contra la otra y, su cara, estaba totalmente enterrada contra su coño y su culo. Dudaba que pudiese respirar siquiera, y entonces, las manos de Nicole se aferraron al culo de ella como si luchase por apoyarse un lado y escapar. Se abrió de piernas como una loca.
— Te joderé de todas las maneras posibles Nicole… No lo olvides. Ufff… No lo olvides… -repitió poniendo los ojos en blanco al sentir tremenda comida de coño-. Nicole… ¡Ummm…! Nicole…

Como si su coño asintiese, empezó a restregarlo contra la boca de la mulata para, después, cambiar repentinamente de ritmo y empezar a botar sobre la boca propinándole suaves golpes con el coño como si estuviese trotando sobre un caballo.
— Madre mía… -gimió, justo antes de agachar la cabeza y dejar de cabalgar para volver a restregarse contra la boca-. Que bueno… -musitó mordiéndose el labio.

No gemía, pero hiperventilaba con dificultad meneando su coño cada vez más rápido. Nicole se quedaba sin aire, y lo demostraba por como movía las piernas y levantaba el culo, luchando por escapar hasta que, en un empujón en el momento justo, Rita apartó la hedionda vagina, pringosa y viscosa de la lubricada boca de Nicole. Pese a su marrón tono de piel, se le notaba colorada y pegó una gran bocanada para poder respirar. Mientras lo hacía, no quitaba la vista de ese coño que había estado a punto de desmayarla por asfixia y, tras dos bocanadas de aire, Rita volvió a bajar el coño y estampárselo en la boca. Mordiéndose los labios satisfecha.
— Hay que reconocer que esta guarrilla tiene una boca… -aseguró eufórica, echando todo el peso de su cuerpo sobre la boca cara de Nicole mientras ella rugía desesperada.
— ¡Hmmmm! ¡Hmmmm! ¡Hmm…!
— Mira, Pablo… Es una zorrita masoquista -dijo clavando dos dedos en el coño abierto de par en par, los metió secos y los sacó embadurnados en viscosos hilos transparentes-. Ya sabes que puedes hacerle lo que quieras…

Y entonces se levantó con dificultad, como si hubiese perdido el control de sus extremidades. Nicole quedó estirada unos segundos, como si se acabase de correr. Sus ojos, en blanco; su boca, brillante y pegajosa.
— ¿Vamos a la habitación? -preguntó antes de besarlo a mi lado. Fue un beso largo e intenso, hasta que él la apartó.
— No te enfades, pero creo que Nicole tiene razón.
— ¿Qué? -preguntó de repente sin comprender. Acababa de dejar de sonreír.
— Me pone mucho dejarte tan cachonda… Y si esperas un poco más, pues…

Tuve que hacer un esfuerzo por mantener mi cara de póker y no descojonarme en su puta cara. Hacía apenas un rato, casi me jode todos los planes al dar a entender que no tiene porque obedecer lo que le diga Nicole y, cuando me dejó al filo de la navaja… Hace caso a Nicole. Precisamente a la única que tendría que ignorar… Si quiere entenderse con Rita y no perderla.
— Que espere un poco más… ¿Mientras tú te la follas en el cuarto? ¿En serio?

Hay que ser subnormal´´ pensé mordiéndome el interior de mi labio inferior para no reirme.
— Oye, si quieres podemos…
— Esto será el karma -balbuceó Nicole levantándose y agarrando a Rita cariñosamente desde la espalda-. Hablabas de vengarte y mira… ¿Quieres jugar a ese juego del sofá? Tranquila, yo también te daré duro.

Pablo, claramente arrepentido, la hizo a un lado y le susurró a Rita algo al oído que, creo, no escuchamos ni la latina ni yo. El semblante de la española se suavizó, preguntando:
— ¿De verdad?
— Te lo prometo -dijo él.
— Entonces… Esperaré.

Los ojos de Nicole destellaron y como si omitiese lo que acababa de pasar, agarró a Pablo del bóxer -con su correspondiente erección bajo él- y lo arrastró hacia la puerta del pasillo mientras declaraba que iban a ir por la segunda ronda.
   Nos quedamos de pie y en silencio cuando se escuchó el portazo. Ninguno de los dos rompió el silencio hasta que, reaccionando con retraso, se dejó caer en el sofá sin importarle el manchurrón que había en su ropa interior.
— ¿Qué te ha dicho? -pregunté con cautela sentándome con lentitud en el sofá.
— ¿Y a ti que coño te importa?
— Seguro que ha sido algo del estilo: Mañana la joderemos juntos a ella o algo así.
— ¿Qué cotilla eres, no? Pues te jodes, porque no te lo pienso decir.
— No hace falta, apuesto a que será algo de eso -viendo que no picaba en la trampa para hacerla explotar, decidí provocarla un poco más-. O puede que te haya dicho algo relacionado con que, cuando acabe el fin de semana, le dará la patada a Nicole y se quedará contigo.
— ¿Lo dudas? -La muy tonta picó en mi anzuelo.
— Está claro. Se ve que la prefiere a ella mil veces.
— Se está aprovechando de ella.

Solté una carcajada, mientras en el otro cuarto empezaba a oírse el ruido de la cama. Sonaba como si Nicole estuviese cabalgando a ese inútil solo para hacer el máximo de ruido posible.
— A Pablo le queda una petición que podría haber usado para follar contigo a solas, y no lo va a hacer… Porque o ya la ha usado con Nicole o la piensa utilizar con ella.
— ¿Tantas ganas tienes de follarme? -se volvió hacia a mí, enfrentándome de manera directa.
— Es obvio que sí.
— Vas a quedarte con las ganas. Estoy con Pablo.
— Y él está con las dos. Bueno… hasta que te de la patada y se quede con su ex -esa vez, no me contestó-. Pero bueno, si quieres creer que no va a hacer eso de puta madre. Eso no quiere decir que no nos lo podamos pasar bien.
— No voy a follar contigo -dijo riendo, aunque algo más relajada.
— No hablo de follar, digo de matar el tiempo… -repliqué con inocencia, solo me faltaba un aro de ángel sobre mi pelo.

— Matar el tiempo… ¿Cómo? ¿Quieres que veamos una serie hasta que se aburran de follar?
— Soy más de jugar.
— Jugar a qué -preguntó con un tono que me dejaba claro que, aunque no lo demostrase, estaba dispuesta a darme el beneficio de la duda.
— Nos tapamos los ojos y tenemos que adivinar que nos pone el otro frente a la nariz.
— Siendo tú no me lo puedo tomar en serio.
— Que sí, hazme caso. Si nos lo vamos a pasar bien… Ya verás.

Pareció titubear unos segundos; llegando a sospechar, preparada para decir que no. Sin embargo, con la cautela de una cierva olisqueando a su depredador, acabó cediendo.
— ¿Y cómo sería ese juego?
— Empieza uno de los dos. Uno queda con los ojos tapados, sin usar las manos, tiene que saber que tiene en frente. Oliendo o… tocándolo con los labios.
— O la lengua -añadió, juguetona-. ¿Eres consciente de que si me tocas o haces algo que no debes, te voy a mandar a la mierda? Y ten por seguro que lo haré. Le diré a Pablo lo que has hecho y se te acabará el chollo.
— Solo quiero jugar un poco contigo. Nos lo vamos a pasar bien.
— Te voy a dar una oportunidad… Debo estar loca -dijo poniendo los ojos en blanco.
— Nah. Solo estás aburrida. Y yo también. No es justo que esos dos se lo pasen tan bien y nosotros estemos aquí aburridos. ¿No crees?
— Si vas con la idea de que hagamos algo ya te adelanto que te vas a quedar con dolor de huevos.

Me eché a reír mientras rebuscaba en el comedor, frente a ella, abriendo cajones y cotilleando armarios esperando encontrar algo que nos pudiese servir.
— Si buscas algo para tapar los ojos, hay un ‘’cogesueño’’ en ese cajón bajo la televisión.

Mientras me miraba, completamente desnudo, inclinarme hacia el lugar que me había indicado y rebuscar-mientras sentía así su mirada clavada en mis nalgas y en mi polla colgante-, pregunto:-.
— Vale. ¿Y cuales son las normas? ¿Qué se puede y no se puede hacer?
— No se pueden usar las manos -comenté con impulsividad-. Y… Emm… Hay que usar primero el olfato, luego los labios y luego la lengua. Tú misma lo dijiste -dije encogiéndome de hombros ante su mirada.
— Lo que tú digas. ¿Sabes qué? Voy a jugar a tu juego… Solo para darte una lección. Luego no te quejes cuando te duela la polla.
— No sé de que hablas -repliqué con una sonrisita ingenua.
— Empiezo yo…
— Lo mejor sería que empezase yo -no me gustaba la idea de quedar a ciegas con ella. A saber que hacía.
— No, empiezo yo -insistió, agarrando una prenda que se asemejaba a unos anteojos de tela  y taparme con ella los ojos-. Si miras, pierdes. Y recuerda, no puedes usar las manos.

Me agarró de las manos y me guio hasta el sofá. Solo la escuchaba hablar, y al dejar de ver, mi oído se amplificó ligeramente escuchando mucho mejor a esos dos follando.
— ¿Qué puedo usar…? Quédate sentado, ahora vuelvo.

La escuché dar pasos descalza hasta la cocina y poco después volvió. Pensé en que habría cogido algo de fruta, y no iba desencaminado.
— ¿Qué es? -Olfateé, no olía nada.
— No lo sé.
— ¿Seguro? -preguntó con cierto recochineo en la voz-. Olfatea bien.

Obedecí, y noté cierto olor que no olía a nada. Pensé en la cáscara de una fruta, aunque me confundió el hecho de sentir como con diminutos pasos se acercaba a mí. Sentí el olor de su piel y por un momento pensé que me estaba poniendo el coño o las tetas frente la cara. “No, demasiado fácil…´´
— Usa los labios. Lo tienes en frente.

Mis labios se toparon con una superficie dura y fría.
— Es comida.
— Especifica.
— ¿Una manzana?
— No. ¿Te rindes?
— Sí.
— Usa la lengua… -dijo con recochineo. Obedecí y lo lamí, definitivamente era fruta.
— ¿Qué es?
— Un pepino. Muy mal -dijo entre risas mientras me quitaba esa cosa de los ojos.
— Me toca a mí -repuse poniéndome de un bote en pie. Ella, sin desviar la mirada, se dejó caer con lentitud en el sofá y sin apartar los ojos de los míos se los tapó con esa prenda.

Necesito describir bien esto para que se entienda el morbo de la situación: Era una chica rubia, guapa tirando a preciosa. En ropa interior con un manchurrón de humedad empañando la tela de su tanga. Pese a la paja que se había hecho menos de una hora atrás, seguía hambrienta de polla. Unos dedos no habían sido suficientes, y por eso sus piernas estaban totalmente separadas.
   Me tomé un momento antes de buscar algo para continuar el juego. Observé sus labios ligeramente separados, tremendas y carnosas herramientas de la que prometía ser una maestra mamadora de pollas. Los orificios de su nariz se dilataban y empequeñecían, como si fuese una cierva asustada lista para salir huyendo al menor ruido.
   Y esa presa sabía que estaba allí. Que me la quería comer, que me la quería follar. Quería hacerla mía… Y lo sabía. Y pese al paripé que pretendía mantener, ahí estaba, lista para consentirme un poco.
— ¿Qué vas a usar? -replicó con una sonrisita nerviosa, como si le estuviese subiendo un orgasmo en la garganta.

Se me había pensado por la cabeza usar directamente mi polla. ¿Para qué? Ya estaba desesperada perdida. Y lo que era mejor, resentida con Pablo aunque fingiese que confiaba en él.
   Pero fui precavido. Al igual que ella jugaba yo también sabía hacerlo.
— Ya que has usado comida…

Me fui a la cocina caminando con relativa calma, tenía tiempo y quería impacientarla.
— ¿Qué podría usar? -pregunté en voz alta, abriendo la nevera y rebuscando entre los cajones. “Es evidente que quiere jugar, pero no me extrañaría nada que si voy demasiado rápido se escandalice´´ pensé mientras agarraba cierto conjunto de alimentos que me llamó la atención, además cogí otra cosa más y sonreí.

Sí, eso servirá´´ dije para mis adentros. Comencé a prepararlo todo mientras, Rita, se impacientaba en el sofá.


***

— Oye… ¿Cuánto te tardas para traer algo? -me espetó desde el sofá. Me asomé a la puerta del comedor para asegurarme que estaba todavía en su sitio y con los ojos tapados. No tardé demasiado en tenerlo todo listo, saliendo con ambas manos ocupadas. En uno llevaba un plátano bastante grande, estaba verde y prometía estar bastante duro. El olor era claro y lo reconocería al instante… La segunda opción seguramente también. Aunque eso lo dejaba para luego.

Dejando el plato tapado con el papel de plata recubriendo su contenido.
— Qué… ¿Ya has elegido?
— Emm… Sí. Bueno, en verdad no es que me haya costado mucho decidirme. Eres muy predecible.
— ¿Qué? -preguntó alzando una ceja.
— Que sé exactamente que te gusta comer.
— ¿Ah, sí?
— Sí… Seguro que te mueres por tenerlo en tu boca -aseguré riendo entre dientes, el plátano ya estaba pelado para no hacer el característico ruido. Era un plátano bastante grande, y si se daba la ocasión, quería que se lo tragase entero-. ¿Lo hueles?
— No huelo nada que me guste.
— ¿No te gusta?
— No huelo nada -concretó. Esforzándose por olfatear la nariz acercándola a donde estaba el plátano, y cuando más la acercaba, más lo alejaba.

Con el plátano en una mano, me tomé la licencia de acariciar su piel con suavidad. La piel se le puso de gallina cuando mi dedo índice acarició su pecho como si fuese una pluma. Su hombro, sus ingles… Me sorprendió que no protestase, que no me lo reprochase… Pero en lugar de eso permaneció en espera, silente.
   Empezó a mover tanto la cabeza que la agarré del pelo, como si me la estuviese chupando. No puso queja alguna.
— ¿No? Supongo que tendrás que usar los labios. Sácalos… Así…

Aprovechando que la cogía del pelo de esa manera, con toda la malicia que pude puse el plátano que sostenía mi mano frente a mi polla tiesa con la intención de que ella lo malinterpretase totalmente.
   Debió pensar que era mi polla porque, cuando quedaba poco para que el extremo del plátano rozase sus labios, hizo fuerza contraria y trato de alejar su boca de mi banana.
   A pesar de esto, lo hizo con una sonrisita pícara asomada en la comisura de sus labios, como si se estuviese divirtiendo.
— Venga… Usa tus labios.

Sin obtener respuesta, la forcé más y más a acercar la cara hasta que, cuando sus labios chocaron con la barra blanquecina, descubrió que solo era una fruta. Al instante relajó el cuello y hasta se permitió el lujo de besar el extremo como si fuese la punta de mi polla.
— ¿Qué es?
— No lo sé -mintió la muy zorra.
— Entonces ya sabes lo que toca…

Me di cuenta de como se abría ligeramente aún más de piernas, permitiéndome acercarme un paso más. Sacó la lengua todo lo que pudo y empezó a moverla afirmativamente con la intención de lamer el plátano hasta que finalmente lo consiguió. Sosteniendo firmemente su cráneo con mi mano, me dejé de tonterías e hice resbalar el extremo blanquecino de la banana por la lengua de ella. ¿Hizo algo para impedirlo? No. Literalmente, apoyó sus dos manos en el asiento del sofá entre sus piernas y con sus ubres bien pronunciadas dentro de su sujetador, sacó aún más la lengua y se dejó hacer una felación al plátano con su boca.

   Glag, Glag, glag, glag… Como quien hace gárgaras noté como el final de su garganta hacía de tope, como el plátano verde, estando duro, luchaba por entrar en su garganta y penetrar al esófago.
   Con un buen movimiento de muñeca lo metía y lo sacaba de su boca hasta clavarlo hasta prácticamente el final. Le dieron un par de arcadas, y como acababa de comer, fui compasivo y la saqué dejando colgados de su lengua dos hilos de saliva.
   Me permití el lujo de limpiar el plátano con la lengua de esta y tirarlo sobre la mesa más cercana.
— ¿Qué era?
— Un plátano…
— Nunca lo habría adivinado sin usar las manos -se burló, coqueta.
— Me pregunto… ¿Si adivinarás lo siguiente?
—Me toca a mí.
— Ya tengo tu siguiente plato favorito preparado. Te lo vas a tragar todo, te lo prometo…
— Que miedo me das -musitó sin dejar de sonreír como una tonta.

Me acerqué a la mesa y quité de encima del plato el papel de plata, descubriendo un humeante perrito caliente, con kétchup y mostaza. Del pan sobresalía un largo y rojizo Frankfurt, casi tan largo como el plátano que acababa de incrustar en su garganta.
— Miedo no… -balbuceé acercándome lentamente.

Esa vez no la agarré de la cabeza, al contrario, esa vez con la mano libre agarré mi polla y empecé a pajeármela sin miedo alguno a que ella identificase el ruido. Era silencioso, aunque no me habría extrañado nada que lo escuchase.
— ¿A qué esperas…? -Y siguiéndome el juego sabiendo muy bien cuales eran mis intenciones y sacó la lengua, como si quisiese pasar del olfato y de sus labios. “Directa a la garganta profunda, eh…´´ pensé mientras acercaba mi pollón a su nariz. No dio señales de pretender cerrar la boca y meter la lengua-. ¿Lo hueles?

No me había lavado la polla, aún debía tener restos de la saliva de Nicole, la fragancia de mi propio semen y el característico olor que tiene una polla de semental. ¿Le hizo ascos? No… Olfateó eróticamente, extasiándose. En lugar de apoyar las manos en el asiento del sofá como antes, se agarró el pelo por la nuca dejándome ver una buena perspectiva de sus axilas y de su escote.
   Mi glande por poco rozaba su lengua, sus labios… Tuve que resistirme mucho para no agarrarla de la nuca y follarme su garganta. Pero en lugar de eso pregunté…
— ¿Qué es?
— No lo sé -respondió-. Huele muy rico…  
— ¿Pasamos a los labios? -pregunté, a pesar de que su lengua estaba totalmente salida y sus labios abiertos de par en par-. Olvídalo, creo que tienes demasiada hambre. ¿Me pregunto cuanto entrará en esa boquita?

Intencionalmente mi rodilla chocó contra su entrepierna al dar un paso adelante, haciéndole que pegase un pequeño brinco. A pesar de eso, siguió a la espera con la boca abierta para que le diese de comer y eso hice, le metí el perrito caliente en la boca, tan grueso que a penas pudo con la mitad.
— Hmm… -saboreó, satisfecha. Masticaba totalmente complacida antes de tragar-. Demasiado rico.
— Abre la boca -dije agarrándola de la nuca-. ¿Cabrá lo que queda en esa boca? -pregunté con malicia. Sus manos y la mía aferraban su pelo, y sin ningún tipo de piedad metí todo lo que quedaba del perrito caliente en la boca. Sus mejillas se inflaron y empezó a masticar con mucha dificultad.

Cuando aún no había terminado de tragárselo todo, posé mi segunda mano en su nuca y pregunté con mi polla oscilando frente a su boca de derecha a izquierda, lista para penetrar sus labios. Pese a que no podía verla ni oírla, presentí que simplemente supo que estaba ahí, bien dura, frente a ella:
— ¿Quieres lo que te queda? -en consecuencia, tosió varias veces.
— No… -dedicándome una sonrisa a ciegas-. Con eso he quedado satisfecha.

Se levantó a ciegas y me apartó de paso, quitándose la venda y mirándome a los ojos justo antes de ponerme esas gafas de tela y hacerme sentar.
— Me toca a mí… Creo que sé exactamente lo que te gustaría comer.
— ¿Ah, sí…? No te cortes.

Se alejó y al poco volvió, apenas lograba escuchar el sonido de sus pisadas. Los gemidos de Nicole iban y volvían, el ruido a martillo que se escuchaba a ratos y otras veces no.
— Ya estoy aquí… ¿Listo?
— Estoy esperando.
— Vale… -Oí ruido de pies, como si se girase. Escuché el sonido que produce la tela al friccionar con la piel; también me pareció sentirla suspirar, como si acabase de inclinarse a recoger algo-. ¿Qué es?
— No huelo nada.
— ¿Seguro? Me rozó la nariz con algo, me pareció que era piel. Empecé a oler a mujer, a humedad… A coño.

Me incliné hacia adelante intentando encontrar lo que fuese con la lengua, pero tras oír su risita claramente divertida, la sentí apartarse dando unos pasos que se alejaban de mí.
— ¿Y bien? ¿Qué es?
— No estoy seguro… Tendré que probarlo con los labios.
— O con la lengua… ¿No? -Detecté cierto sarcasmo con su tono de voz-. Vale, hazlo… Saca la lengua. Más, más… Cómelo. Lámelo todo…

Mi lengua chocó contra una resbaladiza y fresca pieza de fruta, muy parecida a un melón pero de menor tamaño.
— Estando tan mojado pensaba que era otra cosa -bromeé mientras me quitaba aquello de los ojos y se lo ponía a ella con impaciencia. Haciendo que se sentase abierta de piernas de nuevo.
— Que impaciente…
— Ahora vuelvo… -corrí a la cocina y preparé otro perrito caliente, Abrí el pan, metiendo mayonesa, mostaza y kétchup. Luego, tras meterlo en el microondas, saqué un humeante Frankfurt y lo metí entre el pan… Volví con Rita que esperaba en el sofá tal como la había dejado, aunque como observación, diré que su pecho subía y bajaba rápidamente, pues su respiración parecía estar muy acelerada.

La hice olisquear de nuevo el perrito caliente y ella lo olfateó antes de preguntar:
— ¿Qué haces ofreciéndome lo mismo?
— Sé que te encantó tener la boca lleno de esto… Y sé que quieres repetir…
— Pero si ni me cabía en la boca… -replicó entre risas.
— Saca la lengua… -Estaba tan cachonda que pareció olvidársele mantener las apariencias. Así que obedeció.

Con los dedos saqué el Frankfurt pringado de las salsas multicolor y la aporreé contra su lengua como si fuese una polla. A ciegas juntó los labios y ‘’chupó’’ el delgado cilindro de carne. Igualmente, aunque fuese delgado, era bastante largo. Y con malicia empujé la barra rosada, clavándola lo más hondo que me permitieron los dedos. Parecía a punto de romperse de la presión, pues más profundo no entraba.
   Con la otra mano enrollé el pan del perrito caliente alrededor de mi polla. Saqué de un tirón el Frankfurt y se lo coloqué entre las tetas. ¿Se lo quitó encima o me lo reprochó? No… Se apretujó las tetas con ambas manos estrangulando la barra de carne entre ellas.
   Con mi polla enterrada entre el pan blanducho y repleto de salsas, le dije:
— Agarra el perrito caliente… Ahora vas a ser tú la que se lo coma a ciegas.
— ¿No dijiste que no se podía usar las manos? -mientras decía aquello, con mi mano libre la agarré de la muñeca y la guie hasta el pan, sus delicados y diminutos dedos intentaron sostener lo que envolvía mi polla, sin tocarla.

— Pesa bastante… -observó aún con el verdadero Frankfurt entre las tetas, mientras ya con las manos libres usé una para agarrarla de la nuca y la otra para hacerle separar los labios. Con delicadeza, use el pulgar para meterlo entre los carnosos arcos de carne y separarlos. Y como si fuese una niña buena y obediente, permitió que sus labios me obedecieran.

Siendo mi polla tan gorda, larga y enorme; tuvo que abrir mucho la boca para que cupiese el pan y mi cipote dentro. Tanto el glande, como el prepucio y el tronco de mi miembro estaban embadurnados con las tres salsas, y pese a todo lo que abrió la boca, tras atraer su cara hacia mi entrepierna el pan chocó contra sus labios aplastándose y rompiéndose. Sus labios, en cambio, si asimilaron mi glande, y después, parte de mi tronco.

   Sus manos se aferraron a mi culo, ya no había motivo para seguir fingiendo. La felación empezó sin más tardanza. ¡Por fin me follaba su boca!
  Glag, glag, glag, glaaag…
   Embistiendo con mis caderas su boca, demostró no soportar tanto una garganta profunda como Nicole, aún así, resistió bastante bien la mamada abriendo lo máximo posible esa boquita mientras, con cada choque, el pan del perrito caliente se deshacía en migas entre sus dedos. Pronto no quedó nada entre ellos, solo mi cipote maltratando sus labios. Llegando a necesitar las dos manos para pajearme mientras besuqueaba mi glande. Me permitió follarme su garganta, apretando su nuca en dirección a mi ombligo mientras las arcadas acudían a su esófago.

   Puajj… Cof. Cof… Puajj… Hilos de saliva se escurrieron entre sus labios mientras notaba mi glande enterrado en su esófago. Sus uñas se clavaban con fuerza en mis nalgas, como si estuviese tratando de resistir y disfrutar la experiencia.
   Notaba su lengua en mis testículos, haciéndome cosquillas como si estuviéndome dando indirectas de que así de profundo la quería en su coño.
   Con más fuerza y más rápido hice mover su cuello como una paloma, y vi de repente como a través de la tela del tanga se filtraba un diminuto chorro de agua. ¿Eyaculación femenina? ¿Un pequeño chorro de meado?

Me estaba inclinando hacia ella para apartarle el hilo del tanga y meterle los dedos cuando me empujó haciéndome a un lado y se fue sin mirarme ni decir palabra. “Mierda´´ pensé. “Me he pasado con esta mamada´´. Escuché el ruido de la puerta y no oí nada más.
   Eran las doce y media de la madrugada y a esos dos ya no se les oía follar más. Yo acababa de desperdiciar mi única oportunidad de follarme a esa guarra que tenía por compañera de piso Pablo.




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06 < Demasiado tarde…
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Rita me había estado evitando hasta que la parejita feliz salió del baño. No parecía enfadada, aunque evitaba mirarme y dirigirme la palabra… Tenía la sospecha de que en el fondo quería haber continuado, pero tengo que reconocerlo. Tenía mucha fuerza de voluntad.
   Ya se había aseado y estaba sentada vestida con el mismo conjunto de antes en la mesa del comedor, lejos de Nicole, Pablo y de mí, que estábamos sentados los tres juntos en el sofá. Rita se había puesto un top sin sujetador que dejaba visible su ombligo y no disimulaba sus pezones, claramente duros y marcados. Debajo, llevaba una braga blanda y holgada que parecía más bien un short. Estaba seguro de que si se abría de piernas esa prenda no escondería absolutamente nada.

Al notarla distante, Pablo se acercó a su compañera de piso y con una silla se situó a su lado. Hablaron en voz baja, sin que pudiese escucharlos pero parecía estar tratando de animarla.
— ¿Habéis hecho algo? -me preguntó Nicole también en voz baja.
— Me ha comido la polla, aunque no hemos hecho nada más… -hice una pausa y añadí-. Una vez más y cae.
— No sé si va a querer, bastante mal se ha sentido por dejarla a parte. Me ha intentado convencer durante todo el rato de que follásemos los tres.
— Mañana.
— No va a caer una tercera, Alex.
— Caerá. Inténtalo.
— Dale tiempo a que se relaje un poco.
— Son las doce de la madrugada. En nada va a decir de iros a dormir y me voy a quedar colgado -para provocarla un poco, musité-. Seguro que dice que duerma a solas con ella. ¿Sabes que Pablo le dijo que follaba contigo solo para darte la patada cuando acabase el fin de semana?
— Es mentira.
— ¿Seguro? ¿Te acuerdas la cara que puso cuando le susurró eso al oído? -malmetí con infinita malicia, acercándome a su oído-. Necesito que te lo lleves una vez más, ya te digo que cae. Está muy resentida con Pablo y yo le ayudaré a… liberar… la rabia que tiene acumulada.
— Ay, no joda. Vale… Pero vamos a dejar que Pablo descanse.
— Mira que es inútil, ni un par de metidas seguidas puede hacer.

Pasaron unos siete minutos donde Pablo le susurraba cosas al oído a Rita y le daba besos. Como si se acabase de dar cuenta de que la había tenido toda la noche abandonada. Había antepuesto a la latina a ella en dos ocasiones y, si todo iba bien, repetiría el error una última vez.
   Entonces pasó algo, mientras el muy imbécil le comía la oreja tratando de animarla y compensar sus errores, accidentalmente o queriendo ella me miró a mí. Fue una mirada de deseo, de excitación, como si estuviese fantaseando algo conmigo y, cuando se dio cuenta, la apartó avergonzada.



Eso fue suficiente para mí: Ya era demasiado tarde. No había solución.





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07 < Las últimas dos peticiones
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Nicole volvió a repetir estrategia al dejar que Pablo llevase a la rubia hasta el sofá y se abrazase con ella. Estaban al lado nuestros, montándoselo. Al principio, los besos eran tímidos pero Rita no tardó nada en encenderse y montarse sobre sus piernas desnudas. Entre sus dos sexos solo se interponían los mismos boxers que había llevado Pablo toda la tarde. Puto cerdo… Será que no tenía más ropa interior.

La mano derecha de Pablo, metida dentro del pantaloncito de ella, jugaba con meter el dedo índice en el ano y el coño de la tipa. Amenazando juguetonamente con invadir uno de los dos orificios. La otra mano acariciaba la cara de la excitada fémina, y esta, completamente entregada a los besos, sostenía la cara de él con ambas manos.
   Alguna vez le resultaba imposible mirarme de refilón, como si quisiese saber como reaccionaba a aquello… Pero yo callé. Esperando que Nicole se llevase a Pablo por última y tercera vez. Su rival calentaba de nuevo a su chico y era ella la que, astutamente, se lo beneficiaba.

Si pensaba que la había cagado con Rita no tardé en comprender que no era así para nada. ¿Por qué no le había contado nada de lo que había pasado a Pablo? Porque no le interesaba… Y por lo tanto, el juego que ella y yo habíamos empezado no había llegado a terminar. Pensé que sus miradas indicaban algo por el estilo: “Mira como me beso con él y no contigo´´Muérete de envidia´´.

El pistoletazo de salida lo dio ella misma al sacar del boxer la polla de Pablo y empezar a pajearlo. Le costó, pero al poco ya estaba dura de nuevo en una frágil erección.
— Pablo… Quiero usar mi tercera petición ahora.
— ¿Y qué quieres? -preguntó con la voz endurecida.
— Vámonos a tu cuarto… solos.
— No, Nicole. No voy a dejar sola a Rita. Y no se te olvide que yo también puedo pedir lo que quiera. Mejor guárdate tu petición para luego… Y pide otra cosa, no me jodas.

Nicole agachó la cabeza, chasqueando la lengua y manteniéndose callada.
— ¿Tenéis sueño? -Rita negó con la cabeza, sonriente al estar satisfecha con la respuesta de su compañero de piso.
— No -dijo Nicole. Ni me molesté en contestar. Pablo se levantó, sin más.
— Voy a picotear algo. Me ha entrado hambre -dijo al tiempo que agarraba a la albina de la mano y llevándosela a la cocina. Y de nuevo, volvió a echar la cabeza atrás para mirarme, tan fugaz y rápida que por poco no me doy cuenta.
— Que asco… -protestó Nicole sentándose a mi lado
— Oye… No te rayes. Esta cae, ya lo verás.
— ¿Cómo? No la va a dejar sola.
— Ya voy -escuchamos decir a Rita desde la cocina. La vimos salir disparada en dirección a la despensa tras abrir la puerta de la cocina y cerrarla. Entonces, sin más, la seguí.

Con la puerta de la cocina cerrada, me metí con ella en la despensa y cerré la puerta, quedándonos solos.
   Cuando entré, vi a Rita dándome la espalda intentando de puntillas agarrar un bote en una estantería alta. Apenas volteó la cabeza al escucharme entrar.
— ¿Puedes agarrarme esas patatas?
— Claro… -contesté con una sonrisa. Llevaba puestos unos calzoncillos, y no tenía erección alguna, aunque no tuve reparos en empotrar el bulto de mi entrepierna contra su culo-. Me dejaste a medias.

Permaneció sin responder unos segundos, y sin darse la vuelta, sin mirarme ni apartarme susurró:
— Te dije que te ibas a ir con dolor de huevos. No es culpa mía.
— Que te jodan. Voy a follarte.
— ¿Cómo lo vas a hacer? Pablo me ha dicho que no me va a volver a dejar sola -Más que como un problema, me sonó a una provocación. Como si me dijese: No lo intentes, hazlo.
— Cuando te quedes sola o no mire… Vas a desear haber acabado el trabajito.

Y le agarré el culo con mi manaza, tan grande como para apretujar parcialmente sus dos nalgas. Mi dedo central lamió la forma de su coño, a pesar de que ese dichoso pantaloncito estaba por medio. La noté erizarse con un tremendo escalofrío en la espalda, y sin apartar la mano de su trasero, agarré la bolsa de patatas que me había pedido y se la cedí.
— No voy a parar hasta que te folle. Y no te engañes. Te mueres porque lo haga. Por cierto, las palomitas me gustan sin mantequilla -le susurré al oído, dos de mis dedos se escurrieron entre el hilo de tela que protegía su vagina y acabaron dentro de ella. No hubo respuesta por su parte, tampoco reproche. Me empujó y salió de la despensa con aquello que había ido a buscar.

Iba a aprovechar cada oportunidad y descuido que me diese ese anormal para hacerla sufrir hasta que cayese rendida a mis pies. Se estaba haciendo la dura, pero era evidente que ya no le quedaban ganas de resistirse.




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08 < Cocinada a fuego lento
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— ¿Qué ha pasado ahí? -Nicole debió notarme nada más sentarme en el sofá que había pasado algo.
— Esa ya ha caído… Necesito que distraigas a Pablo.
— Distraerlo… ¿Cómo?
— Hacer que mire para otro lado, que nos de la espalda. Llévatelo al cuarto, distráelo… Lo que tú veas.

La mulata me contagió su sonrisa. Por supuesto, le encantaba la idea de que le robase a Rita en frente de las narices del otro. ¿Quién sabía? Luego podría hacerle chantaje, o eso debía pensar Nicole.
   Pablo y su amiguita estaban encerrados en la cocina preparando palomitas, patatas y bebidas para ver una película en Netflix. Ese subnormal había follado tanto que parecía olvidarse de saciar a su propia compañera de piso, y quizás por eso, esta asumió que no estaba tan mal subsanar el problema provocándome un poco.

Ambos se dejaron caer en el sofá. Pablo entre Rita y Nicole, quedando yo en el otro extremo. Frente a nosotros, la mesita repleta de basura para picotear, y más lejos, la televisión lanzando epilépticos rayos de luz y sonido mientras la luz de la sala estaba apagada. A pesar de que Rita estaba en la otra punta del sofá con Pablo apoyado en su hombro, no se me escapó el detalle de sus miraditas hacía mí: Eran silenciosas, cortas y sutiles. Sin entender el contexto, al verla mirarme podría haber pensado que le daba asco, o que me miraba porque tenia algo pintado en la cara… Pero sabiendo lo que sabía, era evidente: Me estaba buscando.
   Estaba tan cachonda que pensó que podría jugar más conmigo y dejarme con las ganas. Desquitándose conmigo y asumiendo que acabaría follando con su compañero de piso pero estaba equivocada si pensaba que cerca de Pablo estaba segura. Le había gustado el juego de calentarme y no lo iba a dejar pasar. A mí también me encantaba la idea de robarla estando Pablo a la vista.

Nicole y su exnovio miraban atentamente la tele, haciendo algún comentario en el que participaba Rita también. Entonces me fijé en que su pecho estaba malmetido en el top que llevaba y un pezón se asomaba a través de él.
Mierda… -bufó la latina con toda la picardía del mundo, tirando cocacola a su propia entrepierna. Al principio no entendí porque lo hizo, hasta que lo entendí justo al momento en el que Pablo se pretendía levantar— Ya voy yo -se adelantó Rita acercándose con la poca iluminación de la sala a la tele y, en uno de los armarios que había justo debajo de la misma, se puso en pompa para rebuscar y agarrar un par de servilletas.

Podría habérselas dado al volver al sofá y sentarse, pero no… En lugar de eso se inclinó interponiéndose entre la tele y ellos dos y con un par de servilletas secó el charco de cocacola que se había formado entre los muslos de su rival. Mientras lo hacía, sus pechos oscilaban libres en su top, acentuando su tamaño y bailando para mí. No me miró, y quizá por ello Pablo ni siquiera se dio cuenta.
   Cuando terminó, fue a tirar los papelitos mojados a la basura que había en la cocina sin que ninguno de los otros dos apartase la vista de la televisión, y justo bajo el umbral de la cocina, a nuestra izquierda, la vi inclinarse de nuevo como si pretendiese coger algo del suelo… Su culo, otra vez, en pompa. Y pese a lo distante que estaba, tuve una vista privilegiada de su coño.
   La muy zorra se estaba poniendo las botas a la hora de exhibirse, y me estaba cansando de esperar.
   Una vez salió de la cocina, se sentó en una de las sillas que había en la mesa de madera, la cual estaba situada a nuestra izquierda entre la puerta de la cocina, la televisión y el sofá.
   Me puse en pie y me paseé por el comedor como si anduviese sin dirección alguna, pasé por delante de la tele hasta que me dejé caer en la silla inmediata a Rita. Como la mesa estaba justo al lado del sofá, no podía hacer nada raro sin que Pablo nos viese, le bastaba con girar el cuello ligeramente a la izquierda para darse cuenta de cualquier cosa.

Al principio me miró, como si sospechase y no me quisiese quitar el ojo de encima. Pero disimulé bastante bien mirando la tele y, a los pocos minutos, cuando el muy imbécil volvía a estar embobado con la televisión, me levanté de la silla disimuladamente y aprovechando la poca luz me posicioné detrás de Rita, a sus espaldas.
   Pablo no separaba la vista del televisor, y no pareció percatarse de nada, así que puse mis dos manos encima de los hombros de la rubia hasta que me los apartó antes de levantar la barbilla y mirarme con semblante violento: Como dándome a entender que ni se me ocurriese.

Pero lo hice, y contradiciendo su prohibición visual me incliné hacia ella como si la fuese a abrazar, pero en lugar de eso mi mano derecha resbaló por su vientre desnudo y se coló por el pantaloncito metiendo los dos dedos más largos en su coño. Estaba totalmente empapada y noté como se embriagaba de excitación abriendo la boca al tiempo que reprimía sus cuerdas vocales para que no nos delatasen.

   Mi mano izquierda pellizcó su pezón y amasó su pecho como si fuese una masa de pizza. La vi sacar la lengua de reojo y sin contemplación alguna le metí mi lengua en su boca fundiéndonos en un único beso. Con un movimiento elegante de muñeca, follé su coño con mis dedos mientras el ruido quedaba silenciado por el sonido de la televisión.
    Ya eres mía, perra´´ pensé “Sí te dejas hacer esto frente a tu novio me dejarás hacerte cualquier cosa´´

Su lengua bailaba un vals lento con la mia, sus manos se aferraron a mi muñeca, aunque no tenía claro si era para pararme o para marcarme el ritmo. Me sorprendió que Pablo no nos descubriese estando a menos de un metro de él, pero valga la redundancia, su visión periférica estaba cegada por la falta de luz y la atención que le daba a lo que estaba viendo.
— Para… -gimió la muy zorra completamente ida. Mi lengua se atrancó con la suya con la intención de llegar hasta su campanilla, justo antes de parar y fundirme en un beso con esos labios tan eróticos. Me gustaba como besaba Nicole, pero esa sin duda me gustaba mucho más.

Sin motivo alguno, paré sin más y me senté a su lado habiéndola dejado con el pantaloncito mojado y el pecho fuera del top. Tardó en reaccionar, pero se acabó cubriendo su desnudez de nuevo y, con una maldad que me recordó a la de Nicole, pegó un bote sobre el reposamanos más cercano a Pablo y a cuatro patas metió las narices en los boxers de este.

   Con el culo en pompa hacia mí y con su vagina a medio exponer, vi desde una mala perspectiva como usaba sus dientes para dar mordisquitos al pene de este, como si tratase de despertarlo de un largo sueño…
— Rita… -suspiró Pablo mientras Nicole y yo intercambiábamos una mirada. Le guiñé un ojo y negué con la cabeza, aunque no estuve seguro de si me había entendido. Para asegurarme, me llevé el dedo índice a los labios y pedí silencio.

Una erección comenzó a aparecer a modo de bulto en los calzoncillos del ese subnormal. Por suerte, me distraía el hecho de que Rita me mostraba descaradamente el coño. O bien a Pablo no le importaba que le viese todo a su chica, o ya lo veía tan normal que ni se había percatado de ello.
   Los dedos de la chica de pelo corto, a modo de gancho, bajaron el calzón a Pablo hasta los testículos y empezó a pajearle mientras, sus labios subían y bajaban el prepucio de este. Con la mano libre sumergió su mano en su holgada ropa interior y la vi meter un par de dedos mientras realizaba la felación.

Nicole, no teniendo suficiente con quedarse fuera, se unió a la mamada imitando la posición a cuatro patas de su rival y empezó a chuparle la polla en equipo a su expareja. Pablo me miró, victorioso, mientras sus dos manos presionaban sus nucas y hacía que las bocas de estas chocasen. Si tenían reparos en intercambiar besos lésbicos, no lo parecía. Sus lenguas tropezaban y colisionaban en su ímpetu de lamerla toda. Mientras los labios de Nicole le lamían el glande, Rita se centraba en sus pelotas sin dejar de pajearlo y, al revés, hacía lo mismo.

   Volvió a sorprenderme la colombiana con su picardía y, lanzándome una miradita discreta, subió con sensualidad hasta posar su mano en el pómulo de su exnovio y girarle la cara hacia ella para comenzar a besarse los dos. Rita quedó entonces desprotegida, con sus orificios expuestos hacia mí y con la otra distrayendo al muy imbécil.
   Me levanté de la silla con toda la naturalidad y, sin interrumpir la mamada que estaba haciendo Rita, levanté mis talones y me puse de cuclillas frente a sus nalgotas subido en pompa. Tenía las rodillas apoyadas en el reposamanos del sofá y no parecía una posición muy cómoda, pero ahí estaba, tocándose y metiéndose los dedos sabiendo muy bien que estaba mirando.
   Mis dos manos separaron sus dos nalgas y mi dedo pulgar hizo a un lado el incómodo hilo de tela dejando totalmente expuesto sus dos sucios agujeros. Hilos de liquido transparente chorreaban de su coño, y sin reparo alguna, incrusté mi nariz en su ano y mis labios en el conducto carnoso que conducía a su útero. No había ni un solo pelo en la zona, pues estaba claro que se había depilado a consciencia.
— Ahhh… -gimió, sin poder evitarlo, dejando de chupar.

Me imaginé a Pablo volviéndose a ella para ver que pasaba y que, Nicole, usase su mano para impedir que volviese la cabeza hacia nosotros y continuar con su morreo.
   Mi nariz, incrustada en su culo, no olía nada desagradable aunque lo tenía tremendamente sudado. Su coño impregnó los alrededores de mi boca con su jugo del amor. Mi dedo pulgar se posó sobre su ano y presionando un poco se metió mientras mi lengua relamía de arriba abajo desde su clítoris hasta las profundidades de su vagina.
   Me di cuenta que, incluso desde esa perspectiva, Pablo no podía verme porque el culo en pompa de Rita me ocultaba.

Clavé mis uñas en sus nalgas, también separé sus labios vaginales con mis dedos.
— ¡Hmm! -gimió ella más fuerte sin parar de chupar. El ruido de la televisión se me antojaba ensordecedor. Me habría encantado escuchar el ruido de ese subnormal, los besos que se daba con la otra.

Me cansé de comerle el coño, y tras dar un par de chupetones en el clítoris y los labios más externos, junté tres dedos de una misma mano y sin necesidad de lubricarlos mediometí las uñas como si fuese a empalársela con ellos… Pero no. Con toda la maldad que pude y metiendo solo las puntitas, follé con mis uñas la entrada de su vagina sin meter un solo centímetro de más.
   La vi dejar de chupar, como si hubiese sentido la urgencia de suplicarme meterlos del todo. Pero no podía, se habría delatado…
— Métemela… No aguanto más -sollozó cachondísima, sin dejar claro a quien se lo decía.

Pablo, en lugar de volverse hacia ella, sin dejar de besar a la mulata ni tomarse la molestia de usar su mano desocupada para complacerla, usó esa misma mano para agarrar la nuca de Rita y forzarla a seguir chupando. Sentí la tentación de bajar mis calzoncillos y clavársela sin piedad, y si me pillaba, que se jodiese. Al fin y al cabo, era culpa suya por abandonar a su chica de esa manera.
— Fóllame… No puedo más. Por favor… Clávamela -Esa vez fue la propia Nicole la que, sin dejar de besar al otro, agarró la cabeza de Nicole con ambas manos y la hizo bajar hasta que sus labios se estrellaron contra las ingles de Pablo.

Actué por puro reflejo y me aparté al ver que se incorporaba y se apartaba del sofá en dirección al pasillo.
— ¡Rita! -exclamó Pablo sin darse cuenta de mi cambio de silla-. ¿A dónde vas? ¡Quédate! ¡Solo es un juego!
— Me voy a la ducha. Sigue jugando con Nicole -contestó de buena manera, aunque con evidente enfado.

Miré a la latina y bastó un gesto mío para que entendiese al instante. Volvió a forzarle enfocarse en ella y, al ver que pretendía levantarse e ir detrás de su compañera de piso, se montó encima de él y se quitó el sujetador de la manera más fácil: Escurriéndoselo sin desatar las ligaduras.
   La vi levantar el culo y enterrar su cara entre sus tetazas, lanzándome una miradita que me animaba ir y joder a esa zorra.





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09 < Consecuencias…
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Muy subnormal tiene que ser para saber lo desesperada que estaba su amiga y, aún así, dejar que alguien sexualmente superior la ronde como un buitre. Cerré la puerta del comedor con relativo cuidado, ya que el sonido de la televisión igualmente me amparaba.
   Mi polla estaba completamente tiesa y sobresaliendo de mi calzoncillo. Mi polla, ligeramente torcida, por poco eclipsaba el agujero de mi ombligo. Las venas, infladas como túneles de carretera, inyectaban a todo trapo la sangre necesaria para mantenerla dura y lista para penetrarla.
   Me acerqué con una cautela innecesaria a la puerta del baño, sabía que había pestillo pero algo me decía que no lo habría puesto. Mientras escuchaba a mis espaldas el ruido de la tele en el salón, giré el picaporte y entré sin picar a la puerta.
— ¿Qué haces…? Vete -dijo empujando la puerta e impidiéndome abrirla. Podría haber hecho fuerza, pero no era lo que quería. Me parecía deliciosa su resistencia, y amaba que me lo pusiese difícil con tanta fuerza de voluntad.
— Vengo a hacerte compañía.
— Vete… Se me fue la olla.
— Abre. No voy a tocarte si no quieres.
— No quiero, ahora pírate…
— ¿Por qué? ¿De qué tienes miedo?

La madera de la puerta cedió y se abrió de par en par sin necesidad de hacer demasiada fuerza. Estuvimos frente a frente, mirándonos a los ojos no más de dos segundos antes de que sus ojos mirasen la enorme dureza dando de sí el calzoncillo y de que los míos descubriesen, literalmente, un enorme manchurrón en la fina y holgada tira de tela que colgaba a modo de hamaca bajo su vagina. Algunos hilos transparentes colgaban como lianas entre sus muslos y sus pezones, completamente duros, amenazaban con perforar y romper el top.

— No voy a tocarte… A menos que quieras -dije cerrando la puerta con lentitud. El pestillo, también lo puse despacio.
— Y qué vienes a hacer…
— Querías jugar, ir de calienta pollas… Mira como has acabado -repliqué con una sonrisa irónica.

Caminé en círculos alrededor de ella, mientras esta estaba paralizada, no la toqué, como prometí pero si olfateé su cuello, su oído. Dos de mis dedos jugaron con su pelo y, en la segunda vuelta, me quité el calzoncillo mientras ella me miraba de reojo dándome la espalda y me senté en el retrete. Sin reparo alguno, me empecé a pajear con la polla apuntando a su culo.
— Te dije que ibas a ser sustituida por Nicole.
— Sigo creyendo que cuando acabe el fin de semana me va a elegir a mi. Y no volverá a dejar que Nicole se acerque.
— Y entonces… -No consideré buena idea rebatírselo-. ¿Por qué no te das el gustazo? Solo hasta que acabe el fin de semana…

La mano que tenía libre la agarró por la muñeca, dándole la oportunidad de rechazarme o dejarse acercar. No me malentendáis, sabía que no me iba a rechazar.
   Pese a que era evidente que estaba luchando por no hacerlo, se dejó jalonear y la parte interior de sus rodillas chocaron con las mías. Casi tropieza, cae y se ensarta con mi polla; pero en lugar de eso, permaneció de pie, inclinándose ligeramente hacia adelante con las piernas separadas la una de la otra a penas veinte centímetros y con su coño listo para caer en picado sobre mi pica de carne.

— Pablo te está siendo infiel con tu ex… Véngate conmigo. Date el gustazo…
— No… -suspiró, reprimiéndose con los ojos cerrados. Como no terminaba de sentarse sobre mí, me levanté. Mi polla entre sus dos nalgas y contra su pantaloncito; tuve que recoger mis dos rodillas un poco para poder inclinarme y poner mi barbilla en su hombro.
— Me encanta que te resistas… Eso lo hace todo más divertido. Me ha puesto a cien robarte frente a tu novio.

Mis palabras la sobreexcitaban, y empujándola con suavidad, dimos pasos sobre nuestras cuatro piernas hasta situarnos frente al espejo del baño. Sus ojos entrecerrados y con una expresión de borracha o drogada, lo que prefiráis. Mis dedos, como serpientes, se arrastraron de nuevo por su vientre hasta tratar de entrar bajo el pantaloncito y llegar a su coño. Sus manos me agarraron por las muñecas e impidieron el avance, y nos miramos a los ojos.
— No… No quiero -gimió. Separando ligeramente los labios cuando presioné para continuar bajando. Las yemas de mis dedos sintieron la suavidad de su vientre, la ausencia de vello púbico en su rasurado coño… Cerca, cada vez más cerca-. No… -volvió a gemir. Procuré acercarme más y más, sin prisa pero sin pausa.

Sus ojos estaban centrados en seguir el camino de mi muñeca a su entrepierna cuando, de repente… Toc, toc.
— Rita… ¿Estás bien? -Se escuchó girar el picaporte, pero el pestillo estaba puesto-. Venga. Ábreme… Venga, tia. Vamos a hablarlo.
— Vete al comedor, ahora saldré -dijo con nerviosismo. Como si le preocupase lo que pensaría si nos encontraba allí.

La pregunta, para mí, era como a ese atontado no se le había ocurrido preguntar si estaba sola. O asegurarse, al menos, de en qué parte de la casa estaba. No, en el fondo creo que estaba tan seguro de que le daba asco a Rita que no consideraba como posibilidad de pasase nada con ella.
   Le besé el hombro desnudo y eso le erizó la piel. Su mano aferró mi cabeza por el pelo como si quisiese quitarme la barbilla de ahí, pero no me la apartó. Mientras le pegaba un mordisco en el músculo que unía hombro con cuello, mis dedos resbalaban por su clítoris y mi otra mano metía dos dedos dentro de su boca aprovechando que estaba abierta. Nuestras mejillas se juntaron, como si fuésemos siameses.
— Venga… Ábreme, vamos a hablar.
— Vete con Nicole, Pablo. Habla con ella -murmuró con voz audible mientras cerraba los ojos y se sumía en mis caricias. Besé y mordí el cartílago de su oreja, dándome igual meter en mi boca un par de pelos de por medio-. Uffff… Para, por favor. No quiero esto… -me susurró a pesar de que no hacía nada para apartarme.
— ¿Recuerdas lo que te dije? Es solo mientras dure el fin de semana -dijo el muy imbécil-. Lo habíamos hablado.

Mientras él balbuceaba al otro lado de la puerta, me fui agachando y de cuclillas le bajé el pantaloncito que cayó, pesado por la humedad que contenía, alrededor de sus tobillos. Se apoyó la encimera de blanca porcelana, mordiéndose el labio mientras me miraba a los ojos y separaba las piernas.
— También me has estado ignorando todo el fin de semana -le reprochó dejando de mirarme cuando se dirigía a él-. La has preferido a ella. ¡A ella! ¿¡ Quién estuvo ahí cuando estabas tan jodido!? ¿Se preocupó ella por ti? ¿No tienes dignidad que ahora pierdes el culo por ella? ¡¡No me jodas, Pablo!! -Mis dedos volvieron a separar sus labios vaginales y incrusté mi boca entre ellos. Como a la cabeza de una gamba sorbí su clítoris y el interior de su coño haciéndola reprimir un quejido de placer-. ¿Qué estoy haciendo? -susurró, solo oyéndolo yo-. Madre mía…
— ¿Qué? -inquirió confuso Pablo al oír eso.

Había pasado los brazos por debajo y entre sus piernas. La hice abrirse de patas con los muslos apoyados en mis codos mientras abrazaba su espalda con mis dedos, uniendo los diez para mantenerla sujeta. Con las dos piernas completamente estiradas se dejó comer el coño, apoyando parte de su peso en la pica mientras “levitaba´´
— Ábreme… Quiero follarte.
— Vete a follar con Nicole, no me apetece ya. Pablo… -le reprochó con dificultad, sin saber bien si mantenerse enfadada o gemir de placer-. Nicole se lio con Alex, te traiciono. ¿Quién estuvo ahí cuando estabas mal? ¿Quién te ha apoyado? -repitió por segunda vez-. Y me has dejado tirada…
— Lo he hecho para que disfrutes más cuando llegase el momento de follar.
— ¡Eso habría estado bien si tu también te hubieses quedado a dos velas, Pablo! Pero… ¡No! Te has hartado de follar con Nicole.

Me fui levantando poco a poco, y debido a que podía de sobra cargar con ella, la fui girando hasta que quedó colgada boca abajo con la boca a milímetros de mi cipote. Lo sentí olfatearlo, rozar accidentalmente con sus labios el tronco de mi polla, y sin separar mi boca de su coño, arañando con mis dientes su coño para rascarle placenteramente su zona más sensible, maldecí para mis adentros al ver que no se animaba a chupármela.
   No, en lugar de eso usó sus piernas para formar una ‘’T’’ y empezó a gemir ante tan tremenda comida de coño invertida.
   Hasta la asfixia se lo devoré, negando con la nariz metida del todo en su coño y haciendo temblar mi rostro como si fuese un consolador.
— ¡Ahhh…! ¡Ahhhh...! ¡Ayyy…! -gemía como si estuviese próxima al climax, meneó el culo por encima de mi abrazo y pegando pequeños botes, su coño atizó gustosos golpes de boxeo en mi boca.

Rita se apoyó en sus dos manos, como si estuviese haciendo el pino. Le temblaban, no tenía fuerza para sostenerse, pero si para mantener el equilibrio. Agradecí no aguantar tanto peso y poniéndome de pie junto a ella, jorobé mi cuello para lamerle el coño como quien bebe de la fuente en un parque. Dos dedos juntos y estirados, los usé para clavarlos hasta los nudillos y me follé su coño con ellos antes de sacarlos y escupir sobre él. Sentí como le impactó eso, sentir mi escupitajo en su vagina para, luego, comérmelo.
   Sus brazos le fallaron y se desmoronó. La sostuve para que curvase la espalda y pudiese apoyarse sobre ella, quedado tendida en el suelo boca arriba. Le empotré mis enormes testículos contra su boca y su nariz mientras dirigía mi mirada al techo, sintiendo calambres del placer al sentir las caricias provocadas por sus dientes y su lengua.

   Me incliné hacia adelante, apartándoselos de la cara. Mi polla, pegando botes por la gravedad, golpeó repetidas veces contra su mentón mientras la abría de piernas y volvía a mimar su clítoris con besos sin fin.
— Contéstame, joder. ¿Qué coño estás haciendo?
— Intento masturbarme, ya que tú pasas de hacerlo.
— Te estaba reservando para la noche… Para hacerlo con más ganas -se excusó, claramente mentía. No sabía como solucionar la tremenda cagada que había cometido.
— Y mientras te has follado a Nicole dos veces -rugió Rita.
— Uso sus peticiones…
— Pablo, por dios, que te podrías haber negado. Acéptalo. Querías y lo hiciste… Quieres tenernos a las dos para ti. Eres un egoísta.
— Rita, yo… Joder. En serio, no quería eso. Venga… Abre. Vamos a arreglarlo.

Mientras ellos discutían y con la fémina estirada en el suelo con las patas abiertas, quité mi culo de su cara y me coloqué en posición misionero entre sus piernas. Mi monstruosa polla, tan gorda que podía partirla en dos, atracó sobre su vientre dejando entrever como podía remover todo su interior solo con meterla.
   Fue a decir algo, pero le comí la boca mientras la agarraba de las muñecas y las atrapaba por encima de nuestras cabezas. Perfectamente podría metérsela, clavársela, empalarla… La tenía totalmente bajo mi control. Bailé con mi vientre sobre el suyo, mis testículos acariciaban su coño. Se moría por tenerla dentro, no hacía falta que dijese nada.

Me miró suplicante, se mordía el labio inferior y cruzó sus pies alrededor de mis piernas. No estaba cómodo en esa posición, la quería aún más abierta de piernas, así que pasé los brazos por debajo de ellas y se la estampé a los lados de sus caderas. Su coño estaba abierto de par en par, besando con ansia el tronco de mi polla. El extremo de mi miembro regaba su vientre con líquido preseminal que, solo con ponerlo dentro de ella, podría dejarla embarazada.
— ¿Qué pasa si no te la meto? ¿Y si me voy? -dije ignorando tanto como ella lo que Pablo decía.
— Si no me la metes me follaré a Pablo en el cuarto… Hazlo antes de que me arrepienta.
— Me has tenido esperando toda la noche… -le susurré al oído, dándole también besos muy cerca de él-. Dame una razón para no joderte y dejarte con las ganas…
— Porque luego ya no querré.
— Si que querrás… Porque sabes que te voy a follar mil veces mejor que Pablo. ¿Pero sabes qué? No me motiva tanto hacerlo con ese inútil al otro lado de la puerta.

Su boca atrajo magnéticamente la mía, las palabras de Pablo carecían de significado porque no decía nada importante. Insistía en que abriese la puerta dando por hecho que estaba sola, mientras mi lengua escurría saliva contra la de ella.
   La agarré del cuello para demostrarle quien mandaba, abrió la boca sin sacar la lengua y me miró, sometida. Con mi mano libre puse la yema de mi dedo índice en sus dientes incisivos inferiores haciéndole abrir más y más la boca. Quería escupirle dentro. ¿Le cortaría el rollo? ¿Sería demasiado para ella? Me preguntaba como reaccionaría si lo hacía.
   Mi mano se apretó en torno a su cuello, estrangulándola ligeramente. Se fue poniendo roja sin desviar la mirada. Abrió más la boca mientras mis caderas retrocedían y besaba con mi glande el orificio de entrada de su coño. Estaba tan abierto que solo necesitaba empujar… Y en esa posición, clavarla hasta el fondo suponía perforarle el cuello uterino.
   ¿Escupía? ¿La cagaría si lo hacía? Nah… Era una zorra y lo sabía. Dejé de mirarla a los ojos para estudiar su boca, y en reacción como si me leyese las intenciones sacó la lengua de par en par justo en el momento en el que acumulaba saliva en mi boca y la escupía a chorro, salpicándole en el mentón, los labios y la mayor parte sobre la lengua.
—¡Hmmmm! -gimió sorprendida poniendo los ojos en blanco y estremeciendo sus piernas alrededor de mi polla. “Lo quiero todo dentro´´ “Échalo todo dentro´´ pareció ser el mensaje subliminar.


“PLASSSSS´´ Cogí carrerilla con las caderas y embestí con todas mis fuerzas resbalando la polla por el clítoris y el ombligo hasta golpear con mis testículos su hambriento coño.
— ¿¡Rita!? -preguntó Pablo al otro lado de la puerta, claramente sorprendido por el ruido.
— Se me ha caído… una revista. ¿Te quieres ir, Pablo? Ya se me pasará -rugió molesta por la interrupción-. No voy a abrir la puerta, déjame en paz.

Nada más terminar de decir eso, se mordió el labio y me miró.
— Hijo de puta… -susurró mientras frotaba con fuerza, resbalando mi polla por su vagina. Lo mejor fue ver las caras que ponía cuando, presionando con fuerza, empecé a follarme su clítoris viéndola sufrir un cortocircuito orgásmico. Cerraba los ojos y sacaba la lengua, los abría y los ponía en blanco mientras separaba la polla de su barriga y empezaba a masturbarme a un ritmo de convulsión.

Su sucia boca, ahora impregnada con mi saliva, no fue algo que nos produjese asco a ninguna de las dos. Rita luchaba por respirar, abriendo la boca lo máximo posible mientras luchaba contra mis besos y con mi manaza aferrada a su cuello.
   La falta de aire pareció atontarla, pero no hacerla sentir menos. Cuando consideré que ya había tenido suficiente abracé sus dos rodillas dejándolas apuntando al techo y me follé sus empapados muslos manteniendo a raya mis ganas de perforar ese hediondo coño.

Frunció el ceño y formó una ``O´´ con sus labios, arrugándolos. Imitando una corrida, la clavé lo más hondo posible chocando con mi abdomen contra sus muslos y eché todo el peso hacia ella mientras, como si fuese una flor, se abría de piernas y me dejaba aplastarla mientras me fundía en un beso francés. 
   Nos quedamos así unos segundos, quedando recostado sobre ella hasta que me incorporé y coloqué mis manos a los lados de su cintura. Con un lento vaivén, al ritmo que sacuden las olas del mar un bote de remos en una noche en calma, paseé mi polla sobre su coño, recorriendo su vientre.
— Haz lo que quieras con el mierda ese. Cuando pruebes como follo, no querrás volver a hacerlo con otro. Cómele la boca ahora, pero cuando se vaya a dormir… Voy a ir por ti. No me apetece que me interrumpa. Vas a ser mía por la noche, y a partir de mañana, te demostraré quien folla mejor.

Me puse en pie, dejándola estirada y con cierto rastro de deseo en su rostro. No quería que me fuera, pero estaba seguro de haberla cautivado… Cuando Pablo se durmiese, iba a follármela sin piedad.
   Sabía a lo que me arriesgaba dejándola con las ganas, pero dudaba mucho que al otro le quedasen ganas de pegarle un polvazo y, si se la follaba, muy seguramente la decepcionaría. En cambio, si me la jugaba y me salía bien… Más hambrienta la tendría… Cuando Nicole y Pablo quedasen dormidos.

El sexo de esa chica famélica estaba dejando un charco sin color alguno totalmente transparente. Salí del cuarto de baño justo cuando ella se llevaba una mano al pezón y otra a la entrepierna, soltando un quejido que me pareció el lamento de una perra abandonada.
— Has perdido tu oportunidad… Olvídate de hacer nada luego -me dijo mordiéndose el labio.
— Sabes que no.

Subiéndome los calzoncillos, dejé la puerta abierta y la dejé ahí espatarrada a la vista de cualquiera que se pasease por el pasillo.
— ¿Dónde estabas? -me recriminó Pablo desde el sofá, recostado al lado de Nicole.
— Intentando sobar, me aburría -contesté con naturalidad, rascándome la erección. Si sospechó algo, no dijo nada.
— ¿Y Rita?
— Yo que sé -contesté de mala manera metiéndome en la cocina.

No salí hasta que escuché a Rita surgir por la puerta del pasillo. Se había cambiado de pantaleta y llevaba una especie de bragas sin adorno ninguno. Pura tela ligera como el pantalón anterior, aunque más ceñido. Se estaba lavando los dientes mientras jugaba con su pelo.
   Se paseo por el comedor, siendo objeto de la mirada de nosotros tres. Sin decir nada, volvió al baño y terminó de enjuagarse.
— Tengo sueño, me duermo ya -manifestó.
— Es tarde… ¿Nicole? -preguntó Pablo mirando su móvil.
— Si. ¿Por qué no? Hace mucho que no dormimos juntos.
— ¿Vais a dormir juntos? -preguntó, un tanto picada, Rita.
— Iba a usar la petición que me queda para dormir con las dos -confesó con una sonrisita estúpida.

Por un momento, pensé que lo iba a mandar a la mierda. Y habría estado bien, pero me tocaba pagar por haber ido de sobrado.
   Pablo, habiendo resultado muy apresurado, se percató de su error y añadió.
— Aunque si te molesta, he pasado de ti todo el día… Dormiré solo contigo.
— ¿Qué? No. Para nada… Me encanta la idea de dormir con Nicole -en su tono de voz había un deje evidente de peligrosidad. Una sonrisa traviesa iluminó su cara mientras se dejaba caer al lado de Nicole. ¿Al lado? No. Pegada a ella.

Le susurró algo al oído, y Nicole la miró como si estuviese loca. Volvió a susurrar algo al oído de la latina hasta que empezó a sonreír.
— Ummm… -musitó con una sonrisita orgásmica-. No sé… Sí. Puede ser -ambas miraron a Pablo, pasando olímpicamente de mí.
— Será divertido -dijo Rita poniéndose en pie y dirigiéndose una vez más hacia el pasillo-. Las oportunidades no hay que dejarlas escapar -señaló con doble sentido.

Con dos dedos en forma de gancha, atrapó a Pablo por el calzoncillo y lo arrastró en dirección hacia su habitación, o eso pensaba.
— Oye… ¿Qué? -pregunté a Nicole.
— Luego te cuento. Es bueno, para ti.
— Alex, eres libre de dormir donde quieras. El sofá o la cama de Rita. Pero hoy duermen conmigo -Me espetó Pablo cerca de la puerta del pasillo junto a la barcelonesa agarrada de su cintura.

Miré a Nicole sin comprender. ¿Qué bueno podía tener eso? Ya había barajado la posibilidad de que Rita durmiese con Pablo, eso sí… Cachonda perdida. El problema era si follaban antes de dormir, se me iría todo el plan a la mierda.
— Tranquilo -susurró guiñándome un ojo y sonriendo, alcanzando a los otros dos. Automáticamente la vi ponerse melosa con ese imbécil. Cada una abrazándolo a un lado y cuando me quise dar cuenta, ya estaban encerrados en su cuarto.

Habían puesto el pestillo y no tenía manera de abrir. ¡Me habían jodido todo! Ese hijo de la gran puta iba a follarse a esas dos y dormir encerrado con ella. La venganza iba a tener que esperar hasta el día siguiente, y no me hacía ni puta gracia.




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10 < Segunda derrota
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Me desplomé frente a la puerta de su cuarto, la misma habitación donde, una semana atrás, me follé a Nicole. El pasillo estaba oscuro, y yo me sentía desanimado al pensar que, en el peor de los casos, iba a tener que esperar hasta las nueve de la mañana para arreglar el estropicio que había provocado con mi orgullo. ``Podría habérmela follado´´ pensé abatido. ``Solo tenía que metérsela… ¡No! Tenía que hacer el gilipollas y dejarla cachonda para luego´´.

Las risas en el interior interrumpieron mi martirio. Escuché como susurraban, como gemían y roces de ropa, de sábanas y de pieles. Me pareció sentir, si afinaba el oído, el ruido de la succión. Llegué a imaginármelas chupándosela a Pablo en equipo. Apenas podía comprender lo que estaba pasando dentro, eran un conjunto de ruidos al azar que no me transmitían nada si no veía lo que pasaba.
   En cierto momento, escuché a Pablo protestar:
— ¡Eh! -Ante su exclamación, escuche las risas parejas de las dos chicas.

Escuché más gemidos, suspiros y lamentos femeninos hasta que, finalmente, el silencio se adueñó de la habitación. No escuché nada más, llegando a pasar los segundos, los minutos… Se habían quedado dormidos. Escuché una discusión dentro: Una mezcla de cuchicheos, murmullos y susurros. Pablo parecía molesto, pero no podía entender nada de lo que decían.
   Entonces se hizo el silencio de nuevo y pasó otro rato, bastante rato. Escuché los ronquidos de Pablo, suaves y bajos, pero evidentes. Tenía la esperanza de que me abriesen la puerta, pero no llegó a pasar nunca. Me estaba levantando ya y preparándome para irme al sofá cuando, de repente, escuché un ruido al otro lado de la puerta. El cerrojo acababa de ser abierto desde dentro y, uno de los tres, quien fuera, me había abierto la puerta.

Quedé paralizado frente a ella hasta que asimilé mi buena suerte y sonreí en la oscuridad del pasillo. Podría haber sido Nicole la que me hubiese abierto, o quizás fue Rita… Lo que estaba claro es que no pensaba desaprovechar esa oportunidad.

Al principio de este relato, dije que el fin de semana se dividía en tres etapas: La abstinencia, mi castigo y mi venganza. Pues bien, el castigo terminó justo en el momento en el que, el seguro de la muerta, fue quitado. Mi venganza empezaba justo entonces, conmigo abriendo la puerta frente a esos tres estirados y Pablo roncando.




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 Bonus < Alianza imprevista, venganza merecida…
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Nicole < *** 20 minutos atrás***


Estaba caliente; muy caliente. Su temperatura corporal era muy agradable para mí a pesar del calor que pasábamos. Sentí como Rita se pegaba a mí cual lapa y sentí su aliento espolonear el aire frente a mi nariz cuando se acercó a susurrarme. Sin que los otros dos nos quitaban el ojo de encima, no me habría sorprendido que me propusiese buscar alguna manera de tener un cuarteto. ¿Por qué no? No había catado ninguna pija en todo el fin de semana, y eso me ponía arrechísima. Evitar que cogiese con cualquiera de los dos me volvía literalmente loca; aunque por otra parte también quería que Alex se la cogiese por muchas razones, la principal era para quitarla de en medio, las demás podían resumirse en que quería verla destrozada sin piedad por el rencor que le tenía.
   Me había quebrado la cabeza planificando maneras de lograr que esa pela durmiese en una habitación aparte, pero no alcanzaba a concebir ningún plan que me convenciese lo más mínimo. Entonces, ella, susurró en mi oído justo el secreto que necesitaba oír:
— ¿Qué te parecería hacerlo mientras Pablo mira y Alex escucha? -me cuchicheó al oído, tapándomelo para impedir que nuestros dos culitos leyesen sus labios. Se echó a reír provocándome un cosquilleo en la oreja. La miré sorprendida, sin haber podido evitar pillarme por sorpresa. Se volvió a reír y me susurró-. Lo llevamos a su cuarto, hacemos como que vamos a follar con él… -me adelantó, mezclando un tono meloso y excitado con sus labios rozando mi oído- y luego nos lo montamos entre nosotras.

No sé que me puso más cachonda: ¿Calentar a Pablo? ¿Saber que Alex tendría que conformarse con escuchar?  ¿La idea de culiar sola con ella? Seguía queriendo lo mismo, y eso significaba que no estaba mal si de paso me la pasaba bien de por medio.
  — Ummm… -ronroneé erótica, de manera totalmente intencional-. No sé… sí. Puede ser -Ambas miramos a Pablo.
— Será divertido -dijo Rita levantándose y dirigiéndose hacia su cuarto-. Las oportunidades no hay que dejarlas escapar.

Atrapó por el bóxer a nuestro culito en común y se lo llevó hacia su habitación. La seguí, con mil cosas preguntas rondándome por la cabeza.
— Oye… ¿Qué? -me preguntó, sacándome de mi ensimismamiento.
— Luego te cuento. Es bueno, para ti -le prometí, tratando que los otros dos no me oyeran ni sospecharan nada.
— Alex -Pablo se volvió hacia él-, eres libre de dormir donde quieras. El sofá o la cama de Rita. Pero van a dormir conmigo -señaló Pablo, triunfal, antes de ser extraído por una Rita impaciente del salón.

``Vaya con la mosquita muerta´´ me dije dándome cuenta que observaba embobada como andando golpeaba mi amiga una nalga con la otra. Siempre había tenido muy clara mi heterosexualidad… >>
    << Era una calientapollas, como se dice en España, aunque en el momento en el que había conocido a Pablo dejé atrás esa vida. Sí, había sido virgen y mi primera vez había sido con él, aunque eso no quitaba que mucho antes disfrutase ilusionando a los chicos sin llegar a nada.
   A lo largo del fin de semana innumerables habían sido ya las veces que me había prometido alejarme de Alex para no poner en riesgo mi relación con Pablo. A pesar de eso, siempre me sorprendía a mí misma fantaseando con que pese a resistirme, Alex se imponía y me cogiese como él sabía en un rincón de la casa.
   Por eso me volvía tan loca la idea de que se quedara fuera escuchando, y algo en mi interior me suplicó que, si cerraban el pestillo, sería yo la que se levantaría a abrirle la puerta a Alex. Una vez esos dos estuviesen dormidos y calentarle, dejándome violar en un rincón de la casa… En un rincón oscuro y solitario mientras Rita pasaba la noche una vez más con la panocha húmeda y caliente.
   Puede ser que eso fuese lo que más me excitaba, pensar en que yo fuese la única que pudiese disfrutar follada por esos dos mientras ella, bien brava, se limitaba a mirar y desear.

Con todo eso en mente, me situé a un lado de Pablo y lo agarré por la cintura de la misma manera que mi rival lo hizo por el otro costado. Los tres, andando juntos, caminamos por el pasillo sin decir una palabra intercambiando miradas y sonrisas pícaras. A la hora de entrar, Rita pasó la primera guiando a su compañero de piso adentro y este, de manera mecánica, no me soltó arrastrándome con él al oscuro interior del dormitorio.
   No fue Pablo, sino la propia Rita, la que cerró a ciegas la puerta con el pestillo. La hora debía rondar cerca de la una de la madrugada y todo lo que pasó dentro de esa habitación sucedió con un foco de escritorio que alumbraba poco y mal.

Aún así… Eso lo hizo todo más interesante.

***

Cerrada la puerta no podíamos ver nada: La persiana estaba bajada y aún permanecía el olor al sudor de Pablo y de mí, pues ni nos habíamos molestado en ventilar la habitación. Pensé que iba a ser un trio en la oscuridad, aunque me lleve una sorpresa cuando Rita se puso a danzar en la oscuridad eludiendo con sus pies saltarines los obstáculos hasta oírla llegar al lado de la habitación donde estaba el escritorio y, tanteando a ciegas, encendió una luz insuficiente y de muy baja intensidad que ni siquiera nos alumbraba a nosotros, sino a la pared.
   Hacerlo a oscuras me habría dejado con la curiosidad, porque sabía que querría ver sus caras, sus expresiones y observar como reaccionaban. Todo iba a ser un juego: Rita quería vengarse de Pablo y, yo sospechaba, que también quería provocar al otro. Por mi parte me basta con asegurarme de que quedara a punto para él una vez se mostrase una oportunidad.

Me había bastado solo un sábado para saber que Rita era una ``calientapollas`´ nata, como dicen en España. Lo peor de todo es que sentía que podía entenderme con ella, llevándome mucho mejor. Si no sintiese que me hubiese robado a mi novio me caería mucho mejor de lo que me caía en ese momento. Más allá del rencor que le guardaba por haberse cuadrado a Pablo, sentía una diversión un tanto sádica cuando hacía algo con ella.
   Con ese tono de luz ideal -el cual dejaba mucho a la imaginación- se posó en el borde de la cama y abriéndose de piernas de la misma manera que se hacen a un lado las cortinas escarlatas en un teatro ante el silencio del único espectador que podía ver la escena. Me sumé al espectáculo, quitándome la ropa interior y con andares seductores me paré frente a Rita. Nos miramos, nos estudiamos y acerqué mi ombligo a su cara. Su lengua hizo el primer contacto y ascendió desde el centro del vientre hasta uno de mis pezones mientras, con la otra mano me amasaba el pecho libre, como si fuese una niña en navidad disfrutando su tan ansiado juguete. Estiré mi espalda, disfrutando de su manoseo hasta que, con antojo de sus labios, interrumpí su chupetón en mi teta para comerle la boca.

   O quizás no se la comí yo, no. Me la comió ella. La intensidad del beso me hizo saborear el día tan largo y tenso que había padecido, repasando mis labios con los suyos como si fuesen su helado favorito.
— Ah… -gemí sentándome sobre sus muslos y cerrando sus piernas mientras notaba sus manos apresar mis mejillas y acercarme más y más a ella.

Por un momento me olvidé de que Pablo estaba mirando, nuestras lenguas resbalaban y se frotaban entre nuestras bocas. Sentí en mi cuca la excesiva humedad que se propagaba en su entrepierna, tirándose de espaldas sobre el colchón y haciéndome seguirla. Nuestras entrepiernas estaban muy juntas, pero fue mi culo en pompa el que atrajo la atención de Pablo que, sin ser capaz de mantenerse al margen, se acercó y empezó a acariciar mis labios vaginales con dos de sus dedos. En menos de cinco segundos me pellizcó la panocha, me frotó el clítoris y metió dos de sus dedos en mí haciéndome gruñir de placer. No estaba ni de cerca tan mojada como la españolita, pero los recibí gustosa de todas maneras.
   Rita me hizo rodar como una croqueta, invirtiendo posiciones y quedando encima con su culo en pompa atrayendo la mirada de nuestro chamito. Con pulso de cirujana, pincé las dos tiras de su ropa interior y las deslicé en vertical hasta cerca de sus rodillas.

Me impactó que las dos manos de la chamita sobre mí apresaran mis muñecas, deteniendo el intercambio de besos. Sus pies pinzaron mis piernas y alzó en alto su trasero, moviéndolo dibujando el símbolo del infinito en el aire.
   Me miró divertida, sonriente y, sin poder evitarlo, le sonreí. La polla de Pablo estaba cada vez más cerca de su coño, listo para penetrarla. Me sentí bipolar al querer que la penetrase, al no querer dejar que pasase. Una parte de mí deseaba hacer el trio, mientras la otra me recordaba que Alex estaba al otro lado de la puerta y tenía que mantenerla desesperada para él.
   Removí mis manos entorno a su agarre, descubrí que no tenía fuerzas para quitármela de encima. Subí y bajé el culo, emulando con mi vientre el movimiento de una ola que no logró otra cosa que estimularla a que me comiese de nuevo la boca.
— ¡Ufff! -gimió Rita al ser jalada del pelo por Pablo.

Me revolví entre sus brazos y alcancé a ver como mi exnovio dejaba caer entre sus nalgas su polla tiesa y, juntándolas, empezaba a follárselas. Entonces, agarrándosela por la base como quien sostiene una pistola, y sosteniendo la nalga izquierda con la mano restante para dejar bien visibles sus dos agujeros, se dispuso a clavársela cuando, de manera inesperada, la misma chica que había sobre mí liberó una de mis dos muñecas para tapar su vagina, riéndose. El glande de Pablo chocó contra los nudillos de su compañera de piso y esta le lanzó una mirada sugerente.
   No tuvo sentido, ni para mí ni seguramente para Pablo. Debía estarse muriendo por tenerla dentro y, aún así… ¿Quería seguir alargándolo?
   Mi expareja no se dejó desalentar y presionó el extremo de su pija contra la húmeda y blanda piel del tapón que formaban sus dedos, buscando cualquier recoveco para embestir y clavarla dentro de su panochita.

Lo único que se me ocurrió… Lo único que acepté como probable es que su verdadero objetivo no era Pablo. ¿Podía ser que al que quisiese castigar realmente fuera a él? Esa vez fui yo la que, en ese descuido, escurrí mi mano entre su agarre hasta quedar libre para agarrarla por la muñeca y, con la otra mano, sujeté de manera torpe y frenética la mano con la que se estaba tapando la vagina y tiré de ambas hasta que nuestros vientres chocaron, pues sus rodillas apoyadas contra la cama no podían sostener el equilibrio y acabó cayendo sobre mí quedando apretujadas nuestras tetas.

   Pablo retiró la ropa interior de Rita aprovechando que esta tenía las piernas estiradas y quedaron nuestras dos panochas pegadas la una a la otra, babeándose mutuamente. Como no parecía interesada en resistirse, liberé mi agarre de sus muñecas y, con la mano izquierda, clavé mis uñas en su nalga izquierda. Y mi mano derecha buscó la posición adecuada para encontrar a ciegas el miembro de mi ex. Le pajeé, con una sonrisa mientras los ojos almendrados de Rita se alternaban en mirar mis ojos y mis dientes. Jalé de su pija y la mediometí entre nuestras panochas haciendo a la rubia sobre mí abrir la boca eróticamente y silenciar un gemido.

Le pajeé de nuevo contra nuestros clítoris, después se me antojó ‘’hacer asentir’’ su polla arrastrando su glande en vertical por nuestros labios vaginales sin llegar a meterla en ninguna de las dos vaginas. La mejor tortura para esa perra ‘’calientapollas´´. Las dos gemíamos a diferentes ritmos, pero juntas.
— Ayy… Oishhh -ronroneé complacida del agradable cosquilleo que me producían esas caricias.
— Mmmmm… -Rita se mordía los labios, con los ojos cerrados. Haciendo perrear su culo como si fuese gelatina.
   ``Maldita´´ vocalizó con los labios sin dejar de mirarme a los ojos. Con toda la malicia posible, me tomé mi tiempo en pasear la punta de aquella pija con lentitud por su vagina, metiéndose accidentalmente en glande antes de volver a sacarla como quien dice ``solo la puntita´´.
   ``Suficiente´´ pensé antes de volver a poner su polla entre nuestros pubis, justo antes de dirigirme hacia Pablo y decirle:
— Danos duros con esa pija, papi…

Le solté el pene y dirigí mi mano hacía su nalga derecha, separando las dos nalgas lo máximo posible abriendo sus dos orificios espasmódicos para provocar a Pablo a que la penetrase. Estaba dejándome llevar y ya no tenía tan claro si quería aplazar aquel trio, aunque por suerte para mí mi ex novio se lo tomó al pie de la letra y empezó a embestir contra nuestros clítoris y hacerla resbalar entre nuestras vaginas. Fue él mismo quien apartó mis manos y con las suyas propias empezó a jugar con el trasero de esa blanquita. Sus dedos pulgares amenazaban con meterse en su ano, mientras la inundada vagina de Rita mojaba todo a su alrededor cayendo pequeños hilos en cascada contra esa polla dura y contra mi panochita.
— ¡Oh! ¡Ahh…! ¡No aguanto más…! ¡Ay…! ¡Ah, ah, ah, ah,ah…! -gemía la muy perra, enterrando su rostro entre mis tetas. Nuestros pezones estaban duros y cada coñazo que le metía a ella hacía retumbar los testículos de Pablo contra mi panocha-. Que bien se siente… La quiero dentro, joder -reconoció poniendo los ojos en blanco.

Con el culo en pompa, contraatacó y empezó a estrellar sus pompis contra el bajo vientre de Pablo, y levantándolo, parecía querer ser ensartada lo antes posible. Se dejó llevar y con sus dos manos libres agarró mi rostro y me comió la boca dejando totalmente desprotegida la vagina.
   Plas, plas, plas, plas… Pablo golpeaba con sus abdominales el trasero de Rita sin dejar amilanarse dejando claro que ya no tenía suficiente con hacerla deslizar entre ambas panochas y que iba a meterla dentro de una de las dos. Pero con el ano y el agujero hambriento de Rita, estaba claro que ya había elegido.
   Entonces recordé cuales eran mis preferencias, despertando mi fuerza de voluntad, me revolví del abrazo de mi amiga justo cuando Pablo se preparaba para metérsela, empujándola a un lado de la cama.

Rita quedó estirada de lado, respirando con dificultad y completamente acalorada. No se movió en unos segundos, pensativa. Con Pablo aún de pie, gateé al lado de mi rival y le susurré al oído:
— Te recuerdo que la idea es dejarlo caliente…

Tras volver a incorporarme, atrapé a Pablo por la mano y con suavidad lo atraje a la cama, entre ambas. Se dejó estirar boca arriba apoyando la cabeza en la almohada totalmente expuesto. Fui la primera, tomando la iniciativa, de agarrarle la pija por la base y ponerme en perrito encarada a mi compañera. La miré a los ojos, retándola, mientras mi lengua jugaba con su glande, infiltrándose en la capucha bajada que tenía como prepucio y, tras haber dado ese saludo, solté el agarre con la mano antes de abrir la boca, sobreponer la lengua a mi labio inferior y engullir su cilindro de carne hasta mi garganta.

   No pude evitar pensar en lo inferior que era ese pene al de Alex, tanto en grosor como en longitud. No es que fuese mucha la diferencia, pero era más pequeña.
Dirigí mi mirada a Pablo e ignoré a mi rival, sintiendo su glande en la parte donde terminaba mi boca y nacía mi esófago. Le mantuve la mirada, centrada en sus ojos, mientras con la punta de la lengua lamía sus testículos.
   Llevaba muchas horas demostrándole lo rico que podía ser el sexo con mi nuevo yo. Desde que estuve con Alex, me había desinhibido mucho y ya no me importaba hacer muchas cosas que antes ni se me habrían ocurrido.
   Pablo exhaló aire, a modo de suspiro; usaba su mano como tope para alargar mi garganta profunda empujando boca en caída libre hasta sus testículos. Echó la cabeza atrás para observar el techo como si no fuese capaz de mantenerme el duelo visual.

   Rita se puso en cuatro patas también y, sin interrumpir mi mamada, empezó a besar y lamer las inexistentes abdominales de nuestro amante. Pero él no quería eso, y con su mano libre la agarró de su dorado pelo corto arrastrar su lengua por mi vientre en dirección hasta su bello público hasta que nuestras narices se encontraron.
   Se rio alegre, mientras nuestras cabezas estaban aprisionadas por sus manos y con nuestras bocas muy cercas la una de la otra, la mía continuando con la garganta profunda recién comenzada.
   Mis ojos fueron poniéndose en blanco y empecé a notar arcadas, ya fuese por la falta de aire y por la necesidad de eliminar ese obstáculo de mi garganta. Tosí y unos pequeños perdigones de saliva se empotraron contra la boquita de Rita. Se limitó a sacar la lengua y comerle los testículos a mi ex, a la espera de que la polla quedase libre para poder chuparla.

Con ambas manos e incapaz de aguantar más, me aparté cogiendo una bocanada de aire para que, segundos después, Rita imitase mi garganta profunda ignorando la espesa saliva que había dejado recubriendo aquella pija.
   Pablo nos hizo a las dos parar de chupar, reiniciando aquel sexo oral y reduciéndolo a ligeras lamidas en vertical con la única intención de que nuestras lenguas se cruzasen.
   Creo que las dos estábamos con los ojos cerrados, cada una sacando brillo a aquel pilar de carne como si fuese un helado. Mis labios besaron el glande mientras ella continuaba lamiendo, rozando con su lengua los bordes de mi boca.

Aún recuerdo como ella jugaba con mis pezones y yo con los suyos, sin perder interés en la mamada. Sin olvidar que todo aquello era solo un paripé para dejarla lista para Alex. Reímos de nuevo en el momento previo en que nos pusimos de acuerdo para comerle los testículos al chico mientras entre las dos, cada una con una mano, le pajeábamos.
   Pese a todo esto, se me antojó un sexo oral bastante pobre ya que con Alex no había ni punto de comparación. Era mucho más bestial, morboso y sexual.
   Esa mamada en equipo con Rita parecía más bien una excusa para llegar a algo, y aún así, ella en sí era la que más cachonda me ponía.

Pensando esto perdí interés en chupársela a mi ex y simplemente me abalancé como una leona hacía Rita y quedando yo encima le empecé a comer la boca, el cuello, las tetas, el vientre… Hasta llegar a su panochita.
— ¡Eh! -exclamó Pablo, pero nosotras solo pudimos reír porque, en el fondo, sabíamos que desde el principio ese había sido el único objetivo.

Mi lengua lamió su vagina sintiendo como la hacía estremecerse. Besé su clítoris y mordisqueé con la presión adecuada sus ingles y los alrededores de su sexo. La miré a los ojos, ella abría la boca; se mordió el labio para luego, con la lengua, repasarse la comisura carnosa del mismo, antes de volver a dejar la boca abierta hasta que mi lengua perforó el orificio en busca de su punto g.
— Vaya boca… Me encanta… ¡Ahhh! ¡Oishh…! ¡Ese es el punto! Ni se te ocurra parar, guarra -musitaba fuera de sí agarrándose con las manos a los cojines, luego dirigió una de sus manos a estimular su endurecido pezón y la otra a por su clítoris. Mis dos manos se enrollaron entorno a sus muslotes con la intensidad de una anaconda alrededor de su presa.

Besé el dedo con el que se pajeaba, lamí de nuevo todo su cuquita y volví a follármela con la lengua.
   A Pablo no le sentó bien que pasásemos de él así que, notando su polla entre mis muslos e invitándome a cerrarlos, empezó a follárselos con torpeza mientras con una mano agarraba del cuello a Rita y con la otra empujaba -a través de mi nuca- mi boca contra su coño.

   Esa acción sin duda fue la más morbosa que hizo Pablo desde que entramos en la habitación, sintiéndome a su merced mientras me empotraba la boca contra la vagina encharcada de mi amiga.
   Me empecé a ahogar de nuevo, con mi nariz intentando respirar contra su clítoris y mis dientes rozando su carnoso sexo. Su humedad me volvió loca, mientras la pija de Pablo me estimulaba.
   Pablo parecía decidido a ahogarme contra el sexo de mi rival, y yo intentaba mirarla, pero la falta de aire me atontó y me hizo querer cerrar los ojos. Apenas podía mantenerlos abiertos, e invertí la poca movilidad que tenía para clavar los dos dedos más largos de mi mano derecha en su panocha. Mi lengua dejó un rio de saliva hasta su boca, fundiéndonos en un beso mientras apartábamos a patadas a un chico que no paraba de intentar acercarse.

Mi mano derecha aceleró su ritmo, haciendo que la rubia temblase de placer. No nos besábamos, solo nos mirábamos intensamente mientras la sentía llegar al orgasmo. No quería que se corriese, pero al mismo tiempo quería ver como se corría. Quería mirarla a los ojos mientras la veía explotar.
— ¡Oishh…! ¡No pares! ¡Ni se te ocurra parar! ¡Me voy a correr! ¡Ouuuuuuummm..! -gimió frunciendo el ceño a modo de súplica, volviéndome loca; parecía a punto de llorar, de reír, de enloquecer.

Me mordí el labio inferior, mientras mi mano derecha como una máquina un movimiento super rápido aporreaba como un martillo eléctrico su sexo dispersando pequeñas gotas de su lubricación vaginal en todas las direcciones.
   Chop, Chop, Chop, Chop, Chop…
— ¡AAyYyYyY…! -gemía rítmicamente al compas de la follada de mis dedos. Sus cuerdas vocales temblaban.

``Está a punto para Alex…´´ ``La tengo lista…´´ pensaba decidida a parar, sin querer hacerlo, siendo todo un espectáculo para mí. Entonces, cuando no había marcha atrás y simplemente me pareció que se iba a correr, paré. Sin más. Salté a la piscina y lo mandé todo a la mierda ante la atenta mirada de Pablo.
— No pares… -me reprochó sin enfado alguno, suplicante-. No pares… -repitió.
— La idea era dejarle con las ganas. ¿Recuerdas? -le espeté en voz alta, más melosa y cariñosa de lo que pretendía en realidad, antes de fundirme con ella en un nuevo beso mientras nuestras vaginas se apagaban poco a poco, abandonadas.
— ¿Qué? -inquirió Pablo-. Yo no me voy a quedar así…
— Claro que lo vas a hacer -Rita habló con autoridad y con una voz firme, a pesar de que visualmente se veía chafada y agotada-. Este es tu castigo por haberme tenido así toda la noche.
— Ni de coña me voy a quedar así. ¿Cómo queréis que me duerma?
— Hazte una paja -propusimos las dos de manera unánime con una sola voz.
— Ni puta gracia -su enfado era evidente-. No vamos a dormir bien si no nos quedamos a gusto…
— Ya, pero es que ahora ya no quiero -contestó implacable Rita-. Has tenido muchas oportunidades a lo largo de la noche para hacer algo conmigo. Y no lo has hecho. Así que si quieres, hazte una paja.

Una mentira evidente para mí porque, mientras decía eso, mis dedos volvían a jugar con su vagina encharcada. Estaba a punto para ser follada, y si Pablo hubiese insistido un poco, se la habría podido coger frente a mí sin que esta intentase resistirse. O al menos, eso es lo que habría hecho Alex.
   Pero ahí estaba el problema… Pablo no era él. Era mucho más considerado, mucho más bueno y nosotras necesitábamos mano dura. Pablo, por mucho que quisiese, no podía compararse con el otro. Y ahí estaba el otro problema… Me di cuenta que en todo lo referente al sexo, ya no podía parar de comparar a mi ex con mi culito. Alex lo sobrepasaba en demasiados aspectos, y pese a mi convencimiento de querer recuperar a mi expareja, no podía evitar cuestionarme que pasaría cuando intento tras intento me siguiese decepcionando porque, por muy bueno que fuese Pablo… Alex era mil veces mejor. Estaba programado genéticamente para follar… Y eso era algo que no iba a tardar demasiado en ser demostrado.


***

La luz de la lámpara había sido desconectada, y el silencio en la habitación permitía escuchar la silenciosa tensión que se mascaba entre nosotros tres. Pablo no se hizo ninguna paja, pero tampoco roncaba y se removía nervioso intentando agarrar el sueño. Fueron pasando los minutos, luego el cuarto de hora y la media hora hasta que, sin esperármelo, empezó a roncar.
   Pablo estaba entre nosotras, y la cama era lo suficientemente grande como para que cada quien durmiese en su espacio sin sentirse apretujado.
   Llegué a pensar, paranoica, que se estaba haciendo el dormido pero… No. Lo conocía bien y sabía cuando estaba dormido, más cuando habías agarrado un profundo sueño. Sin ser capaz de esperar más me mentalicé que tenía que levantarme para quitar el seguro de la puerta y dejar vía libre a Alex. Estaba a punto de hacerlo cuando, tomando la iniciativa, la misma Rita fue la que se levantó de la cama y se dirigió cruzando la penumbra hacia la puerta. Escuché como quitaba el seguro de la puerta y, sin abrirla, volvió a la cama.

Pasados unos segundos la puerta se abrió sin poder ocultar el ruido metálico de las bisagras cediendo al girar sobre ellas mismas. La leve luz nocturna del pasillo me permitió percibir la  negra silueta de Alex frente a la cama, permaneciendo de pie y observando el lugar donde dormíamos.
   Los ronquidos de Pablo disimularon sus pasos, bordeando la cama con pisadas cautas hasta situarse al lado de Rita. Escuché un roce, el ruido que revelaba que estaba tocando algo.

Pese al ruido producido por Pablo, no se oía nada más. Alex continuó toqueteando algo hasta que escuché a Rita susurrando en voz tan baja que a penas logré entenderla:
— ¿Qué haces aquí? Vete… Pablo te va a pillar.
— Me suda los cojones… Ya sabes lo que viene ahora.

Sentí a Rita abriéndose de piernas ligeramente de piernas, o más bien fue el intruso el que la abrió de piernas. Escuché como las sabanas se deslizaban y entonces, Rita gimió:
— Por favor, no lo hagas… ¡Hmmm! -no obtuvo respuesta. Basto que solo ocurriese todo eso para que, en silencio, llevase mis dedos a mi panocha y jugase con ella… Disfrutando del asedio al que estaba a punto de someterla Alex, mientras suplicaba, silente: ``Destrózala, Alex… Róbala y dale lo que se merece´´.

Sabía que no había opción de que Rita se resistiese.
Iba a ser una noche muy larga para ella, donde estaba segura que Alex la arrastraría por varias partes de la casa y le daría el final que se merecía.

79 comentarios:

  1. Si lees esto antes de comenzar el relato, tienes que tener en cuenta que el próximo y último relato tal vez tarde 1,2 o hasta 3 semanas en ser publicado. Si te gusta leer seguido, tómatelo con calma.

    A los que quieran darme sus críticas en privado o hacerme peticiones de relatos antiguos, mi correo es zorreteplateadoev@hotmail.com

    Un abrazo a todos y, por favor, no os olvidéis en criticar el relato tanto en sus puntos positivos como en los negativos. ¡No me vais a molestar porque destaquéis las cosas malas! Por supuesto, si os gusta, decídmelo también.

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  2. NOOOOOOOOOO, PORQUEEEEEEEEEE. Soy muy tonto tenia que haber esperado pero no he podido resistirme. Ahora a esperar se ha dicho.
    P.D. Te has lucido maestro ha sido épico.

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    1. Trataré de que no se alargue mucho el capítulo final, pero... sinceramente. ¿Consideras que la espera ha valido la pena?

      Si no hubiese cortado aquí, habría sido un 20-30% más largo y lo consideraba inviable. Y si hubiese recortado contenido no habría sido tan intenso. Si que hay partes que he quitado, pero otras las he añadido.

      PD: Si que te lo has leido rápido. ¡Joder! JAJAJA

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    2. La espera ha merecido completamente la pena, siempre la merece y siempre la merecerá. Sabes que a tus lectores fieles no nos importa esperar lo que haga falta.
      P.D. No pude resistirme en cuanto lo vi publicado tuve que leerlo a la velocidad del rayo jajajajaja.

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  3. Pk Pablo están idiota en esta historia? O en general pk lo hacen ver como tonto y a alex como un super inteligente cosa que da rabia en mi opinión... Además se sabe ya como será el final

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    1. Dante por casualidad no sos el DANTE,autor de relatos eroticos?? El tiene un blog también propio y que hay que pagar encima??

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    2. Santiago creo que se a quien te refieres pero no ademas si hiciera relatos no cobraría nada y que tiene ese autor de malo que piensas de él :)

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    3. Pero no no soy el creo que si se a quien te refieres pero no solo soy un humilde lector que busca el bien y trata de defender a los pobres diablos como en este caso es Pablo que insisto no lo dejen en la mierda a el pobre xd

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    4. Bueno... El otro DANTE al que me refiero es un pobre diablo que quiere cobrar por relatos viejos que los vuelve a publicar en su blog y que lamentablemente se unió según él...el autor Roger David(un maestro en los relatos eroticos)
      A veces usa el nombre "dante" para publicitar sus relatos que encima no le da continuidad en la página todorelatos y así la gente lo busca en el blog para que entre y pague...y sinceramente eso a mi no me gusta.
      Pero bueno....si decís que no sos ese POBRE DIABLO DE DANTE...te creo 🤔

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    5. Pues no te preocupes no soy ese tipo ademas dante es el nombre de un personaje que me gusta bastante de la saga de juegos débil may cry como también algunas veces en vez de usar el nombre de dante también uso el nombre nero también de débil may cry solo que le agrego ms por que ya alguno tiene registrado el nero así que a mi me queda como neroms o también dante seria dantems no se si me explique xdxdxd y a ver si tu me puedes ayudar con una duda y es que hay un comentario que dice a dante le gustara mi continuación PD Niñita sabes si es un final alterno o a que se refiere esa tal Niñita CD un abrazo por cierto me caíste de cierta forma muy bien Santiago

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    6. No se quien es niñita si es mujer uh hombre...pero en un capítulo de la serie los Simpson cuando Lisa recibe una carta de una amiga de Europa y la lee...aparece la voz de su amiga contándole un suceso y al final de la lectura sale una voz gruesa de un hombre que dice al último "con amor niñita".
      Y lo del final alterno ; le tendrías que preguntar a esa persona o al mismo 🦊 de tu duda

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    7. Santiago: A+++
      Dante, Es mas una continuación que un final alterno, no cambia nada de lo escrito por el zorro y sucede dos años despuea. Ten en cuenta que A- es corto, el borrador es poco mas de 1000 palabras b- es 100% no sexual.

      lo de niñita se ha trasformado en una especie de nick o sea que,

      Con amor,
      Niñita

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    8. Y como o donde se podría encontrar esa continuación

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    9. Zorro es tan generoso, que no solo me deja jugar con sus juguetes y ... bueno de vez en cuando romper alguno, sino que esta vez hasta me ha ofrecido publicarlo en esta misma pagina.... para sopor y aburrimiento de todos.

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    10. Me encantará ver esa continuación y por lo que veo supongo que sabes el final

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  4. Aun que si es vrd que en este blog si se sabía el contexto de los relatos humillación y traición no igualdad o victoria para el engañado

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    1. No se trata de que el contexto o la temática de mis relatos traten de humillación e infidelidad, algunas veces veo en la vida real personas que se comportan así: Borrachos de victoria no ven lo evidente, su soberbia y su orgullo no les permite darse cuenta cuando se equivocan o cuando están a punto de perder lo que más les importa. <<<
      Desde mi punto de vista, Pablo no considera posible que a Rita le pueda atraer Rita, mucho menos que le consienta lo más mínimo. Fíjate que en todo el rato no hay ni un solo ''chivatazo'' de Rita a Pablo informándole o dándole a entender lo que intenta el otro con ella.

      ----

      Otra cosa sería que hay relatos más realistas y otros más tontos y fantásticos. Por ejemplo: Una pareja que se pone a follar sonoramente en el baño, se acerca el padre y pregunta: ¿Qué pasa ahí? Y la hija responde. Nada, estoy practicando mis aplausos. Va el padre y responde: Ah, vale. Y se va.

      Este relato, aunque tenga cosas que nunca van a pasar en la vida, es más tirando a ''realista''.

      ----

      Por otra parte, es cierto, puede que simplemente Pablo sea estúpido. Eso sí, Dante... Este relato era ''bueno'' para Pablo. Si este final no te ha gustado, por favor, ve con cuidado con el último... Ese si que será malo para Pablo XD

      Un abrazo y gracias por dejarme tu opinión.

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    2. Algo me dice que dante va a amar mi continuación.
      Con amor,
      Niñita

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    3. Me dejo con la intriga a que te refieres con amar tu continuación podrían explicármelo porfis :)

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  5. Hola Nene, son las cuatro de la mañana, acabo de terminar de leerlo, muy largo, creo que agradezco que hayas cortado aqui. No quiero esperar a mañana para escribir, no quiero que se me pase esta sensacion....

    Por fin confirmo que eres un Genio, por muchas causas, pero esas ya las ire desmenuzando. Lo que mas me llama la atencion y creo que es lo mas importante para destacar es que de una forma magistral has sabido atemperar mis sensaciones para cada personaje... misteriosamente se ha equilibrado la balanza, aunque si es verdad que sigo viendo a rita como la mas inocente y victima, percibo que la colombiana tristemente acepta que ama a su chico de una forma peculiar, y lo mas curioso, es que he ido viendo que Pablo se merecia ser corneado o un poco vapuleado por ser tan pusilanime. Una cosa es ser buena persona y otra cosa es pecar de tonto, de no atento, de no prestar atencion, de no tener caracter.

    Respecto a Alex, pues... que culpa tiene el chico de ser superior en ese aspecto follador?...

    Y todo esto.. con este relato, convirtiendo mi parcialidad en una tenue neutralidad, empatizando un poco mas con todos, viendo que no todos son tan malos ni todos son tan buenos... eso si, si percibo que si hay alguna victima, creo que es Rita, y si el cabronazo quiere follarsela como un descosido pero a su vez hacerla disfrutar, en el fondo ella se lo merece, por ser victima de todo ese complot que se han montado todos contra todos pero que finalmente le perjudica a ella.

    Pablo se ha hartado de follar, y las dos le han felado todo lo que han querido... que ahora se quede dormido, es un mal menor, ya le tocaba.

    Ya los sentimientos de pablo son agua pasada, ahora imperan los deseos... los sentimientos no fueron respetados desde hace mucho tiempo...

    Insisto, fantastico y sublime con la sucesion de los hechos, haciendo nacer en el lector un desinteres por pablo y alegando incluso que le está bien empleado lo que de ahora en adelante le pase...

    GENIO, esa es mi ultima palabra.

    Muchas gracias por tu tiempo para nosotros, sin duda ha merecido la pena.

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    1. tecnicamente, tu ultima palabra es pena, just saying...

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  6. Por un momento pensé que Álex quería engordar a Rita pa llevársela rondando pa la casa kakakaka

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  7. Zorrito... Ya me masturbe una vez con tu relato... Ahora voy por la segunda vez

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  8. A que te refieres con tu continuación señorita Niñita

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    1. Tiendo a hacerle algunas bromas a zorro, en bien rollo, me ha sugerido publicar esta ultima que le hecho y si me hago de tiempo para llevar el borrador a una calidad aceptable lo consideraría con mucho gusto. Seria un relato cortísimo y 100% no erótico.

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    2. Igualmente el zorro sabiendo mi final ha dejado las cosas como para que no sean congruentes con mi relato... por lo que tendre que reveer si lo hago publoco como estaba... aumento la caida eb espirial de alex o lo dejo asi y me dedico a trabajar que es la opcion rentable :p

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    3. Mentira cochina, te dije como iba a ser el final y pienso cumplirlo.

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    4. Uno me cambia de sexo y el otro me dice cochina
      ... esta gente y sus fetiches...

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  9. 🦊...vos sabes que en tus relatos me fijo en los detalles de la gramática y la ortografía ; en las expresiones de los personajes ; en los párrafos ; diálogos etcétera...Y TE DIGO QUE NO HIBA A DEJARLE HACERME NADA -ASEGURÓ LA COLOMBIANA , CEDIÉNDOLE UN BESO QUE ACABÓ EN UNA COMIDA DE BOCA ENTRE RITA Y YO
    no quisiste poner "entre nicole y Pablo"??
    Es un ejemplo porque hay otros detalle de interpretación que para mí están mal escritos...
    Ahora con respecto a este capítulo de como avanza esta historia: Pablo también se cree ganador pero cuando no atiende a Rita como debe ser ; ya es demaciado tarde y Alex la tiene bien caliente que al final entre las 2 mujeres van a pelear para ver quien es la más puta para Alex. Ya la inocencia de Rita si es que hubo... Quedó en el pasado por más que se haga la resistente en la última escena y es una calienta pollas como dicen es España
    Nicole es mala y vengativa pero me gusta su personaje y se da cuenta que no va a dejar sin verlo a su amante ; por más que vuelva con Pablo...cosa que me parece improbable lo último
    Sin palabras para los gifs ; el capitulo la verdad que me gustó y va por buen camino el desarrollo y como será el final (cosa que ya es sabido como terminará el pobre Pablo cornudo) gracias otra ves por esta nueva publicación y a esperar.... El gran final dentro de 3 semanas

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  10. Si tienes razón es un genio y también que Pablo merece algunas cosas pero debemos saber que no todos los hombres son iguales en el sexo como por ejemplo Pablo que es menos salvaje que alex y tampoco olvidemos que todo empezó por cristina que metió a alex en su vida junto a Pablo aún que sea un idiota Pablo no tiene tanta culpa como parece y no creo que merezca tanto mal aún así lo que si solo a mí me molesta es que sea como el idiota en vez de también haber planeado algo para defenderse mejor de cristina y alex al contrario lo hacen ver como un idiota y queramos o no el solo se metió en esa vida por que cristina quería placer y para terminar de cagarla rita también fue comprometida por cristina y alex haciendo un plan enserio muy predecible y que recuerda el enojo de que Pablo sea un personaje tan idiota de no ver algo tan obvio o siquiera planear un contraataque a alex y cristina TODO EN MI OPINIÓN PUEDE QUE OTROS TENGAN DIFERENTE OPINIÓN Y OJO NO DIGO QUE NO TENGA CALIDAD EL RELATO

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    1. Dante... Aun no me respondiste a una duda mía que escribí mas arriba.
      Y no hay una cristina ; hay una nicole jejejjee🤔🤔

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    2. Y si cristina es de un relato de final sin retorno que en ese relato es el equivalente a nicole disculpa mi equivocación

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  11. Y también sigo en defensa a Pablo es malo no ser un salvaje en el sexo o querer venganza por la traición de cristina ? También estoy encontrá pk en esta historia lo hacen ver como un idiota sin cerebro la vrd me hubiera gustado que aprovecharán bien a ese personaje

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  12. Dante... Es simple... Pablo es un tonto porque no supo ver a quién estaba a su lado y lo quería... No es tonto porque sea menos salvaje... Al contrario... Se la pasa teniendo sexo con alguien q solo lo usa... Es por esto último es un tonto

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    1. Exactamente como hacen Nicole Y Rita todo el tiempo?
      Ergo Nicole y Rita tambien son tontas?

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  13. Dante... Pablo es tonto porque no sabe ver más allá de sus narices... Se la pasa teniendo sexo con alguien q solo lo usa... Y no ve a quien realmente lo apreciaba... No es tonto por ser diferente a Álex... es tonto por no poder usar la cabeza de arriba

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  14. Ahh 🦊 me olvidaba otra cosa....todo esto paso entre las 12 ; 12:30 y 1 de la madrugada?? No crees que en tan poco tiempo pudo haber pasado todo eso?

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  15. Es verdad jajajajaja cristina es de otro relato dw otra persona que hace excelentes relatos me confundí jajajajajaja si todo eso que escribí pero quitale cristina y ponle nicole XD y ya miro lo que me preguntaste para responderte

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  16. Y sisisisi tienen razón en que Pablo es tonto por no ver tantas cosas y no pensar pero a lo que me refiero es que sea un personaje que lo va a perder todo y quedarse como un cornudo solo por que no lo hicieron de cierta manera listo creo que hubiera estado bastante interesante que lo hicieran de igual forma que alex calculador aún que alex también hizo un plan muy predecible y en fin que Pablo diera más juego para quedarse con rita pk con nicole el ya no tenía futuro la vrd

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  17. Donde quedo el amor :( estos jóvenes de ahora xd

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  18. casi 2 meses para que se la coma en un pan de salchicha. Definitivamente el problema no era el tiempo, simplemente que en su cabeza no hay mas ideas. una pena

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    1. Aunque no sepa tu nombre, sé quien eres. Quien constantemente ha estado enviando mensajes faltándome al respeto o, como poco, llamándome mentiroso y diciendo que hacía falsas promesas por no publicar.

      Cuando no publico, es porque me tardo. Cuando publico, es porque me he tardado y no te ha gustado.

      Me la suda, no te lo puedo decir con otras palabras. Si no he publicado antes ha sido porque tengo una vida, un trabajo, otros hobbies y también porque no me salía de los cojones escribir. Por eso, teniendo en cuenta lo que aporta tu comentario, decido publicarlo y que hagas el ridículo tú mismo.

      Por lo demás, estoy orgulloso de este relato me haya tardado lo que me haya tardado. Es todo lo que tengo que decir al respecto.

      -----

      Supongo que según tú tener ''ideas'' significa escribir un relato con mucho sexo y superextenso sin tardarse demasiado, innovando sin repetirse con anteriores relatos. Porque un escritor es una fuente ilimitada de inspiración y de ideas.
      No es para nada que te estés pasando el otro 99% dede un relato de 24.000 palabras por el forro, atacando lo único que te interesa. No, que va. Crítica objetiva y para nada inútil.

      No te contesto para darte importancia, no la tienes. Simplemente te dejo claro lo poco que significas para mí.

      No volveré a publicar un solo comentario tuyo, en cuanto te identifique entre los mensajes por revisar o me parezca que me has escrito algo, borrado.

      Que te vaya bien. Ya he terminado contigo.

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  19. Lo leemos en la noche y comentamos mañana.

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  20. Y una duda como se te escribe en privado señor zorro claro si es que se puede

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  21. Me gustaron las ideas de las historias en general... No las veo en otros lados

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  22. Excelente relato, estás manejando esta saga con maestría y creo que bien podría ser la mejor hasta el momento. Muchos tiras y aflojas, muchos juegos de sis y nos, personajes más o menos creíbles y situaciones forzadas pero bien llevadas. Un muy buen relato sin duda.

    Requiem

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  23. Excelente relato amigo. Tienes una gran habilidad narrativa que logra plasmar un alto nivel de erotismo en cada una de tus historias. Gracias por tus líneas.

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  24. Ahh 🦊 antes que nada y disculpa x la pregunta...el gifs que tenes en este capítulo(y que me calentó de verdad) es el del tipo que le arranca la tanga a la mujer que está de rodillas en una silla y creo que estarían situados esa escena ; en una oficina creo.
    Lo busque ese gifs en Google pero lamentablemente no me sale en un video.
    Porque de seguro esa imagen de seguro sale del video original...como puedo averiguar los nombres de esa pareja por lo menos? Yo y mis cosas no 🦊??? Jajajjaa

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    1. Escribo desde el movil, no me puedo alargar. Todos los saco desde la misma web, y muchas actrices no pueden ser identificsdas...

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    2. Bueno no hay drama. Ya busque por mis medios y lamentablemente no puedo conseguirlo.
      Otra pregunta...a este capitulo lo vas a publicar en todorelatos?? No te olvides que ahí tenes los 2 primeros capítulos ya puestos

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  25. Nos has dejado más con las ganas a nosotros que a la pobre Rita XD

    Espectacular, ha merecido la espera, deseando leer el desenlace.

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  26. no me ha gustado, lo siento.
    demasiada espera para esto

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  27. Buenas zorro el relato no es que no me haya gustado, para mi gusto no es el mejor has escrito, es demasiado retorcido en cuanto a lioso, que tal vez es culpa mía y sea muy simple o tenga que leer la saga del tirón(la tengo un poco fría, no me terminó de atraer desde el comienzo), pero ya te comento demasiadas vueltas entre los protagonistas, para mi gusto.

    Es solo mi opinión, que tambien igual no estoy con un buen estado de ánimo todo influye a la hora de gustarte una historia, pelicula, relato, canción, etc...

    Y de verdad que es solo mi opinión.

    Gracias zorro por currartelo tanto, de verdad.

    Y como de costumbre... estoy ansioso por ver el desenlace.

    Gracias ARTISTAZO.

    Fdo. Ermendasxxx79

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  28. Sigo pensando que el mejor final es Pablo suicidándose en frente de todos. Sería un giro de eventos bastante interesante

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    1. Na esto no va con zorro estoy seguro que así no pasara ademas Pablo no merece tanto mal como ya dije el solo callo en una de las peores suertes al tratar de complacer a su novia nicole al Meter a alex en sus vidas tengo razón o no?

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    2. Es culpa de todos. Pablo por querer complacer a su novia, Rita por hacer la propuesta del juego, Nicole por buscar más el placer sexual que el amor, y Alex por ser quien desató todo esto.
      Con lo fácil que hubiera sido para Pablo que terminará con Nicole, y la alejara para siempre de su vida.
      Pero hey, la muerte de Pablo daría para mucho. Dejando una profunda marca en los personajes y dando paso a un desarollo más profundo de los mismos, me gustaría ver un final así.

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    3. Estimado anonimo,
      Not really, la muerte de Pablo en formato suicidio no traeria nada a la trama que no este plantado ya.
      No me mal entiendas, la violencia es mi resolucion de comflicto favorita, y no hay NADA en la vida que no pueda arreglarse con suficiente cantidad de explosivos (quizas fue por este motivo que penso el zorro que este mensaje era mio)a lo que voy es a que, la violencia, en este caso no solucionaria ni cambiaria nada en el gran esquema de los ejes narrativos.
      Alex no se inmutaria, ha demostrado en varias oportunidades una sociopatia importante y lo llevaria a un espiral de victoria.
      Nicole ya ve a Pablo como "debil" frente a Alex y un suicidio solo lo comfirmaria.
      El caso de rita, me lo reservo ya que he prometido no develar shit acerca del ultimo capitulo.
      Como te dije antes, apoyo cualquier intento de resolver los conflictos con violencia, y, probablemente rios de sangre (en el mundo narrativo obviamente) Pero no creo que sea util en este relato.

      Con amor,
      Niñita

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    4. Genial, pasaron a ser las putas de un sociopata. Jajajajajajaja, esto terminará muy mal para ellas

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  29. Fuera de que todos ya sabemos el final de que Álex se quedará con ambas. Por mucho que zorro intente hacernos creer que pasar un giro ultra interesante
    Alucinan que esto pasa de ser un relato erótico a un thriller policial/suspenso al haber encontrado muertos tanto a Álex, Nicole y a Rita. Siendo Pablo el principal sospechoso?

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    1. Eso sí sería algo interesante pero tampoco creo que sea así el final aún que no estaría mal xdxd

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    2. Les recomiendo en todorelatos a zip Paulo el si lleva pocos relatos pero muy buenos además sabe aplicar bien el tema suspenso muerte y venganza

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    3. Creo que eso terminará así, es un tanto predecible. Al final de todos los relatos de zorro, o en su mayoría, el corneador es quien termina ganando.
      Eso sí, que pase de un relato erótico a un thriller sería algo genial de ver. Y bastante refrescante respecto a los relatos de zorro y su giro usual

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  30. Tienes razón ya sabemos el final el corneador gana pero y si fuera diferente? Ademas quien sabe capaz de que el sabe implementar esa modalidad pero no te fijes la vrd es poco probable y ya todos sabemos como terminará el pobrr Pablo :( a no ser....... XD

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    1. Ahora es cuando llega Zorro a negar lo obvio (???
      Anyways, sería cool el cambio. Al igual que inesperado. Y daría para un mayor desarrollo al personaje de Pablo a parte de ser el cornudo y estupido que permitió esto. Todo esto se hubiera resuelto de forma más facil, si Pablo hubiera pensado con el cerebro y no con la Verga/Pija/Polla. Oh por lo menos eso pienso yo xdd

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    2. Y si se hubiera querido vengar, lo mejor hubiera sido que escuché que tenía sexo con Rita. Para después terminar definitivamente con ella, una vez que Nicole los hubiera descubierto xddd

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    3. Eso sí es algo que me enojo a mi y no tienes idea de cuanto pero nosotros no dominamos el blog por que No es nuestro ahora lo único que podemos hacer es sugerir pero las probabilidades de que cambien en final solo por que unos pocos quieran lo veo poco probable y si reitero Pablo fue un personaje muy desaprovechado haciéndolo ver como idiota pero quizás y en un giro Pablo sea el vencedor cosa que es poco probable aún así no sabemos el final definitivo solo queda esperar PD: en mi opinión también preferiría que no dejen a Pablo en la mierda con todo respeto señor zorro.

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  31. Habia escrito una critica bastante extensa, pero lamentablemente una reunion se adelanto y perdi lo escrito, por lo que fuck it, reservo la misma para el ultimo capitulo.
    Como ya le dije a zorro, esta es a la vez su mejor y su peor saga, y calculo que el comienzo de un crecimiento importante como escritor.
    lo unico que no puedo dejar pasar es la frase:
    "Estaba programado genéticamente para follar… Y eso era algo que no iba a tardar demasiado en ser demostrado".
    Si vivieras en el mismo continente te arrancaria la piel solo por esa frase.

    Con amor,
    Niñita

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  32. Buenass maestro de donde es el ultimo gif?
    Saludos

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  33. En mi opinión demasiado extenso y lioso, se podría contar lo mismo con la mitad de palabras haciéndolo mucho más ameno, a la par que descargando al autor de trabajo/retrasos.

    Además, ¿por qué ese empeño en menospreciar/insultar constantemente a Pablo cuando hasta ahora es quien se está hartando de follar con las dos? Si hay algún pringado en toda esta historia es el corneador, muy alejado de lo que se esperaba de él en el primer tomo.

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    1. Calmate ya se sabe mas o menos como terminará todo y será de lo peor para Pablo cosa que no me agrada pero supongo a ti si

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    2. Además se nota que no vez lo que esta pasando y es que hacen ver a alex como un genio y a Pablo como un puto idiota cosa que eso sí da coraje no te andes quejando

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    3. No solo eso dante! pablo tiene una terrible emfermedad llamada "achicamiento de pene por necesidad de la trama"
      Es una enfermedad que azota a muchos personajes y es por eso que estaremos creando una fundacion sin fines de lucro para ayudar a estos pobres personajes a recuperar su plenitud.

      Con amor,
      Niñita

      Capitulo 1 "Llegué a la conclusión de que era por como la trataba, puede que la tuviese más gorda que yo pero el tamaño era prácticamente el mismo."
      Capitulo 2 " No pude evitar pensar en lo inferior que era ese pene al de Alex, tanto en grosor como en longitud."

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    4. Niñita. Tu primer error. Eso no sucedía en el capítulo 2, sino en el del clavo ardiente, que es el 4. Además, está narrado por Nicole y precisamente ella no se puede definir como objetiva a la hora de comparar las pollas de su novio con las de su amante.

      Sea como sea, el capítulo 1 está relatado por Pablo. La escena que citas está narrado como ya digo por Nicole.

      ----

      E incluso sin referirme a eso. Es normal que como escritores usemos recursos para exagerar o aumentar las diferencias entre dos objetos o personajes para marcar distancias.

      En el sexo el tamaño importa. Más o menos, dependiendo de las personas, pero un mayor tamaño (en aceptable medida) es satisfactorio para las mujeres. Por lo tanto, tal vez Pablo se vea su polla como normalita y en cambio Rita y Nicole vean esa diferencia como notable.

      ----

      Y bueno, al ser algo sacado de mi imaginación, creo que es evidente que puede haber discrepancias con detalles menores que pueden cambiar. No mayor incongruencia que esa, pero bueno.

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    5. Yo solo digo que agradezco que sean solo 5 capítulos o, a este ritmo de reducción, tendríamos para el 6 a Pablo con vagina.

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  34. Pues a mi me ha encantado este relato hasta ahora. Felicidades al escritor y esperando la última parte!!!
    Sí que es verdad que se hace un poco largo y que a veces se agradecen relatos que van más al grano, pero en este relato está muy bien escrito y si he dicho que se hace un poco largo es porque no he podido leerlo todo del tirón. A mi personalmente me ha gustado mucho la caracterización de los personajes. Todos hacen su papel.

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  35. ¿Cuándo va a salir la 5 parte? Un saludo crack!

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  36. Duele mucho que esto este tardando tanto jaja, ya a uno lo mata la espera

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