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martes, 16 de mayo de 2017

Dos hembras en Villamacho 1.III

Capítulo 1: El macho alfa

Parte III / IV: La sumisión de las dos torres


(iré añadiendo los puntos a medida que los vaya corrigiendo, no hay fecha concreta para ello. Simplemente cuando pueda lo haré



3.1: La reina blanca y el cazador

Desde fuera la veían como una esposa ideal
y perfecta: Una buena ama de casa que además era autónoma e independiente, con una destacable dignidad y un apego por su marido digno de admiración. Llevaban casados casi diecisiete años y desde que Sandra había empezado a salir con el padre de sus tres hijos, nunca tanteó con otros hombres ni les prestó la más mínima atención. Como cualquier persona, tuvo sus momentos de deseo y excitación ocasionales, siempre aplacados como buena esposa fiel que era.
   La madre de tres hijos se veía constantemente víctima de su inmoral y libidinosa imaginación, en la que rememoraba con exagerados detalles -algunos de ellos ficticios- lo acontecido en la piscina. El abuso de esas fantasías le llevó a la conclusión de que debía poner fin a su rutina deportiva con Andres, pese a no ser capaz de ponerla en práctica. A grandes rasgos, su voluntad solo le permitió evadir el contacto físico con su vecino; ya fuese dando largas a sus propuestas de realizar ejercicios acuáticos en su piscina o realizar sesiones terapéuticas de yoga.
   Sandra estaba segura de que Andres, totalmente ingenuo, ignoraba el verdadero contexto de sus propuestas, y mientras él planteaba algo tan normal como unos ejercicios físicos sin connotaciones sexuales, ella solo era capaz de fantasear con arrimarse a la cebolleta. Aunque no podía evitar el contacto -el cual muy a su pesar disfrutaba como una loca- que tanto ansiaba. Su marido, del que ella estaba enamorada, no la satisfacía ni parecía tener la motivación para esforzarse en hacerlo, y por ello era terriblemente frustrante que un contacto que tanto necesitaba se lo tuviese que proporcionar su vecino, evidentemente sin tener conocimiento de ello.
   Se estaba mintiendo a sí misma al justificar aquella sensación de bienestar y placer -al entrar en contacto corporal durante los ejercicios con su vecino- debido a la actividad física que tan bien le sentaba.

Joaquin por su parte se negaba en redondo a hablar de estos temas con su esposa: Era cerrado y orgulloso además de carecer de auto-crítica. Por ello se negaba a atender las cuestiones que le presentaba la madre de sus hijos cuando esta se animaba a abrirse a él. 
   Ella le intentaba explicar que estaba un poco insatisfecha sexualmente, pues de todas las veces en las que habían yacido juntos en su lecho, ella había tenido la necesidad de hablar con él pero pocas veces lo había terminado haciendo; ya no solo porque la duración y resistencia de Joaquin durante el acto sexual no eran elevadas, sino por su poca implicación en dar placer a su esposa por otros medios.
   Sin embargo, ante estos hechos y acusaciones, se cerraba en banda negando que la culpa fuese suya y se mentía a sí mismo diciendo que ella disfrutaba tanto o más que él. Esto se debía a que muchas veces fingía para no hacer sentir mal a su pareja pero, cuando no se molestaba en hacerlo, era ella la que no se implicaba en su propio disfrute; en otras palabras, que si no disfrutaba era porque no quería. Esto, a grosso modo no significaba que a su manera el marido de Sandra no se esforzarse por complacerla, pero como para él ya hacía todo lo que podía, lo que sucedía es que no podía reconocer que era un mierda en la cama y que su esposa era una mal follada.

Su hija Olivia había dejado de preguntar sobre los entrenamientos con el padre del alumno. Al principio insistió de broma, pero con el tiempo creyó que no tenía gracia chinchar más a su madre. Lo que ella no sabía es que había aceptado de pleno al bromear sobre ello. Un romance en que su madre, la protagonista, no se había atrevido a aceptar.



┬┴┬┴┤ ͜ʖ ͡°)  ***

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Se mostró escéptica el día anterior cuando Andres le pidió que no llevase ropa de deporte; y ante sus preguntas se limitó a informar que iban a hacer algo diferente.
    El cuerpo de Sandra había permanecido inquieto tanto por la noche como durante la mañana dando clases en el instituto, tras un descanso en su casa y una comida con sus tres hijos -ya que tanto Pedro como Jaume habían roto su rutina de comer fuera para hacerlo en su casa-, se dirigió a la finca de su vecino portando un chándal de dos prendas sin forma que ocultaban su silueta femenina; como ropa interior llevaba un sujetador y unas bragas de encaje bordado, extremadamente sexy. Le encantaba aquella prenda y no la llevaba puesta en absoluto por Andres, ya que a él no debía importarle lo que llevaba debajo.
   También portaba -en su bolsa de deporte- unos cuantos útiles ``por si las moscas´´, como otras prendas para adecuarse a la situación en caso de que le propusiese algo diferente y para lo que el chándal no sirviese.

Nerviosa se acercó a la puerta y la aporreó con el lateral del puño. Tardó algo más de un minuto, y cuando lo hizo, Andres abrió con un look muy diferente al de todas las veces anteriores, vestido con una camisa formal sin abotonar -exhibiendo como no su deliciosa tableta de chocolate-, y un pantalón tejano que le quedaba muy juvenil. Su anfitrión iba descalzo, se hizo a un lado y la invitó a pasar.
— Estás… diferente -puntualizó la recién llegada mientras cruzaba el umbral. El aludido cerró la puerta con una sonrisa de oreja a oreja antes de contestar.
— Puedo decir lo mismo de ti; es la primera vez que te veo en chándal.
— ¿Qué vamos a hacer? -Estaba siendo tajante debido a su nerviosismo. Buscó por los alrededores del salón con la mirada en un vano intento de encontrar alguna pista.
— Ya te dije que era sorpresa… Siéntate en el sofá.

Tras señalarlo, y unos instantes después de que la aludida iniciase su marcha hasta el lugar indicado, su interlocutor cerró la luz tras ella. En consecuencia del inesperado click del interruptor, la invitada pegó un bote echando una rápida mirada hacia atrás suyo.
— ¿¡Qué haces!? -No aguantaba la incertidumbre.
— Es parte de la sorpresa, siéntate.

Apagar la luz no privó de visión a los ojos de ambas partes. Varias luces blanquecinas entraban rectas y cuadradas iluminando parte de la estancia; era una luminosidad vaga, pero servía para orientarse y ver las superficies, no así como sus colores.
   Sandra, en blanco y negro, llegó al sofá en el cual tras sentarse sintió que había sabanas a modo de funda que protegían el mobiliario, algo inusual debido a que aquel sofá de piel siempre carecía de funda alguna.
— Estas… sabanas -rompió el silencio que invadía la estancia-. Supongo que son parte de mi sorpresa -acarició los tejidos textiles, muy agradables al tacto. Sentía una presión insoportable en el pecho debido a la impaciencia.
— Las sabanas son sabanas -comentó mientras se acercaba, Sandra solo vio la silueta de su acompañante debido al contraste-. Las sorpresas son estas -confesó alzando las manos emulando una rendición.
— ¿Tus… manos? -inquirió al tiempo que se acariciaba el mentón y mientras sopesaba en levantarse y abofetearle, pero aguardó cauta. Andres se acercaba, cada vez más próximo.
— Con ellas te daré tu sorpresa.
— Suena mal -susurró con un hilo de voz y con rostro inexpresivo. El hombre se detuvo frente a ella, mirándola desde arriba.
— Es un masaje -declaró por fin.

La sorprendida oyente separó los labios hasta formar una perfecta O. El silencio no se volvió incomodo, pues ambos se resistieron a romperlo; se miraron e silencio hasta que el giró sobre sí mismo y se encaminó hacia la mesa.
— Un masaje, nada más.
— ¿Y cómo propones que sea el masaje? -Planteó como quien no quiere la cosa, sin dar muestras de que en su interior ya se cocía la negativa.
— Te quitas la ropa y…
— Suena indecente e impropio de ti. ¿No crees? Esto no procede… -se ruborizó, pero la oscuridad le guardó el secreto. A Sandra le preocupó que no estuviesen solos y Satur estuviese observando.
— Tranquila, mi hijo no está.
— ¿Y dónde está?
— En casa de mi hermano, pasando la tarde.
— Siempre está en casa, parece todo muy… rebuscado.

Andres sonrió y se paseó dando un rodeo al sofá hablando mientras caminaba.
— Dices que es indecente, pero solo es un masaje. Si a mitad de este deseas detenerlo porque consideras que es… ¿Cómo dijiste? ¿Improcedente? Entonces paramos.

Sandra no contestó.
— Y no debes preocuparte, porque Satur no interrumpirá.
— Vamos que estamos los dos solos… -preguntó ella con zorrería haciendo referencia a lo preparado que parecía todo; Andres entendió algo muy diferente, por ello se limitó a mirarla y encogerse de hombros.
— ¿Supone algún problema? -la pregunta la enmudeció hasta que sin decir nada, negó con la cabeza.
— Entonces… Manos a la obra.
— Lo que si supone un problema -se apresuró a decir ella, tartamudeánte ante el exceso de iniciativa de su compañero de deporte-… es el tema de la falta de ropa.

El macho alfa alzó la ceja y abrió la boca sin llegar a producir ningún sonido, lo había pillado por sorpresa: ¿La ropa?.
— Es ropa interior. Es… Indecente -argumentó ella sin dar muestras de querer comenzar a desvestirse.
— Es malo que te haga un masaje en ropa interior -La cuestionó incrédulo, ella asintió-. Ya te he visto en bikini. No hay diferencia -Puso los ojos en blanco. ¿Cómo no había podido caer en aquel detalle? Debería haberle pedido que trajese el bikini. Si hubiese podido darse cabezazos contra la pared por imbécil lo habría hecho gustoso… Ese pequeño e insignificante error podía hacer que todo el plan se fuese a la mierda.
— Claro que hay diferencia, y se nota -se levantó y fue hasta donde había dejado la bolsa de deporte-. Tengo que usar el baño… ¿Te importa si lo uso?
— No, claro que no -dijo intentando contener el temblor de su voz, la cual delataba la ira que crecía en su interior. Sandra se fue y, mientras no estaba, intentó pensar en una salida de aquella situación.

Bien podría proponerle hacer el masaje por encima del chándal e ir quitando prendas a medida que avanzaba, pero ella ya estaría en guardia por el tema de la ropa interior.
   Se paseó impaciente por el salón mientras se daba con la palma de la mano en la frente: Otra solución era decirle que con la poca luminosidad no vería nada, incluso podía cerrar más las ventanas pero, si ya había puesto pegas era muy posible que lo pusiese ante eso también.
   La única solución que vio era dejarlo para otro día, no pensaba arriesgar todo el esfuerzo y la paciencia que había tenido que soportar para dejar que aquella guarra se le escapase. Era consciente de que ya no había posibilidades de follársela ese día, así que se calmó mentalmente e intentó pensar en algo diferente para hacer. ¿Y si salían a correr al exterior?

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Sandra por fin llegó y avanzó en silencio hasta su bolsa de deporte, donde abrió y cerró la cremallera.
— ¿Cuándo comenzamos? -inquirió la mujer con un tono juguetón y alegre en su voz. Andres se dio la vuelta y la sorprendió viendo un bikini oscuro, posiblemente el mismo que usó el día de la piscina: ``Qué pedazo de puta´´ pensó con satisfacción mientras su polla se abría paso entre los estrechos pantalones; ella misma acababa de abrir las puertas de su hacienda.
— Ya no tienes excusa, eh. Lo raro es que no lo trajeses puesto.
— Para entrenar no me gusta llevar el bikini, no para de… -no terminó la frase, se detuvo antes de añadir:- Y tampoco sabía que íbamos a hacer.
— Pues aquí te espera tu masaje.
— Aunque me da vergüenza usar el bañador para algo que no sea bañarme en la piscina.
— ¿Vergüenza? No digas tonterías -la tranquilizó mientras señalaba al sofá y ella obedecía estirándose sobre él.
— Si estoy incómoda, pararemos -Sandra prefirió aclararlo en aquel momento y no después. Sabía que si ella quería parar aquel hombre respetaría su decisión, pues los meses que habían pasado juntos entrenando eran suficiente aval para disponer de aquella confianza.
— ¿No es evidente? -dijo sin mentir. Se había mentalizado desde hacía tiempo que, para no perderla pararía si era necesario… pero no iba a permitir que aquello pasase. Se la iba a follar bien follada; tenía los cojones llenos y los iba a vaciar en ella.
— Estoy incómoda…
— ¿Por qué? -bufó él suavizando su tono de voz para no sonar molesto, al tiempo encerró los ojos.
— Estás vestido -El aludido abrió los ojos sorprendido al escucharlo.
— ¿Y cómo quieres que esté?
—No me parece mal pero… Estoy en bikini y me incomoda que tu estés… vestido -Hubo un silencio, y ella tapó su cara contra la sabana con un silencioso ``Tierra trágame´´-. No he dicho nada, continua.

Admiró el cuerpo semi-desnudo que había frente a él antes de romper el silencio. El pelo recogido sobre un hombro y que ocultaba parte de su mejilla, los pechos aplastados contra el sofá y sobresaliendo por los lados; por último se fijó en aquel culo, cuyas nalgas se habían visto separadas por el hilo del bikini. Tras un silencio de unos insignificantes segundos comiéndose con la mirada aquel provocativo culo, se apresuró a contestar.
— No, para nada. Quiero que estés lo más a gusto posible -aseguro satisfecho mientras se alejaba del sofá y se encaminaba hacia su habitación una vez allí se quitó toda la ropa con tranquilidad y montó sobre su diminuto bañador al tiempo que meneaba de un modo calenturiento el morcillón que tenía como tercera pierna-. Parece que estás destinado a verme follármela, viejo amigo -dijo antes de abrir la puerta y dirigirse por fin hacia el sofá.

Su objetivo no era tanto disfrutar sino volver adicta a su polla. La primera impresión era la más importante, y cada vez que presentaba sus dotes a nuevas mozas se sentía como un camello que entrega su mejor mercancía a un nuevo cliente.
   No es que con el tiempo fuese volviéndose peor, pero ya no se preocupaba tanto por la satisfacción de las mujeres con las que estaba. No le preocupaba llevar algún tiempo sin mojar, aquello lo volvía más morboso todo porque, cuando por fin rompía la monotonía de su soledad… lo hacía follando como una bestia. ¿Y qué ansia más una madurita mal follada que una bestia que la haga sentir viva? Pensaba enviar a aquella zorra a su casa con las piernas temblando y verdaderas agujetas.

Bajó desde la segunda planta las escaleras, desde las cuales se podía ver todo el salón como si de una atalaya se tratase. Bordeó la barandilla de un salto y aterrizó seguro sobre sus dos pies descalzos; al pasar por el lado de la mesa, agarró el pote de aceite y se lubricó las manos con abundante loción. Volvió a mirar el cuerpo de Sandra como si fuese la primera vez: su presa mantenía los pies suspendidos en el aire y balanceándose sobre sus caderas, los muslos y los gemelos formaban unas perfectas uves.
   La tira del bikini estaba todavía más incrustada en su culo de lo que lo estuvo cuando se fue.

Ella ni se molestó en mirar hacia atrás, porque temía que estuviese desnudo o con un bañador similar al que llevó a la piscina.
— ¿Te importa si me siento encima?
— Ujum -musitó en tono afirmativo. El madurito se sentó por fin sobre aquellas nalgas, con una rodilla recogida y la otra pierna totalmente estirada. Miró una última vez a aquellas nalgas mientras pensaba ``vais a tener que esperar a vuestro turno un poco más´´, y dejando el bote de aceite a un lado juntó la palma de su mano, encharcada con el lubricante, contra la cálida espalda de su presa e inició el masaje en círculos mientras la hidrataba.

No quiso iniciar el masaje presionando fuerte, se limitó a dar poco más que sencillas caricias; ni rápidas ni lentas, al ritmo perfecto indicándole que no iba a haber ninguna prisa. Sandra intentó por su parte no impresionarse de la habilidad de sus manos ni de sacar una opinión positiva de aquel masaje… pero le resultó imposible. Pasó de intentar mantenerse escéptica y crítica a ser difícil de convencer, y de este a estar completamente relajada; todo esto en una en poco más de dos docenas de segundos. >>
<< ``Hacía tanto que nadie me tocaba así´´ gimió para sus adentros. No recordaba que Joaquin se lo hubiese hecho nunca, y quienes le habían obsequiado con algo similar eran fisioterapeutas profesionales, por los que había tenido que pagar y duraba poco tiempo. Fue en ese momento, en el que sin ninguna excitación ni ningún impulso sexual a la vista, simplemente disfrutó del masaje.
   Antes de esto, cuando estaba por iniciar el masaje, no se fiaba de sus propios instintos. Le agradó descubrir que no iba a sacar el masaje fuera de contexto permitiéndose a sí misma gozar de aquel masaje sin ningún tipo de preocupación, siquiera por los temores enfocados a aquel mismo hombre que le estaba dando el masaje.

Se centró en sus manos frotándole con las palmas la espalda. Eran dos, pero no tardaron en dividirse en diez entes independientes que patinaban sobre su piel. Brincaban sobre sus vertebras y costillas sin evitarlas, recorrían los costados del torso y la femenina silueta de sus hombros. Su paseo se convirtió en senderismo, y este en alpinismo cuando los dedos de la mano derecha escalaban decididas por el cuello hasta llegar al cuello cabelludo; la otra mano en cambio, se quedó masajeando en círculos, un poco más arriba de sus nalgas.
   Sandra notó su pelo impregnándose de aceite, pero no le molestaba. Suspiró al notar aquellas expertas manos hacer puénting en caída libre, desde sus hombros hasta unos centímetros por encima de las nalgas y, como si fuesen dos manos skaters, agarraron la rampa y aprovecharon la inercia de la bajada que les proporcionaba aquel bello culo para volver hasta los hombros.
   La siguiente vez bajó de manera mucho más lenta, más rebuscada, prestando atención a cada hueco y cada detalle de su espalda hasta llegar a la tira elástica de su bikini.
   Una pequeña parte de su interior gritó en alerta, le avisó del peligro. Ella la ignoró pues tenía la certeza de que no pasaba nada malo en aquel lugar. Las manos volvieron a subir y, como si un partido de tenis se tratase, comenzaron a extender ocasionales dosis de aceite que se iban añadiendo al masaje. Las formas en las que colocaba los dedos, así como la presión que ejercía y la variante velocidad, se le asemejó a la de un fisioterapeuta experto: Definitivamente aquel hombre tenía un don para hacer masajes.
   Pero Andres la cogió por sorpresa descabalgando de ella y, mientras una de sus manos se mantenía en contacto directo con su piel en la zona lumbar, la otra mano agarró el pote de aceite y embadurnó su culo y sus muslos, al igual que su propia mano.
<< ``Ay, dios… Que me va a tocar el culo. ¿Cómo le digo que no lo haga?´´ se martilleó al tiempo que tensaba todo el cuerpo y la respiración se le congelaba. La mano aceitosa quiso llevarle la contraria y pegó un brinco sobre sus nalgas hasta aterrizar grácil sobre los muslos. Su voz interna volvió a gritar, más fuerte esta vez… pero la ignoró de nuevo. Las manos volvieron a darle la razón cuando reanudaron el masaje esta vez en los muslos alejándose de su entrepierna hasta llegar a los pies; ascendieron de nuevo, ignorando su culo hasta llegar a sus hombros y volvió a bajar como si de una partida de ping pong se tratase. 
   Sandra agarró con ambas manos la sabana mientras apretujaba la cara contra esta escondiendo su rostro y se removía incómoda. ¡Que bueno es! ¡Menudas manos…! ¿Pero que me falta? ¿Por qué sentía que faltaba algo? Se mordió el labio inferior al sentir sus manos subir por sus gemelos y entrar en contacto con los muslos. Eran incoherencias, solo puras incoherencias.
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Alzó imperceptiblemente sus caderas, como si estas quisiesen hacer tropezar a sus manos e impedir que volviesen a pasar de largo; algo así como Gandalf gritando el conocido ``No puedes pasar´´. Andres no pudo evitar sonreír mientras su mano más proximal tanteaba el límite entre el muslo y la humedecida nalga. La cara interna desprendía un calor evidente, y la cara interna de sus muslos estaba mojada de algo más que de aceite.
   Escuchó un gemido cuando hizo vibrarlas las caderas con su mano al tiempo que pensaba que hacer: ``Si un muro me corta el paso… O lo salto, o encuentro un orificio por el que atravesarlo´´. Esta vez se sentó sobre los tobillos de la masajeada, al tiempo que colocaba ambas manos en torno a sus caderas y las invitaba a alzarse levemente.
— ¿Qué haces? -preguntó anonadada como si despertase de un largo sueño.
— Voy a hacerte un masaje diferente, tu relájate -dijo mientras la agarraba del pelo a lo bruto y le hacía empotrar la cara contra el asiento del sofá-. Tienes que levantar un poco las caderas -la guio intentando evitar palabras mal sonantes o que la sacasen de su trance. Todo debía ser muy inocente y que no llevasen a la malinterpretación-. Tu espalda tiene que convertirse en un tobogán -mientras hablaba con voz calmada ponía la palma de su mano contra la tira del tanga del bikini y la hacía resbalar a lo largo de la columna. La felicitó por hacerlo tan bien, y mientras con una mano realizaba el ejercicio del descenso, con la otra tanteaba como iniciar el movimiento que acabaría metiéndolo entre aquellas piernas-. ¿Notas como resbala la mano? -preguntó clavando sus dedos entre la tira elástica y tirando de ella, haciendo que se le metiese entre las nalgas y, por extensión, entre su lubricado sexo.
— Ahhh… Sí, lo noto -Sus caderas se movían a un ritmo muy lento y suave de un lado a otro. Andres posó su mano libre sobre la cadera de ella y la acarició, como si fuese una yegua a la que pretendía dominar.
— Sí… Nota como resbala -la provocó con la voz mientras sus dedos afianzaban la correa que tenía ella como bañador y tiraba más de ella. Otro gemido ensució la tranquilidad de la estancia. Andres bajó la cabeza con sutileza y pudo observar como el hilo estaba totalmente metido entre los labios externos de su vagina.
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Con una mano se sacó la polla y se la meneó con suavidad. Soltó la tira para agarrar uno de los condones y romper su envoltorio, colocándoselo prácticamente al instante. El condón tenía estrías de goma; estaba seguro de que la iba volver loca… Quizá después de unas cuantas folladas podría follársela sin condón…
   Lubricó el condón con el aceite, y, cuando Sandra levantó la cabeza para preguntar qué estaba haciendo y por qué había parado. Su masajista volvió a hacerle empotrar la cara contra la colcha, esta vez sin dejar de aplastarle la oreja con su mano. No iba a dejar que levantase cabeza; pero Sandra se movía como su fuese un pulpo, con la cabeza fija pero sus extremidades bailando como si no pudiesen estar quietas.
— Andres… -suplicó sin decir nada más.
— Relájate… Vamos a repetir el ejercicio de hace un momento. La cabeza bien abajo y el culo bien arriba -dijo esta vez poniendo su mano entre el ombligo y el muslo, ella obedeció, y él posó aquella misma mano en su espalda haciendo que se pronunciase todavía más el tobogán que formaba. Después agarró la tira y la separó a un lado, dejando por fin el excitado coño a la vista. Sus piernas y nalgas temblaban, como si fuese una cerda a la que llevan al matadero… Y Sandra iba a morirse, pero de placer.
— Andres, no… -suplicó esta vez más alto y convencida. ``Aún se resiste esta perra´´ meditó impresionado de su fuerza de voluntad, pero ya era demasiado tarde. Se puso de pie, con un pie apoyado en el suelo y otro en el asiento del sofá. Con la polla balanceándose frente al coño abierto y expectante. El temblor fue en aumento, y mientras se prometía devorar aquellas nalgas antes de que ella se fuese a casa, dejó de aplastar la cabeza de Sandra y la asió del pelo con una mano, mientras que con la otra se agarraba la polla y hacía besar la punta con el agujero de entrada-. No lo hagas, por favor… Andres.
— Es parte de la sorpresa -dijo él mientras tiraba del pelo y la hacía curvar en u la espalda al tiempo que echaba hacia adelante sus caderas e introducía escasos centímetros de polla. Se sorprendió, pues creía que entraría con mucha más facilidad. Era una madre de tres hijos, y para su error había creído que estaría algo floja de allá abajo, pero no. Estaba apretujada como un callejón, y tuvo que soltar su pelo para agarrar con ambas manos las caderas de su presa y atraer aquel culo contra su entrepierna.
knockmeoutandknockmeup:
“Don’t tease me, Daddy! I wanna feel your bare cock in my tight pussy, stretching my virgin hole. Slide your big dick in me and fill me up with your cum, Daddy. I know it’s not safe ‘cause I’m not in the pill but I want you to...


Ella se resistió, llevando la mano hacia el torso de Andres mientras intentaba impedir su avance. Quería gritar que estaba incómoda, pero no le salían las palabras:
— Andres… Por favor -gimió mientras notaba como los dedos gordos de sus manos se acercaban peligrosamente a su ano. Su compañero tenía tanta fuerza que logró meter a presión cuatro centímetros más de polla, y comenzó a dar brutales embestidas para meter lo que quedaba.

Y pese a que se sintió aliviada por notar el condón, estaba preocupada por la estrechez. El dolor era bastante, pero era soportable. Y tenía la sensación de que la goma se estaba estirando hasta darse de sí.
   Entonces fue cuando Andres se dio por vencido de continuar perforando y comenzó un mete saca en la profundidad que había logrado cavar.
— ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡AAAAHHH! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! -Al igual que sus masajes, cada ciertos movimientos flojos los combinaba con un movimiento final de gran potencia. Si los débiles los usaba para machacar su vagina, los grandes los usaba para perforarla todavía más profundo.

Las embestidas pequeñas daban más placer que dolor, pero las grandes dolían prácticamente el triple, pero aún así eran mucho más placenteras que cortas. Supo que si quería salir de aquella situación tenía que esperar a que se quedase satisfecho. Ya no serviría de nada pedirle que se detuviera, así que asió las sabanas en sus manos y escondió de nuevo la cara entre ellas mientras aceptaba todas aquellas embestidas.
   El dolor comenzó a disminuir, y el placer aumento. Su coño chorreaba como loco y se comenzaba a amoldar a su nuevo amante.
— Andres… yo… -intentó expresarse, pero solo pudo poner los ojos en blanco en un intento fallido de mantenerlos abiertos.  Las embestidas se acentuaron ahora que ya no tenían que preocuparse por excavar más, pues la encapuchada punta comenzó a picar contra las paredes de entrada al útero. El hombre la agarró del pelo con una mano, recogiéndolo en una coleta mientras con la otra presionaba sobre su columna para que juntase el pecho contra el asiento y, con el culo totalmente en pompa, echó todo su peso por fin desbordando su coño.
— ¡AAAAAAAAAHH! -gritó en un brutal alarido que mezclaba dolor y placer, provocando que se le tensase todo el cuerpo. La masa de carne se topó con el final del camino; chocó con las puertas del útero antes de retroceder y haciendo que el cuerpo de Sandra se relajase con alivio. Entonces metió de nuevo una embestida con carrerilla que la hizo volver a gemir- ¡AHHHH! -En aquel momento ya no eran hombre y mujer, eran dos animales follando. Y ella no era capaz de mediar palabra, solo gemir con cada embestida.

Era una masoca, disfrutando con cada embestida a pesar del dolor que representaba. Pero con la tercera embestida el dolor ya no era para tanto, conservando el mismo grado de placer; con la siguiente embestida el dolor era solo una cuarta parte del inicial, y con una última embestida la volvió a meter toda incrustándola en lo más profundo de su coño.
— Te tenía muchas ganas, perra -confesó motivado por la adrenalina restregando la punta con sus entrañas-. Te has ganado todo lo que te haga y más… -Mientras dijo todo esto, las caderas y piernas de ella estaban paralizadas en una rampa permanente, y no se relajaron hasta que sacó la polla… pero lo hizo para reanudar la follada con un sinfín de embestidas.
— ¡Ahhhhh! ¡Ah! ¡Ahhhh! -Pese a querer protestar por lo que acababa de escuchar, solo podía producir aquellos sucios y honestos sonidos de su boca. Sus cuerpos sudados resbalaban, y su coño hacía sonidos inmorales y húmedos debido a la fricción-. ¡Uff! ¡Ahhhh! -El dolor ya no existía, solo había placer. Notó la polla endureciéndose más y más a medida que ella gemía con más violencia. Se corrió brutalmente y notó como el tiempo se paraba, como su vagina asiaba aquella polla y la volvía suya. Intentó pedirle que le diera un momento, sorprendida al recordar lo que era sentir un orgasmo de aquella magnitud.
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Intentó parar a Andres, pero tenía los brazos sujetados por sus firmes y fuertes manos, él ignoró su sensibilidad y mantuvo el ritmo de la follada, perforada sin piedad. ¿Cómo podía tenerla tan dura? ¿Cómo podía durar tanto? Volvió a sujetar la sabana y esta vez la mordió para callar los gemidos.
   Le hería en el orgullo no ser capaz de controlarse, de callarse si lo deseaba ni parar a aquel hombre. Se sentía totalmente dependiente al madurito de que se la follaba, y aquello la molestaba y la excitaba en partes iguales.
— ¡Hmmf! ¡Hmmf! ¡Hmmf!
— Eso, yegua -Sandrá notó una cachetada en su nalga y la adrenalina inundó su cuerpo-. ¡Que no te oigan gemir! Has sido una mala compañera de ejercicio, provocando siempre que podías. ¿Eh?
— ¡Hmmf! ¡Hmmf! -Su compañero alternó las embestidas intermedias por otras más furiosas mientras tiraba de su pelo con violencia y la hacía ponerse a cuatro. La agarró del cuello como si la fuese a estrangular. Protestó con más gemidos silenciados hasta que no fue capaz de contenerse más, se corrió otra vez-. ¡Hmmf! ¡Ah! ¡AH! ¡AHHHH! Dios mio…  Le entró el bajón mientras se corría, como si le hubiese dado un bajón de tensión pero disfrutando del orgasmo. Notó como Andres apoyaba la barbilla sobre su espalda y respiraba agotado, corriéndose dentro de ella: Le impresionó sentir la enorme cantidad que le pareció inundar su coño, incluso si era dentro de un condón.
— Vaya coño que tienes, quería durar mucho más pero no he podido evitarlo -``¿¡Mucho más!? Incrédula le pareció imposible alargar más una follada tan intensa. Ya de por si estaba completamente extasiada, pues aún le duraba su orgasmo.
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Sin cuidado, Andres sacó su polla engomada y se retiró el condón salpicando un poco de leche sobre los muslos de su amante. Y agarró otro condón ante la mirada escéptica de la testigo, y vio como se colocaba la segunda goma sobre una polla lubricada con semen y la hacía abrirse de piernas para él.
— ¿Qué vas a hacer? -inquirió sin entender. Para ella no existía la posibilidad de seguir follando. ¿Se había corrido? ¿Cómo iban a continuar?

Pero entonces descubrió que iba en serio cuando la polla, mucho menos dura que durante su apogeo, se metió de nuevo entre sus carnes e inició otra batería de perforaciones.
   Acostumbrada al anterior frenesí, pudo contener los gemidos, pero supo que no los retrasaría por mucho tiempo.
— Si acabo los condones… ¿Me dejarás follarte a pelo?
— Si los… ¿¡Si los acabas!? -Andres apoyó ambos brazos alrededor de la cabeza de Sandra mirándola desde arriba. Se observaron fijamente mientras él daba las embestidas-. ¿Cuántos condones tienes?
— Este y otro más -mintió mientras acercaba su cara a pocos centímetros de su nariz.
— ¿Quieres follarme tres veces seguidas? -No se lo creía.
— Cuatro…
— Es imposible -no era su intención retarlo. Simplemente no se lo creía.
— Entonces tenemos un trato -le susurró al oído mientras pegaba su mejilla a la suya.
— Es imposible -repitió intentando que la voz no delatase su placer. Hizo un gesto de placer, y abrió la boca, preparándola para comenzar a gemir. Su garganta iba a convertirse en breve en una máquina de alaridos placenteros.
— Me muero por meterla a pelo.
— Eso no va a… ¡Ahhh! -Sandra se vio desconcentrada cuando Andres comenzó a comerle el cuello de una manera terriblemente sucia sucia. Andres no follaba como la primera vez, donde cada embestida era perfecta. Estaba follando como un mono, como un conejo… y aún así la estaba machacando de placer.
— ¡Buuuufff!! Vaya coño. Como me apretas… ¿Eh, perra?
— No lo hago queriendo…
— Quieres que me corra dentro, vamos reconócelo -le ordenó entre mordisco y mordisco en su cuello.
— No…
— Vamos, pídemelo -La apuró acelerando el ritmo al tiempo que se imaginaba estar sin condón y estar a punto de llenarla con su semilla.
— ¡Noooo! -gruñía la empalada hembra, abriéndose más de piernas. Notó unos débiles espasmos con un temblor final.

El depósito de la goma se infló ligeramente en su interior antes de que él sacase la polla fuera. Se retiró el condón y le hizo un nudo antes de tirárselo encima, el cual aterrizó sobre el sudoroso y brillante ombligo de Sandra que lo miró estupefacta.
— Me ha entrado hambre… ¿Hacemos una pausa para comer? -anunció y sin darle tiempo a reaccionar metió la cara entre sus piernas y comenzó a besar con suavidad los labios de su coño. Estaba tan sorprendida que solo pudo echar la cabeza hacia atrás, abrir los ojos y la boca de manera incrédula y dejar escapar un enorme: ``¡Dios mio! ¿No vas a parar nunca?´´ y sin recibir contestación alguna, iba a proceder a empujar su cabeza lejos de su entrepierna pero justo en aquel momento una lengua juguetona y extrovertida se introdujo en los primeros centímetros de su vagina y no le quedó otra que agarrar la cabeza por los lados y mantenerla ahí, al tiempo que se mordía el labio y cerraba los ojos al tiempo que repetía aún más fuerte: ``¡¡Oh, dios mio!!

Notó un orgasmo acercarse a pies puntillas, sigiloso como una sombra. Pero a medida que aumentaba la intensidad y la vibración conjunta de lengua y labios, el orgasmo comenzó a caminar; a trotar, a correr y por último a esprintar.
   Pero no llegó a alcanzarlo debido a que Andres paró en el último momento.
— ¡Nooo! -exclamó molesta y cuando iba a reprocharle vio que el rabo entre sus piernas, brillante y viscoso, volvía a estar semirrígido. No le sorprendía que hubiese dejado de estar duro, lo que le impresionaba es que aún se le pusiese dura, incluso si no era en su totalidad.
— Cambio de planes… Vamos a pasar del tercer condón -propuso agarrando su sujetador y bajándoselo, dejando sus tetas al aire pero subidas por el soporte del sostén.
— ¡No, sin condón no! Hoy no es un día seguro…
— Solo será un polvo rápido… -``Polvo rápido los de mi marido, mal nacido´´ Pensó ella intentando no reír. Le parecía todo tan irreal, pero no cerró las piernas ante la polla de su amante a pesar de arrepentirse a cada segundo que pasaba de lo que hacía.
— Ni rápido ni leches, nada de hacerlo sin… -No pudo terminar la frase porque él comió la boca al tiempo que se acurrucaba entre sus piernas y, con la polla en mano, restregaba la punta contra su coño hasta que finalmente la metió- ¡Ummmm! ¡Hmmf! ¡Hmmf! ¡Hmmf! -La follada empezó ya de por sí a un ritmo rápido, su beso apasionado beso la mantuvo ocupada al intentar no devolvérselo a pesar de que sus labios se resistían a cerrarse del todo.

Aquella enorme polla, incluso estando poco más que morcillona, comenzó a endurecerse en pocos segundos hasta estar completamente dura de nuevo. Las embestidas eran normales, como si se estuviese adaptando a su propio ritmo hasta que de repente cambiaron totalmente y se volvieron muy lentas y muy pesadas. Sintió todo el poder de un ariete policial machacando su coño masoquista; no había ardor ni dolor, incluso después de todo el sexo que habían tenido hasta el momento. Las embestidas hicieron que el glande penetrase ligeramente el cérvix, si es que eso era posible.
— ¡OOOHH, DIOS! ¡AHH! -No pudo reprimirlo, arañó la espalda del maltratador de su vagina que exclamó furioso.
— Dios no está aquí para ayudarte -anunció mientras en una de las embestidas la dejaba clavada, pubis contra pubis, los cuales se besaban mutuamente-. ¿Cómo puede tu coño apretarme tanto? ¿Tanto me desea?

Sandra tuvo el impulso de asegurar que no era su vagina, sino su gran polla la que no cabía, pero se calló. Se mordió los labios y cerró los ojos, pero al sentir que no podía contener los gemidos, avergonzada mordió el cuello de su contrario provocando un gemido brutal en su pareja. Este entró en modo frenesí, y sus embestidas se agravaron.
— Eres un bestia… ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! -chilló a su cuello reaccionando a cada embestida.
— Así hay que follarse a las vacas como tú, como una bestia -No supo si enfadarse o excitarse, entendiendo que se refería a sus tetas- ¿Qué tal si te hago un hijo? ¿Saldrá leche de esas ubres? -y en consecuencia a la advertencia comenzó un mete-saca violento que anunció el punto de no retorno.
— ¡AHahAHahAHahAHHH! ¡Dios! ¡Ah! ¡Mio! ¡Uff! -Sus gemidos temblaban y variaban la intensidad de su volumen debido a la vibración que producia cada empalada. Notó el espasmo muscular en su polla y lo intentó apartar, pero la clavó lo más profundo posible antes de que todo su cuerpo se tensase.
— Y van tres…
— ¿Te has… corrido dentro? -preguntó enfadada y confusa al mismo tiempo, pues no notaba humedecido su interior.
— Sí, pero no he lanzado mi leche. Me he corrido pero sin disparar la carga…
— Eso es imposible… -Le reprochó mirándolo a los ojos.
— ¿Quieres que me corra dentro? -preguntó reanudando la follada. Andres supo que esta vez no podría correrse sin una verdadera motivación. Se puso como meta lo que más podía excitarle: Embarazar a aquella mujer. Iba a descargar su carga dentro después de haberle regalado los mejores polvos de su vida.
— No, no quería decir eso… Sácala.
— ¿Quieres que la saque? -preguntó sin parar de follársela.
— Sí, esto ya ha llegado muy lejos.
— La sacaré después de correrme…
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— Córrete fuera… -suplicó mirándole a los ojos.
— Suplícame que me corra, acabaré antes -ordenó manteniéndole la mirada.
— Córrete…
— Pídeme que me corra dentro.
— Eso no -se negó en redondo, pero él no se rindió.
— Pídemelo, me pondrá a cien que lo hagas… Y me correré fuera. Solo vamos a jugar a que deseas que te impregne.
— Promételo.
— Vale, venga va… Ahora suplícamelo -la apremió eludiendo la promesa. Se comió con la vista los ojos y la humedecida boca de Sandra al tiempo que la agarraba de los tobillos y obligaba a las rodillas de ella a juntarse con sus hombros, totalmente abierta de piernas para él.
— No olvides acabar fuera. Prométeme que te correrás fuera…
— Te lo prometo. Vamos, perra… ¡Quiero destrozarte el coño! Suplica -declaró con malicia ya con un plan en mente. Sandra se estaba arrepintiendo ya de seguirle el juego pero, al mismo tiempo, estaba excitadísima tanto por su actitud, su agresividad y su forma de follársela.
— ¿Por qué quieres impregnarme, umm?
— Eso te haría mía.
— ¿Quieres correrte dentro para marcar tu territorio? -preguntó clavando sus uñas en el definido culo masculino, acompañando las embestidas.
— Voy a inundar tu útero con mi leche.
— Te has corrido tres veces... -argumentó incrédula, notando como la polla en su interior volvía a endurecerse de nuevo.
— Dos, la tercera ha sido un orgasmo seco… La leche que se acumula ahora mismo en mis cojones está lista para inseminarte. A la tercera va la vencida…
— A la tercera va la vencida… -repitió ella hipnotizada.
— ¿Quieres que me corra dentro? -Sandra titubeó antes de dar su respuesta.
— No…
— Vamos, cariño. Suplícamelo.
— No quiero quedar embarazada…
— Me voy a correr igual…
— Es un día peligroso, no lo hagas… Me quedan pocos días para ovular…

Las embestidas se acentuaron, saliendo de su trance. Como si fuese un tren que se afianza sobre las vías tras haber descarrilado, comenzó a empalarla una y otra vez.
— Recuerda tu promesa, la corrida fuera.
— Es verdad, lo prometí. Pero nunca prometí que mi corrida fuese a acabar fuera -Y de nuevo, sin darle tiempo a reaccionar, le comió la boca y comenzó a machacar de nuevo su coño. La motivación de querer correrse dentro hizo sentir el punto de no retorno hasta que su glande se inundó con las ganas de explotar notando como ella también se estaba a punto de correr y, cuando estuvo a punto de hacerlo y sin dejar de besarla, retiró las caderas y sacó la polla. Se la agarró y la apuntó a su coño abierto, que recibió gustoso la descarga.
— ¡Noooo! -se lamentó, demasiado centrada en su orgasmo para apartarse o empujarlo. Notó como el semen manchaba toda su vagina por fuera y por dentro, mientras todo de cintura para abajo temblaba-. Eres… Eres un… -dijo comenzando a llorar. Se tapó la cara para que él no lo viese. Andres simplemente se dejó caer sobre ella metiéndole de nuevo la polla y quedándose ahí, en estático, descansando sobre y dentro de ella.
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Sandra estaba demasiado agotada para hacer nada, y no lloraba porque él se hubiese corrido dentro, lo cual le fastidiaba. Lloraba por todo lo que ella había hecho, por lo que había consentido y en lo que había participado.
— ¿Por qué lloras? ¿No te ha gustado? -responder sí a eso habría sido insoportable para ella. Así que se quedó allí, abierta de piernas y con él en su interior arrepintiéndose por lo que había pasado y por lo que seguía sucediendo, pues aún gozaba aquella sensación de placer y bienestar.

No tenía control sobre sus piernas, que temblaban como hojas durante un huracán.
— Ha sido una buena follada -admitió al tiempo que salía de ella, con hilos de semen colgando de su miembro-. Eres demasiado compatible conmigo, más de lo que esperaba -La insinuación de repetir le hizo que le entrasen nauseas. ¿Cómo podía siquiera proponer tal cosa?

Disfrutaba por la novedad, por la ruptura de la monotonía en su aburrida vida sexual, porque nunca en su vida había disfrutado tanto. Pero la voz interior que al principio la había alertado y ella había ignorado, estaba recobrando fuerza; sin ninguna otra que la eclipsase esta vez.

¿Qué había hecho? Indiferentemente de que no se volviese a repetir.
¿Qué había hecho? Indiferentemente de que no volviese a ver a Andres.
¿Qué había hecho? Indiferentemente de lo mucho que había disfrutado.

¿Qué había hecho? Pensó al recordar nítidamente estar casada con el padre de sus tres hijos. Hombre del que a pesar de sus cosas malas, ella estaba enamorada. ¿Cómo podía haberle sido infiel? Pensaba.

… Pensaba. Con aquel hormigueo de satisfacción en su coño.









3.2 No enfades a la mujer que quieres…

¿Dónde está la línea? Olivia meditaba en la cama mientras intentaba conciliar un sueño que nunca llegaba. ``La noche es oscura, y alberga horrores´´ decía la afamada serie. Era en la penumbra nocturna donde los sueños como sombras crecían cuando la luz de insomnio los alumbraba.
   Enormes sombras se cernían sobre ella, le susurraban cosas con malicia. Las sombras tenían su misma voz, y vivían en su cabeza. Por culpa de ellas, ya no era su novio el único que estaba enfadado. Ella había sido débil y había sucumbido a la lujuria desmedida, forzando a su pareja a tener sexo sin protección, algo que le aterraba de sobremanera.

¿Pero cómo habían llegado a esa situación? Pensó furiosa. ¿Por qué estaba que se subía por las paredes? Quizá él no tenía el mismo problema porque, cada vez que habían follado antes de enfadarse, ella se aseguraba de que Rob gozase de una buena corrida; en cambio, a Rob le traía sin cuidado que la mayoría de veces su novia se quedase a medias e insatisfecha. Le traía sin cuidado sus deseos, sus necesidades y sus carencias; no se había molestado ni en cuestionarse porque estaba tan sexualmente irascible.

¡Egoísta la había llamado, habrase visto! ¡Encima ella tenía la culpa! Estaba que se subía por las paredes de lo cachonda que estaba, era evidente. Y pese al continuo enfado y distanciamiento de su novio, ella se había tragado su orgullo y había dado un primer paso tras otro para la reconciliación. Cualquier otra se habría ido con cualquier otro para desahogarse, pero ella no era así…
   Olivia, además de malfollada, se sentía gilipollas. Por eso se preguntaba dónde estaba la línea. La pregunta moral que se repetía en bucle en su mente no era sobre si estaba bien ser infiel o no en aquella situación. Su pregunta era en que momento ella dejaba de ser responsable de ser infiel, y en qué momento Rob comenzaba a ser culpable de ser un cornudo.

Porque… Sí. Hay personas que se lo buscan y hay personas que se lo merecen.
   ¿Cuántas semanas iban ya desde que su novio no se la follaba? Cada vez que intentaba calcular la última vez que su novio se la folló, se enfurecía de manera irremediable. Si las relaciones en pareja eran dar y recibir, Un QUID PRO CUO sexual constante… ¿Por qué ella siempre estaba dando cuando él devolvía tan poco o nada?
   Y además, como suplemento, Rob seguía sin perdonarla después de tanto tiempo. Sí, le había vuelto a hablar. La había vuelto a besar… Pero evitaba follársela hasta el punto de dormir en el sofá.

``Mañana hará día de piscina, tráete el bikini´´ había dicho con aquel toque imperativo Andres que tanto había calado en la joven. Pero no era sino todo lo que precedía a esa orden lo que había llamado su interés…

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***

La joven accedió al interior de la casa con una blusa de una sola pieza que hacía las veces de falda y de camisa. Se transparentaba en la justa medida lo suficiente para dejar entrever las dos piezas del bikini.
— Tenías razón, hará día de piscina -observó la recién llegada al tiempo que le miraba el paquete de reojo. Las intimidades de Andrés estaban mal ocultas tras el diminuto bañador que tanto le encantaba llevar, y lo cierto, es que a ella le gustaba vérselo puesto; negarlo sería mentirse. Era hipnotizante ver como aquella trompa se balanceaba entre la tela con cada movimiento.
— Ya, pero no vamos a la piscina -Olivia lo miró sorprendida-. Tengo un plan mejor.
— ¿Cuál? -inquirió desconfiada. Se apoyó al borde de la mesa mirándolo inquisitiva.
— Siéntate en el sofá -tardó unos segundos en reaccionar, pero acabó obedeciendo-. Ahora te vendaré los ojos… Quiero probar algo diferente.
— ¿Crees que me voy a dejar vendar los ojos?
— Sí.
— Pues te equivocas… -Su falsa negativa ocultaba muy mal la curiosidad que le urgía por dentro-. ¿Qué…? -Fue interrumpida por Andres.
— No preguntes. Si quieres saber que tengo en mente, obedece -señalizó al tiempo que rodeaba a paso lento el sofá por su parte trasera. Se colocó a la espalda de la joven y le tapó lo ojos con una venda de color negro en cuanto se hubo sentado-. Si te quitas la venda, pierdes…
— ¿Qué me vas a hacer? ¿Y qué pierdo? -El aludido no respondió. Encendió la televisión, la cual se veía perfectamente desde el sofá.
— Las respuestas a todo lo que puedas preguntar llegarán pronto, así que aguántate un poco. Voy a buscar unas cosas, no te quites la venda -le recordó el hombre mientras desaparecía, dejando como ruido en toda la estancia el sonido de la televisión.

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No se oía nada en el resto de la casa, siquiera los pasos de Andres. Y pese a que la tentación de quitarse la venda era fuerte, no lo hizo. Su paciencia se vio recompensada cuando, sin tardar demasiado, lo escuchó regresar acompañado de unos ruidos de bolsas y plásticos… ¿Comida, tal vez?
— ¿Qué es eso?
— ¿Qué te he dicho yo de las preguntas?
— Por qué estamos aquí si hace día de bañarse? -Andres no respondió en seguida, pero lo acabó haciendo.
— Se me ha ocurrido algo mejor -dijo antes de dejarse caer sobre el sofá, haciendo botar a Olivia del temblor-. Y ahora te explico las normas: -hizo una pausa y continuó- Yo voy a ver una película, pero tu solo puedes escucharla -La oyente alzó una ceja, pero le dejó continuar-. También he traído cosas que comeré, pero tú no puedes cogerlas con las manos.
— Así que me las vas a dar tú -inquirió juguetona.
— No, yo no te voy a dar nada -Su tono de voz delataba una sonrisa invisible que Olivia supo identificar.
— Si no puedo ver, no puedo coger cosas con la mano y no me vas a dar nada…
— Roba con la boca, pero no sabrás que es ni donde está.
— ¿Y por qué iba a hacer nada de eso?
— Porque uno de los placeres de ver una película es comer.
— Tengo los ojos tapados…
— Tranquila, es normal que no le veas la gracia -él rio primero, y ella le siguió.
— ¿Alguna norma más? -Andres la abrazó por detrás, se estiró y la atrajo para sí.
— Puedo comer cualquier cosa -La aludida abofeteó la mano que estaba muy cerca de un lugar peligroso.
— No puedes comer cualquier cosa… ¿Qué película vamos a ver? -dijo sin darle oportunidad a contestar.

Entonces notó como, sin contestar, el hombre que la tenía abrazada agarraba lo que se supone que era un mando y tras seleccionar un par de opciones en pantalla volvía a dejar el control a distancia en el mismo lugar; mientras sonaba una introducción melódica que era reconocida en todo el mundo, su acompañante le agarró los pliegues de la blusa mientras intentaba sacársela.
— No hace tanta calor -protesto ella impidiendo el avance ascendente de su prenda.
— Mejor que te manches tú a que se manche esta blusa tan bonita que me llevas -le susurró cerca del oído, sobresaltándola. Sin forzar, insistió en tirar los pliegues hacia arriba y aunque ella no la soltó, el vestido se convirtió en camisa, y la camisa en sujetador. Logró que la joven tetona alzase los brazos y la prenda desapareciese echa una bola hacia algún lugar de la estancia-. Me pregunto que debería comer ahora… Hay tantas cosas para elegir -musitó él mirándole las tetas, el cuello y las piernas.
— ¿Ves algo que te guste? -Pese al calor ella temblaba-. ¿Qué es eso? -preguntó al oírle romper un envoltorio de plástico y morder algo crujiente.
— Está muy bueno… -Ella abrió la boca y buscó a ciegas hasta encontrarse un kínder bueno, rompiendo dos pastillas de un solo mordisco mientras escuchaba de fondo: ``Qué hicieron con los planos de la estrella de la muerte?´´.

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Notó como el madurito se apretujaba contra ella impregnándola con su buen cuerpo mientras agarraba en la distancia algo más. Tras escuchar el sonido de un click notó como una sustancia espesa y pegajosa se vaciaba sobre sus labios, su mentón y sus tetas.
— ¡Pero avísame, animal! -Soltó un bufido al tiempo que se relamía los labios-. ¿Quieres hacerme engordar? -preguntó mientras notaba como algo presionaba y crecía contra su culo-. Dame más.
— Búscala.
— No voy a buscar nada -replicó orgullosa a pesar de estar terriblemente desesperada. Le encantaba aquella leche tan pegajosa.
— Vaya, perdona -dijo él mientras dejaba caer otro chorro sobre el cuello de ella. Sin ningún pudor se lo limpió con la lengua, y después le comió todo el escote y su canalillo donde había quedado acumulada antes.
— No te he dado permiso.
— No puedes limpiarte tú misma, así que te tengo que limpiar yo -respondió arrogantemente al tiempo que dejaba caer leche condensada nuevamente sobre su escote y también sobre su ombligo. Olivia se abrió de piernas, pero colocó ambas manos en el pecho de Andres a modo de barrera; a pesar de esto, él se acercó lo suficiente para comerle el canalillo y bajar hasta el ombligo.

La cegada y lamida joven no fue capaz de decir nada, al sentir como cada vez aquel hombre tiraba la leche condensada más cerca de sus bragas. Saltándoselas, él manchó la cara interna de ambos muslos y los devoró enteros hasta que solo quedó su saliva, haciendo Olivia liberase con frecuencia suspiros de desesperación antes de que Andres se recostase a su lado y continuase viendo la película.
— ¿Me vas a dejar sin leche? -preguntó con el corazón a mil.

El poseedor del bote satisfizo su exigencia manchándose el cuello con un chorro del líquido.
— Acabo de mancharme… ¿Me limpias?
— ¿Dónde te has manchado? -preguntó ella sin hacer ademán de moverse.
— Frio… -indicó animándola a empezar. Tras unos segundos Olivia giró sobre sí misma y se encaró a él, acercó la cara con la boca abierta en busca la piel Andres. No estaba segura de qué tocarían sus labios y su lengua, pero por algún sitio tenía que comenzar e iba a hacerlo por el lugar donde creía que estaba su pecho-. Te vas calentando -Ante esta señalización, Olivia comenzó a bajar hacia el ombligo, pero volvió a corregir su rumbo-. Y ahora te estas enfriando de nuevo.

Empezó a subir lamiendo en vertical desde su esternón hasta su cuello donde al encontrarse con la sustancia comenzó a lamerla con pequeños besos.
— Caliente, muy caliente -la animó el hombre mientras la aludida seguía besando. Incluso tras limpiar hasta la última gota ella continuó lamiendo-. Veo que te gusta.
— Es mi debilidad… Eres un cabrón. ¿Sabes cuánto hace que no probaba la leche condensada? -Al oír esto, Andres Agarró el pote y lo puso entre los labios de la joven; instintivamente ella sacó la lengua para impedir que cayese fuera mientras el liberaba pequeños chorros cada pocos segundos. Fue acercando el bote hasta su cuello, con la lengua de Olivia pegada al dispensador evitando que se desperdiciase una sola gota. Entonces el mentón de Olivia y el cuello masculino chocaron hasta que fue inevitable que se derramase sobre él un montón de leche condensada.

Fue inevitable que Olivia comenzase a besuquear con fervor toda la extensión de la zona donde se había derramado, como si fuese un oso con la miel de una colmena. Andres dejó el pote y agarró las nalgas de la excitada joven, subiéndola sobre sus muslos los cuales estaban juntos. Abierta de piernas para él, comenzaron a restregarse a un ritmo lento y apasionado sus entrepiernas, ambas protegidas por sus respectivos bañadores.
   El madurito se recreó manoseando aquel culo, separando sus nalgas sin más queja por parte de su dueña que los gemidos ocasionales que hacía entre lamida y lamida. Debido al contacto físico y a la estimulación que ofrecía la lengua de la joven, su polla comenzó a acercarse al climax hasta el punto de salirse casi por completo del bañador.
— Ya te he limpiado. No estás manchado -afirmó poniendo su cara a la altura de la de su contrario. ``Ayúdame, Obi-Wan-Kenobi. Eres mi única esperanza´´ se escuchaba de fondo.
— Es una pena, porque ya no queda casi leche condensada… Lo último me lo voy a beber yo ahora -Y tras manifestar esto, agarró el pote y lo vació en su boca. Le pilló por sorpresa que como un águila rapaz cazando conejos, Olivia devorase su boca sin previo aviso introduciendo su lengua en el interior de su boca en un intento de robar lo máximo posible para sí misma.

Sin dejar de besarlo, comenzó a restregar la parte del bañador sobre la que se encontraba el clítoris, pegando pequeños botes.
   Tras una decena de segundos de magreo; Andres la forzó a bajarse de encima y la dejó estirada sobre el sofá. Se puso, pasó sobre ella y se sentó sombre su ombligo mientras comenzaba a masturbarse, dejándole la punta de su rabo a pocos centímetros. Pudo ver como Olivia olía la fragancia de su miembro. El calor y la excitación facilitaban que la fragancia a sudor y testosterona se impregnase en sus fosas nasales.
   Ella sacó la lengua, afilándola en un intento sin éxito de lamer aunque fuese un poco de aquello que liberaba un olor tan fuerte.
— Déjame.
— Di lo que quieres…
— Déjame continuar -suplicó contoneándose desesperada bajo Andres. Le fastidiaba que él quisiese humillarla de esa manera. ¿Hacía falta que reconociese las ganas que tenía de chupársela? ¿No era evidente?
— Antes dime que quieres.
— Quiero limpiarte…
— No es eso lo que quieres…
— Déjame seguir… -suplicó impaciente, sabiendo que cuanto antes se la chupase antes podría tenerla dentro. Se iba a volver loca.

‘’Ya es mía. Hoy caes, mi querida putita´´ celebró interiormente, tiró del pelo de ella alejándola de su entrepierna, como si este fuese una correa.
— ¡Nooo! -se lamentó ella, no se creía capaz de seguir sin reconocer lo que quería. Empezaba a pensar que ya le daba igual. ¿Qué más daba? La dignidad no le servía para nada en una situación como esa. Pero Andres la forzó a estirarse boca arriba, con la nuca apoyada en el borde del sofá facilitando la abertura de su garganta. Supo en ese momento que no era su orgullo lo único que se iba a tragar.
— Voy a darte eso que tanto quieres…
— Dámelo -volvió a suplicar ella acariciándose el ombligo con una mano y con la otra el pecho. Andres volvió a abrir el casi vacío bote de leche semilíquida y la vació entre el ombligo y la entrepierna de Olivia, por encima del bikini; entonces se inclinó y comenzó a darle lametones mientras su polla, golpeando torpemente a la deriva, atracó entre los labios de la pringada joven que los separó gustosa al tiempo que se abría de piernas.
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Intentó reprimir los suspiros de placer al sentir esa lengua limpiar el orificio de su ombligo de del pringoso líquido, y no pudo dejar de chupar mientras su mente se concentraba en aquella boca que aterrizaba sobre las bragas de su bikini y le retiraba de este los restos del dulce. Únicamente con su lengua, escarbó entre el borde del bañador y el muslo, entrando en contraste al catar el salado y húmedo interior de Olivia. Tras unos pocos intentos de usar solo su boca; se acabó resignando a usar las manos para apartar la prenda hasta que por fin pudo comerle a gusto el coño. Empezó lamiendo en vertical descendente, desde el clítoris hasta la parte más alejada de este antes de meter la nariz entre sus piernas.
   Andres, ejecutando un movimiento horizontal con las mejillas, aquel humedecido y necesitado coño provocando un gemido irremediable en la joven. El responsable de haberlo provocado sonrió, satisfecho pues la joven hacía rato que había dejado de comerle la polla… Signo inequívoco de que estaba totalmente absorta en su propio placer.>>

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 << Separó sus labios de la pringosa vagina, y como si se sentase sobre el mentón de su amante, el hombre colocó los testículos sobre la boca de Olivia y comenzó a masturbarse sobre su boca mientras que con la otra mano introdujo dos dedos en el lubricado orificio buscando estimular su punto g. Andres cerró los ojos y se sentía en la gloria, no le quedaba demasiado para correrse pero no pensaba forzar un orgasmo sexo y mucho menos iba a acabar antes de habérsela follado. Siendo ella y encontrándose en el estado que estaba, estaba completamente seguro que se la podría follar sin goma.
   Por su parte, la joven se encontraba un dilema mental al tener una parte de si misma concentrada en la multitud de sensaciones que inundaban su cuerpo; y por el contrario el deseo melancólico de que su novio fuese el que le hacía esas cosas. Ya no se preocupaba por pensar si la culpa era suya por consentirlo o de su novio por no hacer nada para evitarlo, lo único que importaba era que estaba allí: Abierta de piernas, siendo tocada por un hombre que no era su pareja y que poseía una polla tan grande que muy posiblemente la partiría por la mitad. No necesitaba mirarla… La había masturbado tantas veces en los anteriores meses que era consciente de todo lo que podía saberse de aquella polla pero, incluso si la había tocado tanto, nunca se la había llevado a la boca ni había sido penetrada por ella… hasta ese momento.

Sus piernas le temblaban, y había estado varias veces a punto de correrse. Andres había parado todas ellas justo antes de que pudiese gozar de un buen orgasmo, y la tenía loquita. ¿La tenía así de desesperada y cachonda únicamente con preliminares? ¿Cómo podía estar su vagina tan mojada e impregnada de sus propios líquidos? Sus labios estaban hinchados; demasiado sensibles ante cualquier contacto, pero deseosos de que esa buena polla los hiciese estremecerse de placer.
   En cuanto Andres se hubo quitado de encima, ella se llevó los dedos de una mano a su sexo y, tras un breve contacto, las yemas se alejaron de este con numerosos hilos colgando….
   Ella estaba lista, con la vagina preparada para cometer la infidelidad y el hombre tras ella, aquel semental que le doblaba la edad y con un pollón tan grande como su brazo, se masturbaba a la espera de que ella cogiese la iniciativa… y eso hizo.

Se levantó del sofá y, pasando por el lado de Andres, se dirigió hacia la mesa donde apoyó sus dos manos, separó las piernas y puso ligeramente el culo en pompa. El aludido, tras sonreír pícaro, se acercó y la rodeó con un brazo, ciñendo la curva espalda femenina a su trabajado torso varonil. La otra mano se encargó de recoger el pelo en una coleta improvisada, y tras tirar de ella y hacer mirar a su sumisa acompañante al techo, le susurró al oído:
— Si quieres que te folle vas a tener que seguir mis reglas -le informó con voz suave y sosegada sin soltarle el pelo. Su polla se infiltró entre las dos piernas, por debajo de la encharcada vagina, y comenzó a frotarse entre los dos muslos dando la sensación de que se los estaba follando.
— Qué quieres que haga… -contestó con los ojos cerrados y mordiéndose el labio. Tenía muchas ganas de orinar, pero era una sensación muy diferente. Como si quisiese mearse de placer.
— No quiero que hagas nada, quiero que hagas todo lo que te diga.
— Lo voy a hacer -respondió totalmente sometida, totalmente concentrada en la polla que entraba y salía de entre sus piernas-. Fóllame…
— Si te digo que eres una puta… ¿Qué me dices?
— Soy tu puta -Olivia no quería discutir, no le importaba conservar su dignidad. Solo quería que se la metiese-. Métemela ya…
— Muy bien -la premió en consecuencia dejando de abrazarla con un brazo, agarrándose la polla y comenzando a restregar la punta del glande con la raja de su vagina haciendo que se estremeciese.
— Si te digo que ahora me perteneces y puedo hacer lo que quiera con tu cuerpo…
— Mi cuerpo es tuyo, soy tuya… -contestó acariciando el cuerpo de él-. Ahora métemela.
— ¿Sabes que si me mientes te dejaré a medias?
—No… Eso no… -gimió concentrada en las caricias que le daba aquella polla. Las ganas de orinar aumentaban, motivadas por el deseo y la necesidad que no llegaban a quedarse satisfechas.
— Si mientras te follo me llevas la contraria… te va a tocar quitarte el calentón a ti misma -le advirtió dejando de tirar de su pelo y permitiendo que la cara y las tetas de Olivia quedasen aplastadas contra la mesa-. Levanta el culo… Si eres una perra en celo, voy a darte lo que tu cuerpo exige…
— ¡Sí, dámela! -suplicó alzando en pompa el culo: Se iba a volver loca.
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Con polla en mano, la usó como atizador para golpear el coño con el glande, haciendo que salpicasen pequeñas gotas de su flujo vaginal. Pegó pequeños botes ante cada chapoteo y, por fin, el glande se metió a presión por el estrecho orificio haciendo que ella se quedase paralizada en aquella posición tan humillante. A pies puntillas para llegar lo más alto posible, y con el culo en pompa intentando no ceder ante la fuerza de aquella penetración. Un azote bestial le aterrizó en una nalga y le provocó un subidón de adrenalina.
   Andres la agarró de ambos hombros y se la metió en el fondo provocando que la penetrada liberase un aullido de dolor.
— ¡AAAAAAAAAAAHHHH!
— Esto es solo el principio, putita. Cuando termine contigo vas a ser un depósito de semen -y tras decir esto, retrocedió casi por completo y la volvió a embestir con la misma fiereza, como si buscase aflojarle la vagina.
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La declaración de querer correrse dentro la aceptó como algo que no le gustaba y que la volvía loca al mismo tiempo. Evidentemente no quería arriesgarse a quedar embarazada, pero el hecho de que aquel hombre la marcase de esa manera, como si fuese su territorio… Como si le impusiese una marca de vacuno. La hizo apretar su vagina en torno a aquel enorme miembro que la estaba matando de placer.
— ¡Ah! ¡Ah! ¡Ahahah! -Las embestidas se detuvieron, por lo que ella pudo preguntar-. ¿V-Vas… Vas a convertirme en un depósito de semen?
— Voy a marcarte con semilla -dijo palabra por palabra al ritmo de cada embestida. Su polla le estaba presionando contra lo más profundo de sus entrañas, notando la punta de su verga contra el ombligo como mínimo.
— ¿Quieres embarazarme? -preguntó intentando contener los gemidos.
— Yo me voy a dejar llevar… -le confesó agarrándola por el cuello y murmurándole a lo oreja-. Voy a liberar mis instintos más básicos que son someterte e impregnarte como buena hembra que eres. Y cuando termine, para asegurarme, voy a volver a hacerlo… Una, y otra, y otra vez… Hasta que… -hizo una pausa, le metió la polla hasta que invadió el cérvix y girándole la cara le plantó un morreo húmedo y sucio antes de separarse y mirarla a los ojos-… te quedes preñada.

Le sacó la polla, le dio la vuelta y la abrazó. Levantándola en el aire y sentándola sobre la mesa. Ella se quedó abierta de piernas para él.
— ¿Te vas a quedar preñada para mí?
— Soy muy joven para quedar embarazada -dijo ella atrapando la cara de Andres entre sus manos y besándolo. Mientras tanto él se agarró la polla, la orientó contra su coño y la metió sin dificultad. Su coño ya se había amoldado a su enorme tamaño.
— Serás una perra, pero esto que tienes aquí son verdaderas ubres -dijo agarrando ambas con sus manos-. Asegúrate de darme mucha leche cuando des a luz. Serás mi vaca personal.

No hubieron más palabras por el momento, se miraron mientras él comenzaba de nuevo a follársela. Olivia no logró permanecer impasible y apoyó su mentón entre la sudada frente de su nuevo dueño y su pelo, ya que este devoraba sus tetas mientras la perforaba. Incluso entre el continuo movimiento de sus embestidas podía sentir los espasmos en el rabo de su amante, que aumentaba el ritmo hasta ser prácticamente evidente que se iba a correr. ``Voy a ser llenada por un putero y semental…´´ pensaba mientras empezaba a morder el cuello de este en un intento de callar sus gemidos.
— ¡Hmpf, hmpf, hmpf, hmpf…! -Haber estado tanto sin correrse le pasó factura y fue inevitable correrse como una loca incluso a pesar de que él no había terminado-. Para, para, para… -dijo apretándose a el, restregando las puertas de su útero en su glande. Estaba demasiado sensible y por unos momentos lo molestaba cualquier roce.
— Si me apretas así la polla con tu coño voy a vaciar enseguida.
— Aja… -dijo ella con los ojos en blanco gozando del orgasmo.
— Voy a hacerlo igualmente pero… ¿Quieres que me corra dentro?
— No… -mintió abrazada a él.
— Eres una puta mentirosa, te mueres de ganas -Aseguró abrazándola también y, llevándola a caballito inverso con la polla aún metida, se aterrizaron juntos en el sofá-. Vamos a corrernos juntos… Voy a vaciar mis cojones como un loco dentro de tu sucio coño.
— No… por favor -musitó ella mirándolo a los ojos.
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Andres la pilló por sorpresa al ponerla de lado y abrirla de piernas, clavando aún más su polla dentro.
— Vamos a corrernos juntos -repitió mientras empezaba a masturbar su clítoris con una de las manos libres que tenía.
— Así duele… Me vas a partir.
— Quiero partirte, quiero embarazarte y quiero romperte -declaró él agarrándola del pelo y clavándole un mordisco sobre la arteria carótida ubicada en el cuello. Un apasionado mordisco que la hizo estremecerse justo antes de que empezase la follada.

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No iba a ser un maratón; era un esprín. Había pillado carrerilla y en ese momento la iba a impregnar… Las ganas de orinar volvieron para ella, se acababa de correr con un brutal orgasmo pero se acercaba algo mucho mayor. Sin poder descansar y totalmente agotada de cintura para abajo, intentó seguir el ritmo de aquella bestia que la estaba ‘’violando’’. Notó de nuevo sus espasmos, notó sus testículos aporrear su culo, notaba el glande perforar su cérvix, haciendo que todas sus entrañas se revolviesen de placer debido a la presión; una sensación muy rara que la estaba volviendo loca.
— ¡AHahAHahAHahAH!
—  ¡Juntos! -declaró el dejando de morderla y pasando a meterle toda la lengua dentro de su boca-. Después de tanto tiempo… ¡Por fin voy a vaciar las bolas en ti, perra!
— Hazme tuya… Marca mi útero con tu leche -dijo apretándose contra él, incapaz de seguir fingiendo-. ¡AAAAHHHHH! -Olivia estalló. No supo si era se orino por el orgasmo, o si tuvo el orgasmo por orinarse. Sentía algo fluyendo a chorro, una sensación que nunca había tenido; notó como sus piernas se le desencajaban y se le separaban del cuerpo, como su coño moría de placer. Notó como los espasmos de aquella polla precedían a una inundación de esperma. El glande de ese hombre presionó contra su cérvix, impregnándolo de la sustancia.
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Estaba avergonzada por haber soltado aquel extraño líquido que había salido a presión, pero al mismo tiempo estaba realizada y satisfecha. Impregnada de un líquido espeso y caliente al tiempo que sus piernas se negaban a reaccionar, temblando empapadas.
   El semental que le acababa de regalar tal orgasmo, el mejor que había tenido, dio unas últimas embestidas esporádicas, restregándose en su coño antes de sacarla pringosa de su propio semen. La acercó a su cara sudada y ella, a la cual ya le daba igual todo, se limitó a abrir la boca a limpiársela.
   Estaba lamiendo un delicioso semen, impregnado de su propio lubricante.

No estaba segura de sí se iba a arrepentir de aquello, pero en aquel momento no había lugar para la preocupación. Solo existía el placer y la plenitud, estirada boca arriba y con el coño rebosante de semen, manchando aún más el sofá.
— Te has corrido demasiado… Nunca te había visto soltar tanto.
— Era una ocasión especial, tenía que dar la talla -dijo plantándole un beso en la boca. No era sexual, ni era erótico… era más emocional que otra cosa. Como si se estuviesen agradeciendo apasionadamente por haberse dado tanto placer mutuamente.

***

Con el paso de las horas y con su cuerpo satisfecho por fin, comenzó a arrepentirse de lo que había hecho.
   Una parte de sí no se lo reprochaba, pero la otra era la que, implacable, se dedicaba a recordarle lo estúpido que era todo lo que había hecho. Su mayor cagada fue permitir que acabase dentro ya que su instinto estaba completamente convencido de que iba a quedar fecundada.
   ¿Y cómo iba a explicar aquello a su familia? ¿Cómo, si hacía tiempo que no tenía sexo con su novio, iba a convencerle de que era suyo?
   Pensó en abortar, en tomar la píldora del día después, pensó en tenerlo mintiendo a Rob e incluso diciéndole la verdad. Todo eso al tiempo que se prometía a si misma que no volvería a caer en el mismo error con Andres.
   No volvió a hablar con él, y él no hizo nada por su parte para ponerse en contacto con ella, como si después de impregnarla todos sus deseos carnales hubiesen desaparecido.

Olivia estaba convencida a ser fiel a partir de ese día a su novio. Si tenía la suerte de que este no se enterase de la manera que fuese y su relación se rompiese, cumpliría su penitencia no volviendo a ser débil y pecar de aquella manera.
   Aquella misma noche, tras ducharse y ponerse lencería sexy, su mejor prenda de red ceñida a su silueta; fue a buscar a Rob al sofá donde estaba durmiendo todas las noches y, tras explicarle como se había sentido hasta el día anterior a su infidelidad -por supuesto omitiendo esta-, logró convencer a Rob para tener sexo sin condón…
   Tal vez fue que ella lo pilló en el momento y en el lugar oportuno, no pensando este con claridad. Pero después de una rápida pero intensa follada y tras ser impregnada por su novio se quedó dormida a su lado, totalmente satisfecha.

Ahora si estaba completa.



3.3 Donde habitan los conejos

¿Sería creíble decir que la mayoría de parejas y matrimonios se han respetado y no han sido infieles en su vida? ¿Por qué se ve la infidelidad como algo tan terrible? Una traición tan imperdonable que puede llegar a romper parejas y minar por completo la confianza de las personas pero… ¿Cambiaría si encuestas revelasen que más del setenta por ciento de personas han sido infieles alguna vez en su vida? Lo único que cambia en las infidelidades es cuando pasan desapercibidas y cuando son descubiertas: a veces con las manos en la masa y otras en diferido.
   Se criminaliza el hecho de ser infiel y, en la mayoría de casos, no se perdona. Se tacha a la persona de desmerecedora de la confianza prestada y se le castiga, en lugar de buscar el problema y solucionarlo: Una mujer insatisfecha y descuidada, una novia despechada, una esposa que se siente desaprovechada…
   … pero si es infiel y se le descubre, la culpa es de ella. ¿Y no tiene acaso la culpa su pareja por descuidarla? Puestos a imponer responsabilidades, esas parejas cornudas pueden tener mucha culpa.

El problema está cuando no se tiene auto-crítica y tu pareja no puede hablar contigo, no hay comunicación porque por la sinceridad pagas muy poco y, por lo tanto, ser sincera con sus sentimientos le sale a un precio demasiado a pagar. ¿Para qué decir nada cuando callar sale gratis? Y esas tentaciones, que durante el silencio hipnotizan y enamoran convirtiéndose en pasiones platónicas hasta que dejan de serlo.
   ¿Quién tiene la culpa, sino el sordo? Pues a su lado, todos son mudos.

El problema reside en que, al desentenderse del problema que provoca esa infidelidad y no buscarle solución, solo consigue que una infidelidad se convierta en la primera de muchas…

***

Ni Olivia sabía que su madre conocía a Andres ni su madre sospechaba lo mismo de su hija. Si hubiesen sabido este dato esencial, tal vez podría haberse evitado todo pero, desde su desconocimiento, ellas simplemente decidieron -cada una por su cuenta- apartarse del fruto del pecado que había supuesto su vecino para no volver a recaer pero no le guardaron ningún rencor.
   Ninguna de las dos se arrepentía de su infidelidad pese a que sí se sentían culpables por sus parejas. A su manera cada una había gozado de aquella pequeña aventura y estaban seguras de que sería un recuerdo del que gozarían por el resto de sus días…

No se plantearon reincidir en el pecado, y cada una por su parte habló con aquel hombre para cortar su relación por lo sano. Olivia fue a su casa a informarle de que no volvería a trabajar para él mientras que Sandra, sin atreverse a volver a su casa, medió a través de Satur para reunirse con su padre en el despacho del instituto. Con ambas Andres se mostró comprensivo y no insistió, algo que agradó y tranquilizó a ambas.
   Lo que ellas no sabían es que Andres no iba a renunciar a ellas y, más que follárselas quería robárselas a sus parejas y hacerlas de su propiedad. Más que como mujeres las veía como una propiedad que podía adquirir, en las cuales podría entrar y salir siempre que se le antojase pero, para conseguir esto, tenía que realizar unos movimientos estratégicos previos.
   Las dos mujeres habían dejado de ser piezas fundamentales del plan y, para acercarse a ellas, primero tenía que centrarse en otras personas las cuales serían las llaves que le permitirían acceder a ese par de hembras sedientas de hombres.

El macho alfa solo había realizado dos etapas de su plan. La segunda etapa finalizo en cuanto se las zumbó, era ahí cuando daba comienzo la tercera y última etapa: Ya había empezado a moverse para poder cazar a los conejos en su propia madriguera.

***

Ser unas mal folladas les había amargado durante demasiado tiempo. Cada una por su parte; tras el desliz con Andres su humor mejoró exponencialmente: Olivia se arregló con Rob y comenzó a pasar más tiempo con Jaume. Pese a que su novio mantenía el enfado por haber sido violado por ella, no pudo resistirse a los encantos sensuales de una mujer ataviada con lencería sexy y susurrándole al oído lo mucho que lo echaba de menos.
   Tuvieron una charla previa al alocado sexo, donde ella lo convenció con profundos argumentos de lo necesitada que estaba y de lo mucho que deseaba un bebe. Su novio no pudo mantener el tipo, y al ver a su novia llorar la complació sin pensárselo llenándola con su semilla y así haciendo las paces. Todo era perfecto para ella, pues su pareja por fin tenía sexo sin condón con ella además de haberse reconciliado con él.
   Se prometió a sí misma, deseándolo con todas sus fuerzas, que el bebe que iba a llevar en sus entrañas iba a ser de Rob. Todavía quedaban una semana para que le bajase la regla y así conociese su estado pero, para sí misma, estaba decidida a creer que ya había sido fecundada.

Sandra por su parte comenzó a pasar más tiempo con el resto de su familia. Disimulaba bien su preocupación por haber quedado embarazada; ella o su esposo, o quizás ambos, habían demostrado ser infértiles. Si el problema suyo ella lo prefería pero… ¿Y si ella todavía podía quedar embarazada? ¿Y si era la semilla de su marido inútil, pero no sus ovarios? Sopesó en repetidas ocasiones ir al médico a tomar la pastilla del día después pero, por la razón que fuese, no lo hizo.
   En su lugar, inundada de felicidad, contagió esta a su esposo y a sus hijos; gozando toda la familia de un par de semanas excelentes donde la familia estaba contenta y unida.

Pero la calma y la tormenta es la metáfora de un pez que se muerde la cola. Tras la tormenta de Andres, y la calma en la que se encontraba pudieron prever ambas la tormenta.
   Las semanas en las que estuvieron bien con sus parejas no significaban haber dado solución a los problemas. Las relaciones sexuales, pese a haber cambiado en pequeños matices, volvieron a ser tan penosas como antaño y lo único que las mantenía a flote era el buen humor que ellas conservaban.
   Por desgracia nadie vuelve a frotarse con el exterior agrietado de la caja de pandora tras abrirla y gozar del aterciopelado interior: Los reducidos miembros viriles de sus parejas no eran el único problema para dejarlas insatisfechas, pues también suspendían en falta de esfuerzo, de creatividad, de interés, habilidad y de iniciativa.

Con la insatisfacción de vuelta comenzaron a ver el mundo que las rodeaba de un modo muy distinto. Sandra comenzó a prestar atención como la miraban los hombres del pueblo al pasar, como miraban aquellos pueblerinos sus parachoques traseros y delanteros sin cortarse un pelo. Su hija fue acosada por algunos clientes habituales de bar en una tienda de comestibles, y pese a lo incómodas que se sentían, algo rugía en su interior.
   Cuando estaban solas, en la intimidad del baño o durante sus insomnios que la lujuria provocaba, sus fantasías revivían a Andres; algunas veces en forma de recuerdos, y otras en forma de deseo y fetiche pero, cuando otros hombres las acechaban, solo existían ellos y sus formas.
— Menudo culo que gastas, nena. ¿Cuánto cobras?
— No cobro, pero si buscas una puta ve a por tu madre -respondió a grito pelado Olivia saliendo de la tienda dejando atrás las risas de asombro.

Irónicamente, cuanto más sucedían estas situaciones, más se paseaban por el pueblo. En los meses anteriores sus vidas se habían resumido ir de un lugar a otro, el mismo lugar. De trabajo a casa y de casa al trabajo, sin variar demasiado aquella rutina.
   No habían salido demasiado al pueblo a raíz de ciertas miradas y comentarios obscenos, evitando salir solas siempre que les fuese posibles pero, por algún motivo, siempre encontraban razones para tener que salir a pasear o a comprar.
   Ninguna de las dos tenía pensado dar una oportunidad a ninguno de esos malnacidos pero, al mismo tiempo, se sentían halagadas y deseadas, algo que sus parejas no hacían y solo un hombre -el cual estaba desaparecido-, había logrado hacerles sentir. Una sensación agridulce aquel acoso pueblerino, pues pese a llegar a resultar desagradable había algo que no resultaba en absoluto negativo y les llenaba un vació que cada vez se hacía más grande.

Pese a todos los recuerdos y fantasías, ellas no dudaron un solo instante ni traicionaron las promesas que se habían hecho a si mismas. No volvieron a ponerse en contacto con Andres ni viceversa.

***

Olivia y Sandra preparaban la cena en la cocina, no que daba demasiado para que sus parejas entrasen por la puerta y lo harían hambrientos, como siempre. Los dos hermanos de Olivia jugaban al ajedrez en el salón: estaban aburridos y jugaban prácticamente para matar el tiempo. Por ello se levantaron al unísono para ir a recibir a Joaquin y Rob a la puerta cuando los oyeron llegar.
— Familia, ya estamos aquí -gritó el patriarca desde el recibidor de la casa principal. Pedro y Jaume se asomaron por el marco de la puerta que conducía al salón, al igual que su madre y su hermana que aparecieron por el pasillo que llevaba hasta la cocina-. Traemos visita.
— Hola, soy Andres… Mucho gusto -se presentó el recién llegado ante la mirada estupefacta de las dos únicas mujeres de la casa. Olivia, completamente seria, no se hizo demorar y se recompuso prácticamente de inmediato. Se acercó, le plantó dos besos en las mejillas y hasta se permitió el lujo de fulminarlo con la mirada pese a que nadie más se percató de este hecho.
— Me llamo Olivia. ¿Eres amigo de mi padre?
— Lo considero mi amigo, sí -contestó con modestia asintiendo con una sonrisita picarona.
— Es mutuo, de ahí que lo invite a cenar -Joaquin no se había percatado de la tensión que había entre su hija y su invitado; esto no era nada extraño pues siquiera Olivia se había percatado de ello-. Y la hermosa mujer con el delantal es mi mujer, Sandra. Acércate, cariño -Su marido alzó la mano invitándola a acercarse y, pese a que la aludida reaccionó, lo hizo con paso temeroso hasta que le plantó dos besos en las mejillas siguiendo el ejemplo de su hija.
— Cierto, si la comida está igual de buena que tu mujer voy a venir a cenar todos los días -Comenzó a reírse, al igual que Jaume, Pedro y Rob; claramente incómodo, Joaquin rio también-. Es broma, es broma. Espero no molestar aceptando la invitación de su marido -repuso Andres devorando los ojos de ella con mirada inquisitiva.

El hombre hablaba como si fuese la primera vez que la veía, y nadie sospechó de lo contrario. ¿Por qué iban a hacerlo? No prestaban atención a los pequeños matices que podían apreciarse a simple vista si se sabía en que prestar atención.
— No, no molesta -Fue lo único capaz de responder la conmocionada mujer. Su corazón latía a mil por hora, creyendo que en cualquier momento su marido y el resto de su familia se podían enterar de su no lejana infidelidad-. Por favor, pase y póngase cómodo mientras servimos la cena.
— Puedes tutearme, si lo deseas -dijo Andres en tono malévolo.

Sandra se lo quedó mirando unos instantes mientras recordaba haber escuchado eso antes. Sin mediar palabra se dio la vuelta dirigiéndose a la cocina seguida de cerca por su hija, que solo deseaba alejarse lo máximo posible de aquel hombre.

El cazador acababa de invadir su madriguera. El único lugar donde, hasta el momento, habían estado a salvo de sus intentos.



3.4 ¿Vino a chantajearnos?

Las risas provocadas por las ocurrencias de Andres hacían estremecer a los varones de la familia, los cuales estaban sentados en el sofá alrededor del invitado. Este bebía a sorbo de su cerveza fría y picoteaba mientras gastaba bromas y se ganaba tanto a los hijos como al padre. En todo un alarde de labia demostró otro talento innato, el de divertir a los demás cuando le interesaba.
    En la cocina, madre e hija escuchaban impactadas lo fácilmente que se había ganado aquel hombre a su familia, pero no era ello lo que les preocupaba. No era el pasado el que las acosaba, ni siquiera el presente… Un futuro incierto era lo que les tenía en vela. ¿Iba aquel hombre a chantajearlas? ¿Qué tenía en mente? ¿Cuánto tardaría en enseñar sus dientes?
   Mientras Sandra pelaba las patatas y Olivia hacía refrito de verduras, cada una con la cabeza en otra parte.

La novia de Rob, por su parte, maldecía en silencio al intruso por aquello. No se fiaba de él, y estaba seguro de que alguna manera iba a intentar acercarse a ella y beneficiarse, pero se iba a quedar con las ganas ya que ella ya había tomado la decisión de no volver a traicionar a su pareja, pero… Si Andres la chantajeaba ¿Cómo reaccionaría? Lo último que quería era romper aquel bienestar al que había logrado llegar con Rob y, por un instante, se imaginó cediendo y complaciendo a aquel bastardo para ganarse su favor y evitar que se fuese de la lengua.
   La madre de esta, por el contrario, estaba segura de que el nuevo amigo de su marido estaba allí por casualidad y no tenía malas intenciones: lo que pasó entre ellos quedó atrás junto a la última conversación que tuvieron. Sin embargo, no era Andres quien le preocupaba; era ella misma. Se sorprendió yendo hacia el lugar del cual provenían las risas y, como si quisiese confirmar que realmente él, observaba escondida desde la distancia. Sus maduritas pupilas se iluminaban al observarlo, como si estuviese viendo el reflejo de un tesoro.
   Ella era su peor enemigo; sí, se había hecho la promesa de no volver a pecar pero… ¿Quería cumplirla realmente? Se maldijo a si misma por querer buscarse más problemas antes de volver a la cocina para terminar la cena.

Ambas permanecían calladas más de lo que hablaban, delatando que cada una tenía demasiadas preocupaciones como para romper el silencio y, sin embargo, una de las dos lo hizo.
— ¿Qué te parece el nuevo amigo de papá? -sopesó Sandra como si estuviese hablando consigo misma.
— Parece… muy bromista -contestó sin levantar la vista del tablón de madera. Agarró un puerro y lo empezó a cortar a rebanadas.
— Sí, parece muy agradable.
— Pues a mí no me gusta -replicó Olivia en un esfuerzo por desahogarse. No podía contarle a su madre lo que sabía de él pero si podía intentar que ella no cayese en el mismo error.
— ¿Y por qué no? -preguntó su madre dejando lo que estaba haciendo, volviéndose hacia su hija.
— No me parece de fiar, tiene pinta de… cabrón.
— ¿Tú crees? -La madurita parecía estar muy en desacuerdo-. Más bien tiene pinta de ser… -no continuó, se calló.
— ¿De ser qué? -La testeó su hija dándole la cara. ``A qué habrás sido capaz de fijarte en él y todo…´´ pensó antes de descartarlo. ¿Su madre? Era muy mojigata y moralista. Ella no sería capaz.
— Muy amigable… -contestó la aludida cambiando la palabra por una más soportable a oídos de su hija. Tenía la tentación de hablarlo con ella, tal vez sin darle detalles de lo que había pasado entre ellos pero… ¿Y sí le decía únicamente lo que pensaba de él?
— Eso seguro, pero sigo sin fiarme -hubo un minuto de silencio antes de que Olivia lo rompiese con una ocurrencia-. Creo que dijo que estaba soltero, y tiene más o menos tu edad.

Sandra se quedó con la boca abierta mirando una de las patatas que cortaba antes de levantar la vista e inquirir.
— ¿Qué has querido decir con eso?
— Que vayas con cuidado, no vayáis a haceros más amigos de lo que te gustaría -le atacó haciendo una mueca.
— Yo, yo no… -empezó a decir la aludida, pero qué iba a decirle. ¿Qué era capaz de ser infiel a su padre? ¿Qué nunca tendría algo con ese hombre?
— Solo te aviso, mama. Eres muy ingenua…
— Si, en eso no has salido a mí. Tu siempre muy por delante de mí.

Esta vez fue Olivia la que se quedó boquiabierta por aquel golpe bajo tan sutil, no se lo habría esperado de su madre. Ambas continuaron con lo suyo en silencio mientras ambas se prometían que no sucedería nada con aquel hombre antes de comenzar a llevar la cena a la mesa.
— Mañana te tocará a ti cocinar, querido -Joaquin fue reprochado por su mujer-. Y pasado también.
— Mira que no ayudar a tu mujer, suegro -comentó Rob entre risas.
— Y tú le ayudarás -añadió implacable Olivia con una sonrisita de complicidad.
— ¡Que buena pinta tiene todo! -Andres alabó el resultado mientras se sentaba a la mesa entre Pedro y Rob. Los anfitriones se quedaron uno enfrente del otro mientras daban por iniciada la comilona-. ¡Buen provecho!

***

En mitad de la cena, la pretendienta de Rob fulminó al invitado desde la distancia; nadie más en la mesa se percató de la mirada pues todos miraban con atención a Andres, pero este si se dio cuenta y sin que su rostro reflejase ningún otro significado, se levantó echando la silla hacia atrás mientras se llevaba un mano a la tripa y preguntaba dónde estaba el baño:
— ¿Cuál de ellos? -chispeó Joaquin provocando una risa cómplice entre ambos-. El baño de invitados está en esta misma planta: Por aquella puerta que da al pasillo, primera puerta a la derecha.
— Gracias, no tardaré -aseguró solemnemente mientras se levantaba y se dirigía hacia el baño.
— Hablando del baño, yo también iré. ¿Mama, puedo usar vuestro baño? -Se refería al de la segunda planta que usaban en común tanto sus hermanos como sus padres.
— Claro, cariño. La casa es tuya, ya lo sabes -Y ella se dirigió hacia la puerta por la que había desaparecido Andres, la cual también conducían a unas escaleras secundarias que llevaban hacia la planta de arriba, debido a esto nadie sospechó que Olivia fuese a encontrarse con Andres.
— ¿Qué es lo que pretendes? -Le cuestionó irritada mientras cerraba tras de sí la puerta y echando el pestillo antes de sentarse sobre el borde de la bañera con los brazos cruzados.
— Has echado el pestillo. ¿Vamos a aprovechar para hacer algo que no sepa? -sonaba divertido.
— Te he preguntado que qué es lo que pretendes.
— Usar el retrete, si no te importa.
— Sabes perfectamente que has venido por mí -aseguró sin andarse por las ramas.

Andres había temido durante algún tiempo que madre e hija se sincerasen entre ellas, y eso sí sería un verdadero problema. Necesitaba domarlas antes de plantearse siquiera jugar con ambas a la vez lo cual, si no era imposible que se negasen, era sumamente improbable. Quedaba mucho para ello pues era la guinda del pastel y, antes de comérsela iba a gozar toda la tarta.
   Por suerte, la reacción de la veinteañera evidenciaba que no habían hablado de nada, a no ser que ambas se estuviesen haciendo las tontas. En ese momento estaba sobre la cuerda floja y tenía que ir con sumo cuidado en los pasos que venían.
— ¿A qué te refieres? He venido a usar el retrete, de verdad.
— Eso no te lo crees ni tú -le acusó echando hacia atrás su flequillo con un movimiento brusco.

El aludido, a modo de respuesta le dio la espalda y se bajó la bragueta después de subir ambas tapas, se sacó el miembro y empezó a orinar.
—¿Según tú por qué iba a venir a verte?
— Como si el lobo fuese a ignorar a las ovejas… -citó impaciente claramente impactada porque hubiese empezado a orinar delante de ela.
— ¿Qué esperas que te diga? No he venido por ti -mintió. ``Evidentemente he venido a por vosotras dos, zorras´´ pensó antes de emular una cara de inocencia y continuar-. Seguramente estás preocupada por lo que pasó entre nosotros todas aquellas veces…
— No pasó nada entre nosotros -negó con el temor de que estuviese grabando la conversación; capaz era.
— Te follé bien follada; eso sin contar todas las pajas que me hiciste. Creo que ya te he sacado todo el partido que podía -Andres la atacó de manera muy sutil para atentar contra su orgullo. Funcionó.
— No sé de qué hablas -Claramente herida ``Es evidente que aún estás interesado, no te mientas a ti mismo, bastardo´´.
— Relájate. No hace falta que reconozcas nada. Eres de naturaleza desconfiada, y supongo que no es descabellado pensar que pienses que vengo a chantajearte… Nada de eso -Olivia permaneció en silencio-. ¿Me crees? -``Como si me hiciese falta caer tan bajo´´ se regodeó para sus adentros con prepotencia.

Ambos se sostuvieron la mirada hasta que Olivia se levantó y se encaró a su némesis.
— Eso espero, porque si lo intentases preferiría que Rob y toda mi familia supiese la verdad…
— Es bueno saberlo.
—… Pero tampoco me creo que no tengas intenciones ocultas.

Al madurito se le escapó una sonrisa, mientras se inclinaba hacia adelante haciéndole pensar que la iba a besar. Olivia no se movió, y los labios de Andres pasaron de largo y frenaron al costado de la oreja, donde dejaron escapar el siguiente susurro: ``No oculto que me encantaría follarte de nuevo´´.
— Sigue soñando -No pudo ocultar el haberse ruborizado, pero si intentó darle nula importancia.
— Oh, sueño cada noche con que te vuelvo a follar, una y otra vez. Pero tranquila, acabaremos repitiendo.
— Vaya fantasías te montas -replico sin ser capaz de negar lo que decía, tampoco se le pasó por la cabeza.
— Me he hecho bastante amigo de tu padre y tu novio. Me vas a ver bastante más por aquí… Si cambias de opinión…
— Eso no va a pasar. Me juré que no repetiría y lo pienso cumplir.
— O tal vez alguna noche te apetezca recibir una visita nocturna sin que tu novio se entere -le susurró al oído de nuevo. Los labios femeninos se separaron ligeramente mientras escuchaba sin ser capaz de separarse ni moverse-
. ¿Sabes qué? Esperaría a que fueses tú la que me pidiese repetir, pero me pone más lanzarme yo.
— ¿Y a qué esperas? -preguntó ella desafiante.
— Al momento adecuado, pero tranquila. Sé que si lo hiciese ahora me rechazarías pero, cuando lo haga -le guiñó un ojo en una pausa imperceptible-. No me rechazarás.


El ruido de la cremallera subiendo la hizo salir del estado de shock mientras Andres, burlón señalaba lo evidente.
— ¿No van a sospechar si ven que tardamos demasiado o si te ven salir del mismo baño donde estoy yo?
— Esto no ha acabado -declaró amenazante Olivia mientras le daba la espalda. Abrió la puerta y fue hasta mesa donde se sentó y guardó silencio; el invitado tardó al menos diez minutos más en volver y, al llegar, se disculpó.

El resto de la cena transcurrió sin más incidentes: Las únicas dos mujeres presentes en la sala intervinieron lo mínimo posible, excepto cuando les era inevitable eludir la participación. Los otros cinco hombres lo pasaron tan bien hasta que, en mitad de la efusiva despedida en el recibidor, los otros cuatros se permitían gastar bromas como si lo conociesen de toda la vida.
— He estado hablando con Joaquin para hacer una barbacoa en mi finca, y así os devuelvo el favor por haberme dejado cenar -aseguró alegre evitando mirar a ninguna de las dos mujeres.
— Suena muy bien -aplaudió el novio de Olivia siendo avalado también por los dos hermanos.
— Incluso podríamos hacer algo especial, como irnos de acampada por la noche… Es posible. ¿No? Tú conoces la zona mejor que yo.
— Sí, es perfectamente posible. Solo nos harían falta tiendas de campaña -estudió el aludido mientras se rascaba el mentón con las yemas-. Hacemos la barbacoa en mi casa, pasamos la tarde y mientras haya luz podemos ir a algún prado donde se puede estar muy bien.
— ¿Qué os parece? -inquirió Joaquin a su hija y a su esposa. Ambas le miraron estupefactas… ¿Servía de algo negarse?

A Sandra le preocupó por primera vez el hecho de que Satur la pudiese reconocer durante su estancia en la barbacoa, descubriéndola ante toda la familia.
— Os podéis traer bañador incluso, ya que en mi finca tengo piscina. A las malas podríamos montar tiendas de campaña en mis terrenos que hay un pequeño trozo de bosque, como en vuestro jardín. No es tan grande, pero al menos no hay que preocuparse por los jabalíes.
— Piscina, barbacoa y acampada… ¡Cómo mola! -gritó entusiasmado Jaume.

Lo único que estaba claro para ellas es que no sería la última vez que tendrían que ver a Andres. Iban a tener que ser fuertes y aguantar las tentaciones que estaban por venir, pues estaban seguras de que este no iba a ponérselo fácil.
   El macho alfa había conseguido alcanzar a sus presas, pero no las había sometido todavía. Todo lo sucedido hasta el momento eran parte de las dos primeras fases de su plan pero, desde hacía algún tiempo, había empezado la tercera y última fase: Convertir a esas dos mujeres en sus putas personales y robárselas a sus parejas; aquellos que tan bien fingía que le caían.
   Por su parte padre y yerno sonreían como idiotas, sin ser conscientes de que aquel hombre iba a robar, someter y humillar a las dos personas que más amaban.
   Eran dos cornudos y en sus cabezas tiempo atrás pequeñas astas habían comenzado a crecer, pero era tiempo de que su crecimiento aumentase exponencialmente.

Eran dos estúpidos que no sabían complacer ni usar aquellas dos hermosas hembras que tenían a su lado. Con razón estaban tan insatisfechas, pero no pasaba nada porque por fin iba a hacerlas suyas. Si era posible, le encantaba la idea de hacerlas suyas tan cerca de sus parejas que se pudiesen enterar.


52 comentarios:

  1. Sencillamente sublime. Y ahora a dormir

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  2. Bestial tío, ha sido perfecto, además de que lo has planteado muy bien, yendo sin prisa pero sin pausa al objetivo.

    Además, los gif han ayudado mucho, se agradece eso ^_^

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  3. Maravilloso !!! Plap plap plap te felicito ya no veo la hora que publiques el siguiente... esos gif , no sabes si hay vídeos completos ? Así los busco jejjeje . Saludos y espero continuación pronto

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  4. Buenisima.
    Impaciente por ver la continuacion

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  5. Se sabe cuando se sube el relato completo??¿?

    Una pasada, ahora a por la hija.....

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  6. Excelente relato... y lo de añadir los gif ha sido un puntazo. Felicidades!! Has vuelto a superarte.

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  7. cuando pones las otras partes

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  8. Buenas zorro, estoy deacuerdo con casi todos los que te han criticado positivamente, asi que no te las voy a repetir, pero si que quiero decirte como punto critico, que creo que falta un poco de hilo conductor entre las diferentes partes. Si las lees cada una por separado perfecto, porque sabes mas o menos por donde va la historia y cada parte se centra en lo suyo, pero si decides leerte del tiron el relato completo, me parece a mi que va dando saltos y que faltaria ir hilando las partes para que tuviesen una continuidad. No se si me he explicado bien, de todas formas estas haciendo un gran trabajo, y suerte con los examenes.

    Fer33

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  9. Gracias maestro. Criticar tus relato??? Buuuuf... es que no le veo nada que me choque o vea especialmente mal.(Y no es hacer peloteo ni nada) yo solo se lo que me gusta y lo que no me gusta y tus relatos me gustan...

    Yo les metería algo más de humillación o Interracial(algún alumno hijo de un magrebí o subsajariano le podría dar un repaso a la pareja de ''damas'') es solo una idea... o que el chico se folle a su profesora con su descomunal polla... no se.

    Fdo.Ermendasxxx79








    Pdt. Ya encontre algo que no me gusta, no se me carga el tercer gif... por sacarle un defecto a este relatazo jejeje

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  10. el adelanto esta bien , pero también Andrés logra follarse a Olivia y que pasa el resto de la noche con Sandra siguen follando incontrolablemente hasta hacerla emputecer por la polla de andres

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  11. Dale duro chapeldun

    Fdo. Ermendasxxx79

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  12. He borrado algunos de mis comentarios para acortar la zona de comentarios.

    Tengo que darle una segunda repasada al punto dos, pero como no os he querido esperar y tengo sueño, lo he publicado y ya entre mañana y pasado termino si me da tiempo los puntos 3 y 4 porque estos SON CORTOS y no contienen sexo.

    Debería estar la parte 3 finiquitada para el jueves como muy tarde.

    ---

    Estoy deseando comenzar la parte 4... ¡Qué ganas de llegar a la barbacoa! Ups... No debí haber dicho eso 0=D

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  13. porqué no va a contener sexo deberían ser la continuación de la follada de Sandra y Olivia con Andrés

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  14. Esta segunda parte me ha gustado menos que la primera, creo que ha sido todo muy apresurado y la idea de los juegos no está muy bien narrada, cuesta de imaginar, casi me he sentido más ciego que ella.

    La parte de sexo genial, aunque es muy similar a la madre.

    Muchas gracias por subirlo Zorrete, como siempre :-)!

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  15. No contienen sexo porque son un preludio a la cuarta parte y no puedo llegar a ella sin más. Es corto, se leerán rápido y me permitirán explicar que ha pasado desde el punto 3.2 hasta 4.1...

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    Cuando escribí los primeros borradores de esta tercera parte, eran muy cortos. Entre los cuatro puntos creo que no llegaban a las 8000 palabras. Al reescribir el primer punto, se me ocurrieron muchas cosas para añadir y por eso quedó tan completo...

    Pero la parte Olivia estaba más o menos como la dejé en el primer borrador ya que, sinceramente, si hubiese hecho cualquier otra cosa habría sido muy forzado. En cambio, la parte del sexo la he cambiado prácticamente toda.

    Aún me queda corregir una última vez, pero eso lo haré cuando esté terminado todo la tercera parte.

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  16. esta bien pero hay una incongruencia por que con la madre son cuatro folladas y con la hija solo una, y porque pone a Olivia como que es toda una puta ya que el la puede penetrar con facilidad su vagina y con la madre no

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    1. Yo no rindo exactamente igual todos los días jajajaj

      Alomejor un día aguanto follando hora y media, y otra no paso de los quince minutos.
      Alomejor un día me apetece repetir al poco de haber acabado, incluso llegando a las tres veces... y otros días ni me apetece repetir.

      Eso va a rachas, pero también depende de la situación y de la persona. Depende de como actúe nuestra pareja y el papel que interprete puede hacer que le tengamos más o menos ganas... Olívia no es ninguna puta, simplemente estaba además de frustrada e impaciente enfadada con su novio... Y una mujer enfadada... jajajajajajaj

      Un saludo.

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    2. Estoy de acuerdo con los dos.... Aunque si es verdad que me habria gustado que le echara mas de un polvo: con el fin de enviciarla. Ademas, con el trabajo que le ha costado tirarsela, que menos...
      Pero supongo que sea parte de la historia que ahora Olivia se diga a si misma que no va a repetir y acabe con ganas de mas...

      No se... el autor manda. Pero mas de uno habria estado bien. Es cierto que cuadra mas con el modus operandi del tio.

      Asi que por lo que a mi respecta, la primera parte es un 10. La segunda con olivia...se puede mejorar.

      PS. la peli de star wars de fondo es un puntazo

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    3. Pero piensa que queda la cuarta y última parte, esto no termina en esta parte que era más de transición. Creo que ya mencioné que Andres no tiene suficiente con follárselas y someterlas ''un poco''.

      La cuarta parte la tengo pensada, al menos en términos generales. Y los dos puntos que quedan de esta parte son un ''prologo'' a esa parte, y como son cortos... Supongo que ya te imaginarás que es la calma antes de la tormenta. No voy a decir nada de la cuarta parte, al menos no hasta que publique tooooda la parte 3...

      Bueno, quizás sí, una pequeña pista... ¡Barbacoa! Muahahaha

      Y me alegra que te haya gustado el guiño... El lado oscuro estaba presente en este relato jajaja ¡Un saludo y gracias por la crítica, ya lo tengo en cuenta!

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    5. te falta mucho para tener lista la parte 3 completa??

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  17. Seguramente para el fin de semana la podré haber acabado... Hoy en concreto no tengo demasiadas ganas de escribir jajaja

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    1. Lo espero con ansias. Suerte!!

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    2. Por cierto anteriormente publicaste una serie de prólogos (el hijo de Sandra descubriendo a esta con Andrés) ¿Agregaras los prólogos cuando este la parte completa??

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    3. No, lo que haré será dedicar un capítulo completo al filial. Sé que hay gente a la que le gusta mucho, pero también hay otros a los que no les gusta... por eso no quería mezclar. Además, es mejor porque podré alargarme más e incluso inventar argumentos nuevos con el filial.

      Si tanto os gusta, puedo hacer un capitulo ''4'' (Por decir algo) en el que vuelva Andres, el macho alfa e incluyendo a los dos hermanos en el juego. Aunque no estoy seguro de si llegué a publicar el prologo de Jaume... ahora no recuerdo.

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    4. A mi por lo menos el filial no me agrada mucho, mejor centrar la atención en terminar el capítulo entero.

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  18. Durante el inicio de este relato/serie salian el alcalde y los hombres del pueblo maquinando la forma de zumbarse a las nuevas vecinas, y ahora parece que el pueblo y sus habitantes no existen y solo Andres hace sus maquinaciones. Vuelvo a lo del hilo conductor de la historia, si hablamos de excitacion el relato cumple perfectamente, pero como historia yo me he perdido, jajaj. Creo que comenzaste un proyecto y has terminado haciendo otro.

    Fer33

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    1. Buenas, Fer. El capítulo 0 era para presentar el pueblo... Y el pueblo está ahí, no se ha ido a ninguna parte. Como ya dije, cada capítulo será independente. Para mí es más sencillo ir introduciendo personajes poco a poco que meterlos todos de sopetón.

      Ya tengo a Andres y a Satur presentados, en el capítulo 2 muy seguramente presentaré a los ''adolescentes del pueblo'', en otro capítulo tengo pensado dar oficios a Sandra y Olivia en Villamacho.

      No, no estoy terminando en otro proyecto debido a que cada capítulo es independiente, pero los personajes que vaya presentando (poco a poco), seguirán estando ahí.

      ----

      Y una cosa más: ¿Sabes porque me está quedando tan largo el capítulo uno? Porque es la verdadera presentación de Olivia y Sandra; después de este capítulo, no hará falta al menos en términos generales.

      Mi idea inicial era que Olivia y Sandra se encontrasen en diferentes situaciones rodeadas de hombres y, creeme... no lo he olvidado pero, insisto: Primero tenía que presentar los personajes y eso lleva mucho espacio para que podáis empatizar con Olivia y Sandra.

      Los que hayais leido todo el capitulo uno, no necesitaréis que os recuerde que Olivia y Sandra son unas mal folladas, quien es la desconfiada y quien es la ingenua, quien es profesora y quien está en paro... todo eso ya se sabrá.

      Ahora, tal vez veas el cuadro vacio pero yo lo he imaginado lleno y me gusta.

      Paciencia jajaja Un saludo y gracias por dejarme tu opinión!

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  19. Para cuando la continuación???

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    1. Este fin de semana lo iba a dedicar a acabar de corregir los puntos 3 y 4 (Los últimos), pero me ha salido trabajo y no he podido hacer nada. A ver si esta noche puedo dedicarme exclusivamente a esto!

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    2. Ánimo que muchos estamos impacientes, date prisa!!

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    3. Tick!!! Tack!!!

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    4. Lo empecé a corregir pero... creo que lo recomenzaré desde cero porque, sinceramente, no quiero alargar el punto 3 ni el 4. Son una escalera simple para alcanzar una meta cercana, pero cuando comencé a escribirlo se me fue alargando y... bah.

      Intentaré tenerlo para mañana o pasado como muy tarde :)

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  20. Creo que lo que tu entiendes por largo y corto es diferente a lo que yo entiendo. A mi me sabe a poco los dos capitulos anteriores. Pero bueno, tu mandas.
    Suerte y animo

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    1. Teniendo en cuenta que lo que hago es sin animo de lucro (y no, ni me plantearía hacerlo) es largo.
      Cuando conviertes esto en tu oficio, en un negocio. Evidentemente lo que escribo en cuestión de cantidad es poco... Pero por eso digo que es largo, porque escribirlo lleva demasiado tiempo para el beneficio que saco.

      No me malinterpretes, no me quejo ni pido nada, pero explico porque no puedo escribir tanto ni dedicar tanto tiempo. Ojala todo fuese ponerme a escribir una tarde o a lo largo de la semana y que todo saliese de una vez pero, la mayoría de veces escribo un borrador, acabado descartando la mayoría así que tengo que volver a reescribirlo. Cuando casi todo está corregido tal vez se me ocurra algo mejor y tengo que recomenzar...

      Por eso lo digo: Hay partes que es mejor hacerlas simples con un buen resumen de lo que tengo en mente y no complicarlas. Después están las partes donde hay más material ''relevante'', y ahí si que puedo exprimir más.

      Un saludo y gracias, intentaré contentaros a ambos grupos: Los que pedís más y los que piden menos y más resumido ^^

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    2. Una cosa, a mi me gustaría que cuando digas una fecha para que este listo el relato, estés totalmente seguro de la fecha porque lo que ha pasado esta vez es que has retrasado 2 veces las partes 3 y 4. Y aunque no lo creas muchos nos emocionamos con que subas ya las partes.

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    3. La parte 3 entera la tendré finalizada sí o sí para el finde. ¿Por qué? Porque este viernes hago el examen final y tendré más tiempo libre y, para que mentir, mejores ánimos.

      La parte 4 no le pongo fecha, pero será una parte 4 ''larga'' ya que será la última, por ello no voy a ponerle fecha.

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  21. Naa tranqui. Tu a tu ritmo. Esto lo haces sin obligacion. Si te estresas dejaras de jacerlo a la larga... Animo.

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  22. Tu tranquilo a tu ritmo, que somos de naturaleza egoísta, yo el primero, he de reconocerlo. Y lo primero es aprobar ese examen (así tendrás mas tiempo para escribir jejejeje).
    Ahora en serio, mucho exito con el examen, no nos defraudes que tenemos depositadas muchas esperanzas en ti... dale duro al examen campeón.

    Fdo. ermendasxxx79

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    1. Estoy on-fire! Hoy he terminado (en teoría, que aún no lo sé, he aprobado), así que esta noche lo celebraré escribiendo. ¡A ver si se me ocurre una buena manera de plantear los puntos 3 y 4! Como ya dije los tengo escritos pero es un borrador simple. Sí tengo claro que no voy a alargarlo demasiado... ¡Quiero que llegue esa maldita barbacoa! GRRRR

      Y muchas gracias, no os preocupéis que no voy a dejar de escribir pero, si veis que tardo y no escribo es porque no se me ocurre nada o no tengo ganas... esas cosas suelen llegar por si solas. En fin, entre hoy y mañana voy a intentar que estén estos dos puntos! Un abrazo!

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  23. A veces viene bien tomarse un pequeño descanso para aclarar las ideas... Se me ha ocurrido algo mejor que podría poner en la última parte. Seguiría siendo ''la barbacoa'' que tengo planeada pero añadiendo ciertas cosas que PODRÍAN encantaros.

    No sé si será viable, así que andaré con pies de plomo.

    Sea como sea he publicado el punto tres y mañana intentaré terminar el punto cuatro. ¡Salud!

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  24. No he querido inportunaros con mis comentarios, asi que primero que nada vayan mis felicitaciones por el buen resultado en los estudios.- En lo que respecta al relato me parece muy bueno como manejas el hilo conductor de esta historia,y la verdad estaba seguro que a Andres necesitaba algo mas que lo habia obtenido, la verdad estaria bueno que consiguiera su objetivo, lo que no me quedo claro es si SANDRA ya esta embarazada o quedara en la proxima relacion que vuelva a tener con ANDRES.- Bueno sin mas te deseo lo mejor , muchos exitos y a seguir escribiendo este magnifico relato.-

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    1. No voy a destriparte nada, opinión. Pero sobre eso si tengo que decir que tengo ''algo pensado'', y lo dejo ahí jajaja

      Me alegro que te guste, muchas gracias por la felicitación. ¡Un abrazo!

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  25. Me gusto como ahora introduces a Andres en la familia. Eso te decia antes, el que Andres se hiciera amigo de la familia, del esposo. El esposo es todo un inocenton o tonto, pensando que habia hecho un buen amigo. Una idea que me gusta mucho es que haya una fiesta, que Andres emborrache al esposo y a los hijos, o tal vez drogarlos y hacer que el esposo lo anime a bailar con su esposa, de manera sensual. El esposo no se da cuenta de nada o esta en su propio mundo. Andres hace que el esposo lo anime a cogersela a Sandra, como diciendole cosas de que el era el semental adecuado para ella, y el esposo diciendo a Sandra que cogiera con su invitado. Tal vez Andres se coge a Sandra esa noche y el resto de la familia esta totalmente drogada al igual que la hija. Andres se hace mas frecuente en la casa y Olivia cae tambien hasta que un dia esta ultima descubre a su madre y a su macho cogiendo. Andres es recriminado pero termina cogiendose a las dos, ambas rogandole que las deje preñadas.
    Andres se coge a las mujeres con el resto de la familia cerca, pues esto lo excita mas al igual que a las mujeres.

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    1. Buenas Maixquick, ante todo gracias por comentar.

      Tengo pensado ya como será la cuarta parte, e incluso estoy indeciso porque tengo pensados dos finales. El problema es que se basan en lo mismo pero con diferentes fetiches así que estoy dudando sobre si hacer dos partes cuatro. El problema es que lo veo innecesario ya que uno de ellos quedaría demasiado forzado porque sería como meter personajes a la fuerza.

      Por ello, lo más probable es que elija hacer el final que tenía pensado desde el principio y el cual, como ya he dicho varias veces, está ambientado en una barbacoa. Ahora bien, lo que pasa en ella y quien participa son cosas sobre las que no voy a dar pistas... Drogas no voy a meter porque sería ir a lo fácil, y quiero jugar un poco más con la ingenuidad de algunos personajes...
      Eso sí, como ya dije, quería darle más protagonismo a Rob y Joaquin, y pienso hacerlo.
      Será un final largo en el que intentaré no quedarme corto de detalles; pero si puedo decir que algunas de las cosas que has dicho si no son iguales, se acercan ;)

      Un saludo

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  26. No me mateis, pero a mi me falta un quito capitulo, en el que las va sometiendo mas y mas. Primero mete al hijo tonto en las folladas que les da las dos zorras. Y poco a poco las va domando y corrompiendo, arriesgandose a que las pillen, jugando con su morbo, hasta que los machos del pueblo se van uniendo (tal vez incluso alguna mujer tambien sometida) y por fin son comunales. Y Andres se poclama el vencedor de la caza que se habia abierto en el prologo..... Tal vez un epilogo en el que nuevas inquilinas llegan a la casa a las que solo quedan las dos hembras (ya corrompidas) con un bombo cada una, cuentan como les costo el divorcio y se cierra el circulo... jajaja.

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    1. Buenas.

      A ver, que yo vaya a acabar la historia de Andres en la parte 4 no quiere decir que (por poner un ejemplo) no vaya a ''reabrir'' la historia dentro de 4 o 5 meses dándole un nuevo comienzo.
      Intentaré dejar el capítulo uno con un final abierto pero sin dejar ''dudas'' al aire, porque como ya dije el capítulo uno se basa más en la presentación de las dos hembras y yo lo que quiero es ''continuar con la caza''.

      Los pueblerinos de Villamacho siguen estrujándose los sesos para saber como acercarse a ellas: Pepe, el alcalde, los borrachos, los granjeros y agricultores, los de la petanca, los adolescentes... Por eso no quiero ''encerrarme'' en un solo personaje como puede ser Andres.

      Como ya dije, muy posiblemente el capítulo 2 trate de los adolescentes de la monja tuerta; otros capítulos que tengo pensados son los de los negros, un jefe que se aprovecha de su posición para hacerse con las dos mujeres; otro capítulo donde Sandra y Olivia buscan ''trabajo'' en Villamacho (y sorprendente les sale mucho jijiji).

      Y bueno, básicamente eso. Que con la parte 4 intentaré satisfacer vuestros deseos... pero que tengo otras prioridades para Sandra y Olivia :P

      Un saludo!

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  27. Muy buen epílogo para este capítulo, me has dejado ansioso de ver cómo se desarrollarán los acontecimientos.

    Ojalá que alguna de las dos se la acabe chupando en el baño o en la cocina mientras los demás aún andan por la casa y casi les pillan.

    Espero que te hayan ido bien los exámenes Zorrete, ya nos irás informando de cómo va la historia :-) !!

    Como siempre, agradecerte el curro y esfuerzo que depositas aquí, es un placer leerte y se ha notado un mejoría desde el primer punto del cap.1 hasta llegar al último del segundo, sigue así!

    Saludos,

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    1. ¿Con segundo capítulo te refieres a la segunda parte? Porque la saga va por capítulos, y los capítulos se dividen en partes. Aún no he llegado al capítulo dos jejeje

      Entre hoy, mañana y pasado aprovecharé para escribir (Porque es puente festivo), pero hoy quiero intentar acabar la parte tres y publicarla.

      -----

      El 3.4 es el prólogo de ''la barbacoa'', por lo que no tiene sexo. Ahora bien, no pienso hacer una parte 4 corta e intentaré explotarla bastante, solo espero que no se os haga pesado la ''sobrecarga'' de información.

      Pobres Sandra y Olivia, la que les espera :')

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  28. La buena noticia es que para mañana lo tendré... ¡Por fin!

    La mala es que no hay mala, o eso es una buena noticia? No sé... ¡Por fin podré empezar la maldita barbacoa! muahaha

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  29. Bien, bien, ya estamos encaminados a la "acción" en la barbacoa. Me muero de ganas como Andrés logra someter a ese par de zorras.

    Ffo. ermenfasxxx79




    Pdt. El la barbacoa pondrás gifs???

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    1. Me lo pensaré jajaja (Posiblemente alguno pondré, pero algún día tendré que dejar de hacerlo porque no son tantos los gifs que encajen y sean ''buenos'').

      Entre hoy y mañana empezaré a corregir la parte 3 (pues tengo que publicarla en todorelatos), pero después empezaré a escribir la parte 4. Intentaré no tardar demasiado, aunque como ya dije será un relato largo, posiblemente un 30% más que la parte 3, y por lo tanto me llevará tiempo.

      Un saludo!

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